Flavio Pinto de AIEPBA, organización que nuclea a los colegios privados en la Provincia de Buenos Aires expresó: “hoy no hay docentes en las aulas”, cuesta encontrar docentes por lo tanto se pueden sumar técnicos mediante capacitación, de entrada sin engañar queda a analizar en una futura nota ¿Por qué faltan docentes? Sin dudas estas expresiones van en desmedro de la calidad educativa, no todos pueden ser docentes, no todos pueden ser médicos, políticas, etc., hoy ser docente es ingrato, no hay inversión educativa, todo es un remiendo, falta idoneidad en la política educativa de Argentina.
La docencia no es una vocación, es una profesión la elegimos, si fuera vocación sería algo que nace de la inspiración con que Dios nos llama a algún estado. Sí elegimos nuestras profesiones con vocación, los docentes disponemos nuestras vidas al servicio de otro, como lo hace el policía, médico, abogados, presidente, políticos, etc.
Los paracaidistas educativos restan calidad, restan pedagogía, restan realidad áulica, se quedan en la realidad desde un escritorio. No soy corporativa, estudié abogacía y no por eso soy abogada y la historia como ciencia dada en ella no era ciencia era un cumulo de datos sin la visión de la ciencia. A la ciencia histórica la aprendí en la carrera de Historia y difieren, ser paracaidista educativo genera fallas pedagógicas peligrosas, la formación en pedagogía es fundamental para en el aula, los chicos lo palpan desde actos indisciplinas hasta no saber para qué están en el aula, aburrimiento, se manosea el conocimiento de la materia que se dicta.
Pero los docentes comemos, nos vestimos, divertimos, crecemos, estudiamos, etc. pero si solo los vemos como una vocación, ¿Cómo pagaremos nuestros gastos? ¿Cómo viviremos en un mundo donde se necesita dinero para vivir? Viviríamos y haríamos todos los días caridad educativa, ¿será esa una de las causas del bajo salario que nos pagan? En América Latina, la expansión de la educación ha estado acompañada de procesos de segmentación y exclusión social. La docencia se vive y no solo se ejerce, la vocación docente no debe limitarse al amor por la profesión. Necesitamos la excelencia en nuestras aulas y eso se logra con tratar a los docentes como profesionales de la educación.
La educación es una carrera de estudio, nunca se analiza así, siempre dicen apostolado, vocación, ect; obvio que los docentes, la mayoría tenemos vocación, como los médicos, políticos, secretarios de educación, etc. En nuestro país desde 1983 hubo 19 Ministros de Educación Nacional. Sólo 3 eran Docentes de Escuela y de aula: Salonia, que duró 3.5 años, Sileoni, que duró 6.5 años y Perczyk, que duro 2 años. El resto, abogados y economistas, ¿será una de las causas de la baja de la calidad educativa? ¿Falta de Idoneidad educativa?
Las Naciones Unidas en este año estima que faltan alrededor de 60 millones de docentes en todo el mundo, principalmente de educación secundaria, y claro, sobre todo, en los países en vías de desarrollo como Argentina.
La profesión docente no debe involucionar la calidad educativa. Nuestro sistema educativo actual se inició en 1884 con la ley 1420, la educación se profesionalizó, la docencia como Plan B, no genera buenos docentes.
Es una sentencia real ¿Si no me va bien en mi profesión, voy de docente? Claro ahí tengo salario, malo, pero todos los meses, esas eternas vacaciones, dos veces al año, y ¡tres meses!, etc, obvio todas falacias. Pero…planificar la calidad de los aprendizajes de diez millones de alumnos, es mucho más que un salario. En el caso de la educación pública de Argentina las administraciones presidenciales desde 1966 han estado desaparecidas, ausentes de reflejos y en estado de shock permanente.
Es necesario que la educación sea vista de una vez por todas como una inversión necesaria para transformar la sociedad y no como un gasto, solo el Gobierno del Presidente Arturo Illia, tuvo un presupuesta nacional de casi el 24% de inversión educativa tratando a la educación y docentes como verdaderos profesionales de la educación.
La escuela es una caja de resonancia de la sociedad, se está perdiendo el valor de lo educativo y significancia primordial sobre el valor de la institución escuela, esto hace que los chicos tengan una niñera cara en la escuela que los cuida, contiene, vemos a las familias que están renunciando a transmitir a sus hijos los valores básicos e imprescindibles de esfuerzo, dedicación y sana competencia para aprovechar la vida escolar, las autoridades solo se refieren a la educación en las campañas políticas.
Argentina necesita un Pacto por la Educación que involucre a todos los sectores, la educación no solo es para los que van a diario a la escuela todos nos debemos beneficiar del proceso y calidad educativa.
Concluyendo no hay ni debe haber plan B educativo, el futuro es hoy y la educación necesita docentes que sean profesionales de la educación y no paracaidistas educativos. La solución una educación planificada como política de estado en todo el país, y no fragmentación educativa Es necesario enfrentar un problema que generó la incapacidad de los gobernantes.
Daniela Leiva Seisdedos- Revista El Arcón de Clio