Suspender las PASO de agosto para ir directo hacia la primera ronda de octubre. Por Jorge Asís
Supersticiones peronistas
“Solo desde el peronismo se puede gobernar la Argentina”.
Al concluir el mandato de cuatro años, El Tercer Gobierno Radical -presidido por Mauricio Macri, El Ángel Exterminador- perforó la fundamentada superstición del peronismo.
Cabe la posibilidad de perforar otra fundamentada superstición.
“Un gobierno peronista sólo puede ser interrumpido por golpes militares”. Como en 1955 o en 1976.
Sin adelantar la entrega democrática. Como el radical Raúl Alfonsín, El Providencial (1989).
O trepar al helicóptero como el radical Fernando De la Rúa, El Traicionado Perfecto (2001).
El gobierno de La Doctora -que preside Alberto Fernández, El Poeta Impopular- persiste con paliativos insuficientes para aproximarse al final.
O hasta la irresponsabilidad de las PASO. Elección inútil que financia escandalosamente el Gorro Frigio.
Mientras se cuentan las monedas para un cortado en jarrito, en pleno descontrol de la descomposición social.
El Estado, Gorro Frigio, hoy se sostiene con el malabarismo de Sergio Massa, El Profesional.
Artista de variedades que hace equilibrio sobre la cuerda floja para evitar el descalabro.
Artimañas de magia ante los espectadores hastiados del circo de la decadencia.
El fracaso como elemento unificador
“Carretera sin salida, punto muerto o callejón sin salida”.
Traducción de “cul de sac” (confirmar en Google o Wikipedia).
Laberinto sin ningún “arriba” por donde escaparse. Argentina atraviesa la larga marcha en el cul de sac.
Con recíprocas atribuciones de culpas, dos coaliciones rotas -Frente de Todos y Juntos por el Cambio- reproducen rencores circulares con frivolidad estremecedora.
En Frente el presidente y la vice se detestan sin ocultarlo.
En Juntos Mauricio y Horacio se desprecian, aunque atenúan las diferencias con fotografías sonrientes.
Las coaliciones rotas se sienten taladradas por el avance irresistible de Javier Milei, El C-Boy.
Con muy poco, Milei los desborda. Animador sustancial de las elecciones más perjudiciales que se tenga memoria.
El Frente resultó eficaz para acabar con el macrismo en 2019.
Hoy Juntos se propone como el instrumento eficaz para acabar con el patológico kirchnerismo en 2023. Y repetir la epopeya de 2015.
El fracaso funciona como el elemento unificador de las coaliciones rotas.
Líderes que confrontan -La Doctora y el Ángel- capitulan sin entusiasmo. Se resisten a encabezar las deterioradas escuderías.
Vuelven a ser, sin hidalguía, recíprocamente funcionales. Para cederle gratuitamente a Lula la cucarda de «líder regional».
Paradoja de Cavallo
En el Frente coexiste el conflicto entre el lenguaje y la acción. Entre el relato con los hechos deplorables que la insolvente vulgaridad genera.
Culmina con zafarrancho. La Doctora vice enfrentada al presidente vaciado que inventó.
Pero lo deja con la ferretería institucional que brinda el Gorro Frigio y la ferretería institucional del Partido Justicialista de cochería.
Mientras tanto quien gobierna es Massa. Se arriesga a reiterar en 2023 la paradoja de Domingo Cavallo de 2001.
El arrojo de quien se hace cargo del desastre en pleno cul de sac.
Para quedar estampado en la historia como el privatizador de la catástrofe que quiso evitar.
Cavallo nunca pudo salir del corralito. Hoy asoma Massa como culpable hasta de la sequía.
La esquizofrenia agudiza las contradicciones.
La Doctora zafa con el relato y ningunea a Alberto. Se despacha contra el acuerdo con el Fondo por mantener recetas «inflacionarias y recesivas».
En simultáneo Sergio se persigna ante el Fondo para procurar dólares que posibiliten continuar con la marcha en el cul de sac.
Los que adhieren al relato anticolonial no tienen un pepino que ver con las marcas de la realidad que Sergio maquilla.
Puede entenderlas Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol, que mantiene el optimismo de la revancha.
Otra opción, Eduardo de Pedro, El Wado, se eleva para encarar la elección gratuita. Pero amenaza con anotarse también otro Sergio más popular.
Por supuesto es Sergio Berni, Alan Ladd.
O Juan Grabois, El Santo, que califica tranquilamente a Massa de “cagador”. Sin disponerse a bancar “otro Alberto”.
