Ernesto Tulli usaba su fábrica como fachada. Arsenal, anotaciones “picantes” y un polígono de tiro tumbero. En unas escuchas se jactó: “Tengo más de 100 propiedades. Ya está”.
Esteban Fernando Tulli, de estudios secundarios completos, nació el 1 de junio de 1971. De ocupación industrial, comenzó a trabajar a los 15 años, hasta que, en 1999 -con cinco mil dólares- se hizo socio de una fábrica de zapatos, a partir de la cual nació “Angie ́s Shoes”.
La crisis pareció no afectarlo. Por el contrario, según el empresario, para el año 2002, había traído de Italia más de 400.000 pares de zapatos y ya conocía a los mejores clientes del país. Jura que creció con los créditos de los proveedores. En meses, dijo, hacían 3500 pares por día.
Notó que las dos fábricas ya le quedaban chicas. Por esa razón, resolvió sumar una tercera y alquiló un galpón en Boulogne Sur Mer 242, frente al cementerio de La Tablada, en La Matanza, distrito que se declaró, casualmente, capital del calzado en 2006, por una ordenanza municipal.
La producción, entonces, se duplicó y armaron un equipo de ventas en el interior del país. Para el año 2003 eran la fábrica más grande del país en segundas marcas, llegó a fabricar un millón y medio de pares por año, y viajó a Europa, Brasil y China junto a proveedores.
Hasta ahí, la historia oficial que cuenta Tulli, una versión muy diferente a la que ventila el expediente que señala al comerciante como uno de los narcotraficantes más poderosos de La Matanza, con nexos con los principales clanes encargados de ingresar cocaína al país y los principales jefes del narcomenudeo en los barrios en el conurbano.
Hasta que fue detenido en septiembre, el comerciante vivía en una imponente casa del Barrio Altos de Podestá, ubicada en Avenida Márquez 2521, en Tres de Febrero.
Se trata de un inmueble que se extiende a lo largo de, por lo menos, tres lotes del barrio, emplazándose justo en la ochava, de mampostería compacta y puerta de acceso de dos hojas.
A lo largo del perímetro, la vivienda es protegida por un paredón de más de dos metros de altura con tendido de púas en su parte superior, y al final, un portón garaje metálico de grandes dimensiones.
Cuando los detectives ingresaron a Angie ́s Shoes -con venta a la calle como outlet en un sitio que no es demasiado transitado- encontraron anotaciones, un arsenal y un polígono de tiro tumbero.
Resulta que, de acuerdo a la investigación del Juzgado Federal N°2 de Morón, Tulli utilizaba su fábrica como fachada.
El “Narco Zapatero” de La Matanza usaba su fábrica como fachada: droga, armas y lavado de dinero
En el local, se encontraron armas de fuego, equipamiento de minería para monedas virtuales, dinero en efectivo, pasamontañas, supresores de sonido (silenciadores), chalecos antibalas y municiones. No hallaron droga, pero estiman que también se usaba como lugar de acopio.
La Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) colaboró en la causa debido a que los tentáculos del empresario tocaban otros procesos judiciales vinculados a otros narcos de peso en el país.
Creen que la figura humana repleta de impactos de arma de fuego de bala demuestra que en ese lugar los integrantes de la organización practicaban tiro en ese polígono casero y que allí se probaban las armas que ofrecía a integrantes de grupos criminales.
Las discretas entrevistas de los detectives con diversos transeúntes y vecinos de las inmediaciones establecieron que al local concurrían personas con vehículos de alta gama, “los cuales no hacían compras de los productos que se exhiben ni tampoco consideraban que podrían utilizar ese tipo de calzado”.
Es más, todos en el barrio lo conocían como “el Narco Zapatero” y lo veían desfilar en su camioneta RAM modelo 1500.
Aunque juró en su indagatoria que “nunca se drogó ni vio droga”, fue procesado como el responsable del abastecimiento y distribución de grandes cantidades de sustancias ilegales en diferentes puntos del gran Buenos Aires.
Es, además, propietario de diferentes bienes de gran valor, lujos que sus hijos muestran en redes sociales. La zapatería sería, en esa línea, una pantalla para lavar dinero a través de dos firmas y la ayuda de un abogado.
A.C., su pareja, con un sueldo promedio de $12.500 al mes de mayo de 2020, registraba gran cantidad de vehículos a su nombre: dos Dodge Ram, dos Peugeot 307 y una Chevrolet Tracker. También cuenta con movimientos migratorios desde el año 2005 al 2018 hacia distintos destinos como Chile, España, Brasil, Uruguay, Italia, Estados Unidos, Gran Bretaña, México, Cuba, Francia, Panamá, Bolivia y Emiratos Árabes Unidos.
“Tengo más de 100 propiedades, ya está”
En la documentación secuestrada en la zapatería, se advierte con claridad diversas fichas donde se asentaban, en forma precaria, los montos que recibía por parte de terceras personas por las actividades a las que llamaba “picantes” relacionadas con las actividades narco y con la posible venta o alquiler de armas y municiones.
“Enano”, “Pepo”, “Paisa”, “Pachano”, “Keko”, “Poti”, “Gordo”, “Pibito”, “Cabezón”, “Caberna”, “Curli”, “Mati”, “Junin”, “Papo”, “Titán”, “VR”, “Cachete de La Palito”, “Chino de Billinghurts”, entre otros, integraban el grupo que Tulli denominó “Picante”, una palabra que haría alusión a que sus presencias “queman” o son “peligrosas”.
“Todo lo que hice en mi vida es trabajar”, se defendió Tulli que, advirtió sobre su magro estado de salud a los agentes judiciales: “Escupo sangre”.
Aunque afirmó que ya no se hablaba con sus hijos, entre las conversaciones, quedó registrada una del 18 de enero de este año con uno de ellos, en la que le comenta que viajaría a la Costa.
F.T: Está bien pa, tenés que disfrutar con toda la que hiciste ya
E.T: Y sí, ( se rien), tengo más de 100 propiedades ya está…
F.T: Tenes que disfrutar ahora ¿Para qué querés más?
E.T: Tenés razón
F.T: Búscate una guacha de 20 años
E.T: Más vale (risas…)
Si realmente el “narco zapatero” estaba pensando en retirarse, ya era tarde: las pruebas en su contra se acumulaban y, esta vez, ningún vínculo en las fuerzas de seguridad podrían salvarlo de la prisión
Por Cecilia Di Lodovico-TN