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La oscura historia de Pachelo: su adicción al juego, una vida de lujos y las tragedias que lo marcaron

Lo que parecía ser un caso cerrado, este miércoles tomó un giro inesperado y el principal sospechoso por el asesinato de María Marta García Belsunce fue condenado a prisión perpetua. Ya estaba preso por múltiples robos. Si el detenido apela, la causa podría escalar hasta la Corte Suprema.

Nicolás Pachelo volvió a ser noticia este miércoles después de que la Justicia lo condenara a prisión perpetua por el crimen de María Marta García Belsunce, ocurrido hace 22 años en el country Carmel. Lo que parecía un caso sin resolver, tomó un giro drástico que puso al principal acusado en una situación complicada.

La vida de Pachelo está marcada por tragedias, adicciones y violencia. Nació en junio de 1976, en el barrio Villa Rosa de Pilar. Vivió en un departamento de Retiro junto a sus padres, Silvia Magdalena Ryan y Roberto Pachelo, rodeado de lujos, ya que se trataba de una familia con un buen pasar económico.

Su papá, apodado “el gordo”, era un reconocido piloto de carreras, pero se dedicaba a administrar una tosquera en Pilar que luego le heredó a su hijo. Se suicidó en 1996, cuando Nicolás tenía 20 años. La pareja de Roberto, Jacqueline Barbará, declaró que el joven tuvo que ver con su muerte y pidió que lo investiguen, asegurando que tenía sentimientos “de odio” contra su padre.

Uno de los autos que Pachelo padre usaba para competir. (Foto: Popular)
Uno de los autos que Pachelo padre usaba para competir. (Foto: Popular)

En 2003, a Nicolás lo volvió a golpear una tragedia: su mamá se tiró del piso 11 del mismo departamento donde vivió durante su infancia, después de enterarse de que su hijo era un delincuente y, posiblemente, un homicida.

Pachelo no tuvo un trabajo estable más que como ayudante en la empresa familiar y una changa como paseador de perros que hizo cuando era adolescente. Intentó tener su propia empresa con su esposa, Inés Dávalos Cornejo. Así fue que en 2007 fundaron NICODAVA S.A., firma dedicada a la construcción, que nunca logró despegar.

Por desgracia de la familia Pachelo, Nicolás encontró su -lamentable- “vocación” como delincuente en el country Tortugas. Allí se mudó con su esposa y sus tres hijos, y cometió múltiples robos en la casa de sus propios amigos.

Según contó Inés en el juicio, él era amigo de empresarios y políticos con los que solía jugar a la pelota. Se ganó su confianza y luego los traicionó. A uno de ellos le robó una copia de las llaves de su casa y entró cuando no estaban. Se llevó un televisor, un teléfono inalámbrico y varías cámaras de fotos.

También lo acusaron de robar en otras cinco casas del mismo barrio privado. Entre las víctimas hay un banquero, un empresario gastronómico y hasta la hermana de un ex intendente de Pilar, de donde se llevó 32.000 euros, entre 1.600 y 2.000 dólares, 9.000 pesos, tres lingotes de oro, una pistola Glock, joyas y relojes.

Cuando se mudó a Carmel, los vecinos empezaron a tenerle desconfianza, ya que se rumoreaba que tenía antecedentes delictivos. Incluso, fue apuntado por los García Belsunce por haber secuestrado a su mascota, un labrador negro.

Inés Dávalos Cornejo, la expareja de Pachelo. (Foto: Télam).
Inés Dávalos Cornejo, la expareja de Pachelo. (Foto: Télam).

En el juicio en su contra, su ex lo defenestró: “Yo me di cuenta de que era turbio, que tenía muchos problemas. No tengo mucho recuerdo de lo que pasó en Carmel, por ahí tengo recuerdo de lo que pasó en Capital por robos y hurtos que cometía. Es muy mentiroso y controlador. Es un tipo que impone miedo, yo sentía miedo”.

También contó que era jugador compulsivo, que apostaba en el póker, y que había perdido toda su herencia debido a su adicción al juego. A principios de 2012, Pachelo se consagró campeón del Mantra Grand Slam de Punta del Este, donde ganó nada más y nada menos que 61 mil dólares. Claramente, lo “patinó” todo en las apuestas.

Condenas por robo, venta de drogas y por el brutal crimen de María Marta

El primer juicio contra Nicolás Pachelo fue en 2003, cuando el Tribunal N°5 de la Ciudad de Buenos Aires lo juzgópor los robos en las casas de sus amigos. Dos años después, el acusado firmó un acuerdo con la fiscal general, admitiendo siete hechos, por lo que recibió una pena de cuatro años de prisión.

Por aquel momento, no estaba entre la lista de sospechosos por el crimen de María Marta, aunque su nombre resonaba en el expediente y en la cabeza de Carlos Carrascosa, que lo apuntaba como el autor material del homicidio.

Diez años más tarde, a Pachelo lo detuvieron por vender drogas de diseño en fiestas electrónicas VIP en casaquintas de la zona norte del conurbano bonaerense, lugares donde frecuentaba junto a su grupo de amigos, los pocos que le habían quedado.

Su detención fue en 2015, en el marco de un allanamiento de la Policía Federal en General Rodríguez. Se le decomisó una bolsa con más de cien pastillas. A raíz de esto, fue procesado por “tráfico ilegal de sustancias estupefacientes, agravado por el número de personas organizadas”, aunque quedó en libertad a la espera del juicio, que se hizo en 2019. De igual forma, no fue preso.

Su situación se complicó en 2022, cuando se convirtió en el principal acusado por el homicidio en el country Carmel. A pesar de que la fiscalía había aportado distintas pruebas del día del asesinato, los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de San Isidro no lo encontraron responsable del asesinato y lo absolvieron.

Nicolás Pachelo fue absuelto en 2022 por el crimen de María Marta García Belsunce. (Foto: Télam).
Nicolás Pachelo fue absuelto en 2022 por el crimen de María Marta García Belsunce. (Foto: Télam).

Sin embargo, el mismo tribunal lo condenó a 9 años y 6 meses de prisión por seis robos cometidos entre 2017 y 2018, al considerarlo coautor del delito de “robo agravado por haberse cometido por efracción”.

Actualmente, el acusado está alojado en un penal de Gorina, en la ciudad de La Plata, donde estudia para ser periodista y con puntaje de conducta “10″.

Tras la decisión del Tribunal de Casación de revocar el fallo que lo absolvió, es posible que la defensa recurra a la Suprema Corte de Justicia, contando con diez días hábiles para hacerlo y planificar sus estrategias para la siguiente instancia judicial, un caso que podría terminar en la Corte Suprema de la Nación.