Taladros
En el taladrado Juntos, Horacio Rodríguez Larreta, Geniol, desde que lo durmió a Mauricio se siente aliviado. Tan seguro como suelto y casi feliz.
Desde que lo vacunó a Mauricio, comienza Geniol a sentirse “jefe”.
Ya no le interesa siquiera que Diego Santilli, El Bermellón, sea el único candidato de la Mutual PRO en La Provincia Inviable.
Prefiere aplastar con votos para Santilli a los osados postulantes de la señora Patricia Bullrich, La Montonera del Bien.
Como Joaquín de la Torre, El Ancho de San Miguel, o Javier Iguacel, División Miami.
Y confortar con un recursivo Xanax a Cristián Ritondo, El Potro, peronista originario (como Santilli).
El afectado Potro se quedó sin techo cuando la señora María Eugenia Vidal, La Chica de Flores de Girondo, decidió adherir a la onda de bajarse (como Mauricio, Alberto y como, en efecto, La Doctora).
Tampoco Larreta estimula un candidato único para el Maxikiosco. Fernán Quirós, El Tío Bueno, elegido para despachar los cigarrillos redituables y los chocolates furtivos.
El beneficiado exclusivo de la pandemia. Por la persuasiva argumentación, excelentemente complementada por el rostro amable de tío generoso.
De médico sensible que regala muestras medicinales y saluda a los encargados de edificios que barren veredas.
La dificultad de Quirós consiste en la falta de apasionamiento para hacer campaña.
Mauricio simula su furia apenas entre las fotos. Al primo sagaz, Jorge Boga Macri, Paladar Negro I, de pronto la condición de paladar negro se le vuelve piadosamente en contra.
Mientras Boga se habituaba a construir como rival al radical indemne Martín Lousteau, El Personaje de Wilde, Horacio decidía empoderar frontalmente a Quirós, El Tío Bueno.
Por falta de presente, Mauricio le vaticina a Vidal un “buen futuro” en el próximo gobierno.
El pretexto del futuro suele agudizar el presente lamentable.
A Patricia también se le vuelve en contra la carga pesada de ser la preferida de Mauricio.
Desde la coalición rota, La Montonera del Bien se siente con fuerzas para ganarle a Larreta en las PASO rigurosamente equivocadas.
Pero con quien Patricia compite, en realidad, es con Milei, El Taladrador que picó el seso a Juntos con los reconocimientos a Patricia y a Mauricio.
Para taladrar sin contemplaciones hasta a Horacio. Y a los progresistas radicales de fuerte vocación vicepresidencial.
La cultura que Facundo Manes, Cisura de Rolando -desde su propio cul de sac- intenta combatir románticamente.
Para ir con la «épica para adelante». Aunque se desgaste en las vueltas que lo plantan invariablemente en el mismo lugar.
Ruleta rusa
Grabar la sentencia del portal: «El problema de Argentina no es económico. Es estructuralmente político. Cuando la política se ordena la economía se acomoda».
Se impone suspender -con el objetivo de eliminar- las ridículas PASO de agosto de 2023.
E ir directamente hacia la primera ronda de octubre. Aunque se resistan a aceptarlo, todos los protagonistas necesitan un trimestre para ordenarse.
El sinceramiento eventual de la fragmentación debiera ser bienvenido para acabar con el bolero falso de la unidad.
Hasta hoy, las PASO se van a celebrar. Cuando la Confederación de Provincias Unidas por la Contabilidad ya tenga resuelta la cuestión territorial.
La única pasión que les interesa, saludablemente, a los gobernadores.
A casi ningún estadista de la Confederación le va a importar un carajo las diferencias entre Larreta y Bullrich.
De Grabois o Scioli. Menos importará el destino de Miguel Pichetto, El Lepenito, de la señora Elisa Carrió, La Bien Pagá, o de Facundo Manes.
La cuestión nacional hoy es exclusiva responsabilidad de las dos versiones de Buenos Aires. La Provincia Inviable y el Artificio Autónomo o Maxikiosco.
Corresponde atenuar la incertidumbre de la mortífera transición entre las PASO (para derribar) y la entrega del poder en diciembre.
En efecto es una ruleta rusa. Lúdica incitación al suicidio institucional. Mientras la sociedad se descompone entre el desastre de la economía y la larga marcha en el cul de sac.
Y desde el cul de sac. El callejón sin salida. O con salida que induce a la atracción del abismo.
Continuará