Ninguna bomba económica y la elección es para el centro. Poir Jorge Asís
Ningún acto de fe, solo un negocio
Consultora Sintra -orientada por el director del Portal- descree de los tanteos de las encuestas que consumen los adictos. Mantienen el sabor precocinado de las comidas enlatadas.
En desacuerdo con las interpretaciones vigentes, Sintra confirma la verdad elemental que no debiera sorprender.
Pese al descalabro estructural de la situación, Argentina se encuentra rigurosamente alejada del estallido de “la bomba económica”. La que se aguarda que explote con la banalidad de una consigna.
Pero no va a explotar un pepino. Ni siquiera durante “el próximo gobierno”. Como lo pregona el infantilismo estimulado por estrategias equivocadas.
Por decisión del mercado, nada va a explotar. Lo saben los expertos artesanos financieros que absorben tradicionalmente los maravedíes del ámbito local.
Lo saben los trascendentes buscapinas de Wall Street.
Ambos coinciden en el atributo espiritual de ganar dinero. Aguardar la remontada del país, menos que un acto de fe, es un negocio.
Conclusión no debida a los artilugios de artista de variedades del ministro de Economía, Sergio Massa, El Profesional.
Plantador de canjes que desorientan a sus detractores y arrastran las resoluciones hacia la posteridad. Mientras continúa con los equilibrios en la cuerda extendida entre edificios incendiados.
La segunda conclusión deriva en advertencia.
Pese a las categorías de severidad emocional que padece la agotada ciudadanía, las elecciones de 2023 van ser sustancialmente decididas por lo que se sintetiza como el centro político.
Advertencia para evitar deslizarse en el error conceptual de creer que, en las PASO, debe demostrarse ferocidad. Como en la primera vuelta.
Y que recién en la segunda vuelta debe recurrirse a la racionalidad.
Paradoja del duro cruzado que vuelve a la “casita de los viejos”, transformado en inofensivo conejo de peluche.
Mauricio y la simulada desesperación por volver
La teoría se verifica en la práctica. Cuando, desde el costado de Horacio Rodríguez Larreta, Geniol -uno de los cuatro que es-, se teme que otro de los cuatro, El Profesional, movilice a los amigos cómplices para alimentar a la señora Patricia Bullrich, La Montonera del Bien.
Porque prefiere, llegado el caso, y aunque niegue ser candidato, confrontar con Bullrich. Y no con Larreta.
Aunque estos dos de los cuatro -Larreta y Massa- facturan moralidades juntos desde que militaban por la consagración de Palito Ortega, Yo Tengo Fe.
Patricia es una atractiva parte del paisaje que no pertenece a la categoría superior por encontrarse fuertemente condicionada por la decisión que demora otro de los cuatro que sí es.
Mauricio Macri, El Ángel Exterminador. Con temple de estadista evolucionado, El Celebrity Mauricio administra la simulada desesperación por volver a ser presidente.
Pero tergiversada -la simulada desesperación- por el falso interés prioritario de ser comisionista de la FIFA.
El Celebrity mantiene encanutados 200 millones de dólares disponibles para encarar la campaña. Aguarda apenas que cesen los números desfavorables. La desaprobación es la única bala que le entra.
Mientras tanto, disuelve moneditas entre las dos damas lanzadas.
Patricia y la señora María Eugenia Vidal, La Chica de Flores de Girondo, ambas entusiasmadas con el placebo electoral.
Pero La Chica de Flores mantiene la sensatez de saberse parte del paisaje. Para decir: “Si Mauricio se lanza, me bajo”.
Americas Quarterly
“Piedra en la piedra y el hombre ¿dónde estuvo?”. Éxtasis de Pablo Neruda, en “Alturas de Machu Picchu”.
De pronto, los buscapinas de Wall Street que marcan el ritmo de cumbia del mercado -junto a los artesanos del pañuelo financiero local- se hicieron especialistas en el “esquisto”.
Piedras menos impresionantes que las cantadas por Neruda. Permiten extraer el “gas de esquisto y el petróleo de esquisto” (en inglés técnico “shale oil”).
Justamente para las vísperas del cierre de listas de las PASO aún se espera la puesta en marcha del primer tramo del gasoducto El Furia.
“Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, es el segundo depósito de gas de esquisto más grande del mundo y el cuarto más grande de petróleo de esquisto”.
