El fallecimiento del mandatario iraní junto al ministro de Relaciones Exteriores trae un impensado período de cambio para Medio Oriente.
En la época más álgida de Medio Oriente, las muertes del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, y del ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amirabdollahian, sacudieron a la política nacional e internacional. El fallecimiento del mandatario se traduce en una convocatoria a elecciones en 50 días y la posibilidad de un cambio en el esquema de poder iraní.
En DEF te contamos qué puede suceder en Irán en el corto plazo y cómo podría repercutir la muerte de Raisi en la injerencia de la potencia islámica en la región.
¿Qué sucedió en Irán tras la muerte de Ebrahim Raisi?
El fatal accidente del helicóptero Bell 212 que trasladaba al presidente iraní Raisi, al ministro de Relaciones Exteriores Amirabdollahian, al gobernador de Azerbaiyán Oriental Malik Rahmati y al Ayatollah Al-Hashemi de la mezquita de Tabriz sorprendió a Medio Oriente y al mundo.
La comitiva retornaba a Teherán tras la inauguración de la central hidroeléctrica Giz Galasi, una obra que presentó junto al presidente de Azerbaiyán Ilham Alíyev, cuando el helicóptero se estrelló cerca de Jolfa, una ciudad fronteriza de la provincia de Azerbaiyán Oriental.
Debido a las fuertes lluvias y los problemas de visibilidad que se reportaron en la zona, los equipos de rescate demoraron en localizar y arribar al lugar del accidente. Tras 17 horas de incertidumbre, los informes confirmaron la muerte de los cuatro funcionarios, del general de brigada Mohammad Mehdi Mousavi y de los pilotos de la Fuerza Aérea iraní que manejaban el Bell 212: los coroneles Seyed Taher Mostafavi y Mohsen Daryanosh.
Los fallecimientos de Ebrahim Raisi y Hossein Amirabdollahian sacuden la política nacional y la someten a una serie de cambios imprevistos. Como dicta la Constitución de la República Islámica de Irán, el vicepresidente Mohammad Mokhber asumió como presidente interino y permanecerá en el cargo por 50 días.
Dentro de este plazo, Mokhber integrará un consejo con el presidente del poder judicial y el presidente del Parlamento para representar al poder ejecutivo y llegar a un acuerdo para realizar nuevas elecciones presidenciales, el próximo 28 de junio.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Amirabdollahian, será sucedido en el cargo por Ali Bagheri Kani, viceministro y principal negociador del programa nuclear iraní ante la ONU.
El Líder Supremo de Irán Alí Jamenei, quien veía en el fallecido Raisi un sucesor para la cúspide político-religiosa, cumplirá un papel fundamental en los futuros comicios y deberá también buscar un nuevo sucesor para los Ayatollah.
El escenario y los bandos rumbo a las elecciones
La muerte de Raisi trae un impensado problema para la dirigencia política de Irán. El gobierno de transición tendrá hasta el 28 de junio para convocar a elecciones. A escasas horas del fatal accidente aéreo, no están confirmados los aspirantes a presidente, sin embargo, es notoria la puja de poder entre la política y la religión de los Ayatollah.
La cabeza del ala clerical del gobierno, Alí Jamenei, tendrá el poder para elegir exclusivamente a los candidatos oficialistas que disputarán la acotada campaña electoral. Mientras, la oposición está excluida de la contienda.
El nuevo presidente, además de encabezar el Poder Ejecutivo, traerá una ola de cambios. En un principio, deberá ratificar o reemplazar con hombres de su confianza a los 22 ministros que conformarán su gabinete.
En el caso particular de Raisi, el futuro sucesor del Líder Supremo, la situación supone una metamorfosis mayor. Si bien el cambio de liderazgo político-religioso no se planteaba como una situación urgente, un Jamenei de 85 años había elegido al fallecido presidente como su reemplazante en el cargo de mayor autoridad de Irán.
Sin saber cuando Alí Jamenei abandonará el puesto que mantiene desde 1989, un hipotético y nuevo Líder Supremo ostentará un poder de transformación real. Podrá elegir al nuevo jefe del Poder Judicial y las autoridades del Consejo de Conveniencia y del Consejo de Guardianes, órgano que controla el accionar del jefe de Gobierno, del Parlamento y de la Asamblea de Expertos.
El Líder Supremo tiene una injerencia única en los procesos legislativos, ejecutivos y judiciales, siendo interventor directo en la división de poderes. La sorpresiva muerte de Ebrahim Raisi no supone solo una crisis del gobierno, sino un posible cambio de rumbo en el esquema de poder de los Ayatollah.
Por Nataniel Peirano-DEF