El objeto hallado en el departamento del empresario se convirtió en una de las varias áreas grises del caso. El martes 16 se celebra una audiencia clave en la Justicia
La causa que investiga la confusa muerte de Emmily Rodrigues, la joven brasileña fallecida el 30 de marzo pasado en medio de una fiesta de consumo de drogas en el piso del empresario Francisco Sáenz Valiente, se acerca a un punto clave. El juez Martín Del Viso aceptó la apelación de los fiscales Santiago Vismara y Mariela Labozzetta, así como la presentada por el abogado querellante Ignacio Trimarco en representación de los padres de Emmily sobre la falta de mérito dictada a Sáenz Valiente el mes pasado. Vismara y Labozzetta pidieron que Sáenz Valiente sea procesado con prisión preventiva por el delito de femicidio y por proveerle a Emmily las drogas que llevaron a su muerte. Así, el caso quedó en manos de la Sala VI de la Cámara Criminal y Correccional, con una audiencia agendada para el martes 16 de este mes.
Por lo pronto, Sáenz Valiente, defendido por el abogado Facundo Orazi junto a Rafael Cúneo Libarona, continúa en libertad. Del Viso había dictado la falta de mérito, ya que los fiscales no habían podido establecer hasta el momento cómo el empresario había matado a Emmily. Héctor Di Salvo, forense autor de la autopsia al cuerpo de la víctima en la Morgue Judicial, aseguró que todas las lesiones que sufrió fueron compatibles con su caída de 21 metros al vacío. No había rastros de abuso sexual, así como heridas defensivas.
En su apelación, los fiscales hablaron de una “escena sexualizada” con juguetes eróticos y lencería, así como objetos fuera de lugar, contradicciones en declaraciones testimoniales. Se habían secuestrado dos preservativos en el departamento de Retiro, que fueron peritados por la Policía de la Ciudad: no se encontró en ellos semen o sangre. Por otra parte, todavía no se cuenta con los resultados de las pericias toxicológicas a las muestras tomadas al cuerpo de Rodrigues para detectar drogas, otra área gris.
Los fiscales aseguraron, también, que “en el lugar se encontraron tres jeringas –una, con líquido a determinar”. Un análisis de los audios de los llamados al 911 de Sáenz Valiente realizados por la DATIP del Ministerio Público Fiscal, en donde pidió a la Policía porteña que llegue al lugar, reveló que una mujer -que no fue identificada, pero se presume podría ser Emmily- grita: “¡Me pincharon!”. Sin embargo, su cuerpo no tenía ninguna marca de punción, al menos según la autopsia.
La jeringa
De inmediato, el defensor Orazi pidió saber en la causa de qué se trataban estas jeringas, que aparecieron en allanamientos posteriores. El 27 de abril, Vismara envió una respuesta.
“Se consignó que en el último allanamiento realizado en el domicilio del imputado se encontraron tres (3) jeringas, una de éstas con líquido, vengo a aclarar que -en rigor- sólo se incautó una, la que poseía una sustancia en su interior para su posterior cotejo y análisis”, afirmó el fiscal.
“Respecto de las restantes, el personal de la Unidad Criminalística Móvil informó que fueron dejadas en la mesa de luz donde se habían encontrado, por carecer de material apto para cotejo -v. constancia actuarial del día de la fecha”, concluyó.
La imagen de la jeringa secuestrada, cubierta con un envoltorio, ilustra esta nota. Según fuentes de la causa, se halló solo el émbolo, sin la aguja correspondiente.
Francisco Sáenz Valiente
Para el 30 de este mes, la Justicia dispuso una pericia del área biológica de laboratorio químico, que realizará la Policía porteña. La jeringa, o mejor dicho, el émbolo, está marcado como la prueba “F9″ en el expediente. No será el único elemento a analizar: hay 48 objetos secuestrados en el departamento, desde juguetes sexuales hasta latas de gaseosa.
La pericia que se realizará buscará sangre, semen o cabello humano. Cualquier otro líquido que sea detectado será enviado a Gendarmería o la Policía porteña. Es decir, se la analizará en busca de sangre humana, para determinar si Emmily, efectivamente, fue inyectada. El líquido que tenga adentro es una historia aparte.
Por Federico Fahsbender-Infobae