Lo confirma David Feliba en Americas Quarterly.
“56.700 tubos de acero pueden marcar la diferencia”.
Pese a haber pagado en 2022 una factura por 4.300 millones de dólares en importaciones de GNL (el gas que viene en barquitos y se enchufa en Bahía Blanca), Argentina puede competir con talladores de estirpe en GNL, como Australia o Qatar.
Tal vez don Paolo, El Cientista de Techint, no pueda cumplir con la entrega de los caños.
Tampoco puede acelerarse más al señor Marcelito Mindlin, Hombre del Gaby.
Pero los buscapinas de Wall Street saben que, probablemente durante septiembre, en plena euforia electoral, Argentina podría exportar gas (del bendito esquisto) al Brasil.
Según The Financial Times (declaraciones del Profesional).
Para colmo, un tal Olaf Scholz, primer ministro de Alemania que asume la tarea ciclópea de suceder a la señora Merkel, durante el ardiente enero llegó interesado en la magia del esquisto.
Y en el litio. Pero sin haber tenido la oportunidad de conocer al doctor Ignacio Celorrio. Es quien más sabe de litio en Argentina. Lo explora en La Puna desde hace varios años para una empresa canadiense.
Celorrio suele indignarse ante los disparates ilusionistas que enuncian políticos y analistas con la cuestión del litio.
Se limita a extraerlo en la provincia que gobierna otro exponente pintoresco del paisaje. Gerardo Morales, El Milagrito.
Peronismo de Orquesta de Señoritas
El esquisto salvador (como gas o petróleo) es el insumo que condiciona las elecciones trascendentales de 2023.
Para contener a los tremendistas vocacionales y a los inocentes que debieran atender más al pensador Carlos Maslatón, El Doron de Fauda.
En Juntos por el Cambio los radicalizados se juegan por la bomba mientras se diluyen en fotografías y declaraciones de alto impacto que apenas consolidan a los convencidos sin información.
Dependen de la posición que adopte el Celebrity al volver. A los 64 años, Mauricio debe profundizar el sendero del filicida, y matar a Larreta, su hijo emancipado. O ser acaso víctima del parricidio.
Como Mauricio es un portador sano del Complejo de Milei puede optar por la señora Bullrich.
O pedirle a La Chica de Flores, a la que extrañamente no quiso exterminar, que lo acompañe en la fórmula.
Para ser, en adelante, en vez de jefe, “el líder de una facción” (reflexión del pensador Ignacio Zuleta).
En el Frente de Todos también dependen de La Doctora los fanáticos que sin ella se extinguen como las viejas grabaciones de las películas de espías en blanco y negro.
Pero La Doctora se comprime en el laberinto de la proscripción. Aunque a un candidato peronista se lo proscribe sólo si el peronismo se convierte en una cordial orquesta de señoritas.
El problema de La Doctora, única mujer entre los cuatro que son, dista de ser Sergio, al contrario, el otro que también es.
El obstáculo es la parte casi indiferente del paisaje. Alberto Fernández, El Poeta Impopular, segundo error íntimo.
De la orquesta de señoritas nadie puede bajarlo. Es el tercer o cuarto violín, pero con fierros institucionales, e instrumentos de depurada perversidad.
Sabe Alberto que la reelección es una causa perdida. Pero ¿por qué se va a bajar? Va a atormentar a La Doctora.
Y el compañero Larroque, Palomita Blanca, tendrá que esmerarse en pulir las declaraciones condenatorias.
Mientras tanto, Alberto mantiene atenazado a Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol. Pero Scioli es un pez enmantecado, acorralado en la estrategia de un Alberto con las manos enchastradas de miel.
Acaso Alberto se proponga enloquecerlos a fuego lento hasta el 18 de mayo.
Cuatro años después del histórico lanzamiento de La Doctora, con un tuit.
Con el rostro decadente de poeta romántico, el 18 de mayo de 2023, en su condición de presidente de la República y del PJ, podrá decir:
“He decidido proponer a los compañeros la fórmula Scioli-Tolosa Paz”.
Mientras tanto -sigue Americas Quarterly- el Servicio Geológico de Estados Unidos estima que yacen, bajo tierra, 14.400 millones de barriles de petróleo y 38 billones de pies cúbicos del bendito gas de esquisto.
Continuará