¿Se viene la grieta generacional en el PRO?
Con la noticia de que Mauricio Macri quiere recuperar su pyme partidaria para recuperar la centralidad surgió el candidato inesperado para enfrentarlo: el gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres.
Torres quedó obnubilado con las luces de la gran ciudad, pasa más tiempo en Buenos Aires que en su provincia. Se materializó la idea de ir por la conducción del PRO para ser un potencial candidato a presidente.
Una de las características del mandatario chubutense es que jamás terminó un mandato. Dos años como diputado nacional, dos años como senador nacional. Menos de dos meses como gobernador y ya planifica instalarse en Buenos Aires para pensar en el sillón de Rivadavia.
El inestable Javier Milei que llegó a la política sin pergaminos ni virtudes razón que ilusiona a Torres de que los tiempos le jueguen a favor y se agote la cruzada libertaria de hambre y ajuste en nombre de la libertad.
Desde su entorno aseguran que están encolumnados detrás de su figura casi todos los gobernadores macristas. Juntos por el Cambio se juega su reputacion o lo que queda de ella si acompaña la cruzada de Milei y sus cómplices-socios Federico Sturzenegger y Luis Caputo.
Si Milei cree que es un elegido de Dios, porqué no pensar que “Nacho” Torres como la mayoría de su generación creen tener la verdad la revelada y ser el indicado. Productos de la serie House of Cards y admiradores de Frank Underwood.
Su raid televisivo y genuflexión a los editorialistas porteños nos señala que quizás de verdad estamos ante un dirigente político que se aburre y siempre necesita un nuevo objetivo.
Ricos por rencor, políticos por aburrimiento. Así decía el poeta ante la ola neoliberal de los 90. con menos ideología y escrúpulos, no hay que extrañarse que Torres este pensando en la presidencia del PRO y de la Nación.
¿Y Chubut?, bien gracias.El estilo macrista de la nueva política de los globos amarillos. La burguesía se reinventa.
“Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez” René Descartes
Por Karl Fannon