La Justicia de Israel lleva adelante un juicio contra el primer ministro, Benjamin Netanyahu, acusado de fraude, soborno y abuso de confianza. El proceso, que inició en 2020, se había suspendido desde los ataques de Hamás a Israel el 7 de octubre, pero ha sido reanudado este lunes 4 de diciembre de 2023, a cargo del Tribunal de Distrito de Jerusalén. El proceso vuelve a estar en marcha, en medio de la ofensiva militar de Israel sobre Gaza. Netanyahu deberá enfrentar el proceso judicial en su contra, mientras continúa con su objetivo de aniquilar a Hamás.
Dice ser inocente. Benjamin Netanyahu, de 74 años, ha negado su responsabilidad en los tres cargos de corrupción que le imputa la Justicia de su país. En los tres casos habría intentado intercambiar favores para beneficiar a sus amigos, a medios de comunicación o a empresas a cambio de regalos o de mejorar la imagen de su Gobierno.
El proceso ha tenido largas, al ser inédito, por tratarse de la primera vez que un primer ministro en funciones es juzgado. Este lunes 4 de diciembre el Tribunal de Distrito de Jerusalén decidió reanudar el caso, luego de que las autoridades del país autorizaran a todos los tribunales continuar con sus labores, que fueron suspendidas tras el ataque de Hamás, el 7 de octubre.
En plena avanzada de las tropas de Israel en el sur de Gaza, a casi dos meses de iniciado el conflicto, Benjamin Netanyahu, líder del partido derechista israelí Likud, deberá enfrentar el proceso judicial en su contra. Aunque no está previsto que comparezca en los próximos días, el Tribunal recibirá la versión de varios testigos dentro del caso. Una tarea que se complica porque algunos no podrán estar presentes debido a que fueron trasladados por razones de seguridad, en medio del conflicto en Gaza.
Los Casos ‘1000’, ‘2000’ y ‘4000’
A Netanyahu le acusan de haber cometido fraude, soborno y abuso de confianza en los llamados casos ‘1000’, ‘2000’ y ‘4000’.
El Caso ‘1000’, por ejemplo, se refiere a un supuesto intercambio de favores políticos a cambio de regalos. De acuerdo a medios locales, el productor de cine israelí Arnon Milchan habría sido uno de los beneficiarios de que Netanyahu haya dado el visto bueno a una ley fiscal, que aseguraba la disminución de los impuestos a los ciudadanos que regresaran del extranjero.
El multimillonario James Packer, amigo cercano de Netanyahu, también habría recibido favores del primer ministro de Israel. Packer es acusado de soborno.
Para la Fiscalía, “hay suficientes pruebas para demostrar la entrega de regalos”. Según los fiscales, entre 2007 y 2016, el mandatario habría recibido presentes valorados en hasta 700.000 shekels (195.000 dólares), incluidas cajas de puros, botellas de champán y joyas. Netanyahu ha admitido estas entregas, pero asegura que son regalos entre amigos.
El caso ‘2000’ tiene que ver con un supuesto pacto al que habría llegado con Arnon Mozes, editor del diario ‘Yediot Aharonot’, para recibir una cobertura positiva de su Gobierno a cambio de dificultar las actividades de un medio rival.
Mientras que el caso ‘4000’ se remonta al 2012 y 2017, cuando el líder político habría hecho favores a la compañía más grande de telefonía israelí, Bezeq, a cambio de impartir una imagen favorable sobre su Gobierno.
Netanyahu asegura que el juicio va “en contra de la voluntad del pueblo”
Desde el inicio del juicio, Netanyahu acusa que el proceso judicial en su contra se trata de una persecución política por parte de sus opositores de izquierda, que tendrían la intención de sacarlo del poder.
“Estas investigaciones fueron contaminadas y preparadas desde el primer momento”, dijo Netanyahu, en 2020, ante de la audiencia de lectura de los cargos en su contra. “Lo que se está juzgando hoy es un esfuerzo para frustrar la voluntad del pueblo, para derrocarme a mí y a la derecha”, agregó.
Hasta el momento, Netanyahu no se ha pronunciado sobre la reanudación de su caso. Por su parte, varios ministros del Gobierno sí reclamaron la decisión del tribunal de Jerusalén. Uno de ellos, el Ministro de Cooperación Regional, David Amsalem, quien dijo que el primer ministro israelí tiene en este momento tareas “más importantes” como la guerra, rescatar a los secuestrados y mantener la economía.
Tras la imputación de los cargos en su contra, Benjamin Netanyahu propuso un paquete de reformas judiciales que conmocionó a Israel y recibió un contundente rechazo de parte de la ciudadanía, con multitudinarias protestas, que se suspendieron tras el ataque de Hamás.
Entre sus propuestas de reforma, el control de los magistrados del Supremo, que podría beneficiar al primer ministro.
De acuerdo a medios locales e internacionales, en todo este tiempo que ha durado el juicio, el primer ministro ha intentado llegar a un acuerdo con la Fiscalía para que, en caso de ser condenado, no termine en prisión.
Por Patricio Peralta-France24 con AFP y medios locales