Pilar Tellería encontró su vocación desde muy chiquita y ahora disfruta de las aguas abiertas. “Para mí es como ir a terapia y conectar con la naturaleza” la chica de Ituzaingó, de 19 años, que rompió un récord.
La palabra “imposible” no existe en el vocabulario de Pilar Tellería, la mujer más joven en cruzar el Río de la Plata a nado. Claro que tuvo que poner mucho esfuerzo de sí, perseverancia y dedicación. Todo eso describe a esta chica de tan solo 19 años que se propuso una meta y la cumplió con creces.
Oriunda de Ituzaingó, Pili -como le dicen sus más cercanos- comenzó a nadar a la corta edad de los 11 años en piletas de natación. A los 14 decidió probar en aguas abiertas y un año más tarde se lanzó a la competencia, en donde descubrió que de eso quería vivir. “A los 15 tuve mi primera carrera. Ese día me voló la cabeza. Ahí me di cuenta de que quería dedicarme a esto”, resumió la deportista en una charla con TN.
“Lo que más me gusta de este deporte es nadar horas y horas. Me fascina. Jamás encontré tanta paz en otro lugar que no sea ahí, adentro del agua. Es increíble. Siento que son como horas de meditación pero a otro nivel. Es espectacular. Estando ahí adentro deja de preocuparte todo, se siente mucha tranquilidad y seguridad”, resumió Pilar.
Una experiencia única
A las 6.08 del 13 de marzo, Pilar se puso las antiparras, tomó aire, infló su pecho y se lanzó a la aventura. Partió desde la costa de Colonia de Sacramento, en Uruguay, comenzó a nadar y desde ese momento ya nada le importó, nada más que llegar a la Argentina. El sol apenas se estaba asomando y las aguas del Río de la Plata estaban revoltosas.Play Video
La joven tenía una pequeña linterna amarrada a la gorra de natación, la que iluminaba de manera escasa el camino que debía tomar. Pero esa situación no la incomodó, ya que a su lado iba su entrenador arriba de la lancha, quien la alentó y le dio fuerzas durante todo el recorrido.
En nada más y nada menos que 12 horas, 18 minutos y 40 segundos, después de un intenso nado en aguas abiertas, Pilar logró llegar a Punta Lara, en la ciudad de Ensenada, donde la esperaban sus amigos, familiares y los fiscales de Open Water Argentina, organizadores del evento, quienes le informaron que desde ese momento se convirtió en una de las mujeres más jóvenes del país en cruzar el río.
Cuando salió del agua, Pilar se recostó sobre la arena mojada, respiró profundo y comenzó a llorar. Esas lágrimas resumieron todo el esfuerzo que empeñó para lograr su sueño.
“Fueron muchas horas de entrenamiento y cosas que tuve que dejar de lado para poder entrenar y concentrarme las 24 horas del día. Pero no lo vi como una obligación, sino como un sueño cumplido”, esbozó Pilar con mucho orgullo.
“Vivo la vida que siempre soñé. Desde chiquita quise ser nadadora y dedicarme a esto. Por eso, entreno todos los días, trato de mejorar, ir al psicólogo deportivo, perfeccionar la técnica. Sé que es mucho esfuerzo el que tuve que poner para lograr este objetivo, pero lo vivo con tanta alegría que realmente no me cuesta hacerlo, lo disfruto, porque creo que lo más importante a la hora de hacer este deporte es disfrutarlo”, dijo Pilar.
“Para mí es sanador. Estar rodeada de naturaleza y sentir que vivís una experiencia única. Este deporte es mental y superespiritual”, añadió.
La joven de 19 años contó que estas experiencias la ayudan a meditar y a tener un contacto con la naturaleza. Incluso, antes de meterse al río, Pilar le pidió permiso. “Hay que entender que si lo estás haciendo, es porque la naturaleza te lo está permitiendo”, aseguró, y añadió: “Le tengo mucho respeto”.
Además, contó que le gusta socializar y conectar con personas que sienten el mismo amor por el nado como ella. “Es un deporte muy social y estás todo el tiempo conociendo gente que ve la vida de un amanera muy parecida a la tuya, que tiene muchas cosas hermosas para enseñarte. Te ayuda a rodearte de gente tan linda, es increíble”, cerró.
Por Carolina Villalba-TN