El ex-Ceo recibía quejas de todas las tribus del oficialismo. Rumores, la suba del dólar y una desmentida que Alberto Fernández no le creyó.
Apuntado por el círculo presidencial, que nunca avaló su desembarco, el cristinismo y el massismo, que lo acusó de generar inestabilidad en los mercados, Antonio Aracre dejó este martes su cargo como jefe de asesores de Alberto Fernández, en el que estuvo apenas 76 días, en medio del fuego cruzado por la abrupta suba del dólar blue.
Aracre anunció su salida a las 18.20, después de horas de operaciones cruzadas en la interna del Frente de Todos (FdT), que indicaban que el jefe de asesores del Presidente sonaba como reemplazante del ministro de Economía, Sergio Massa. “A raíz de los rumores que circularon desde anoche y a los efectos de desactivar cualquier operación tendiente a intranquilizar los mercados le he presentado al Presidente mi renuncia indeclinable”, escribió Aracre en su cuenta de Twitter.
Las versiones se dispararon el lunes por la noche, a partir de la columna del periodista Carlos Pagni en la LN+, que indicaban que en la Casa Rosada había funcionarios que aseguraban que el exCeo de Syngenta calentaba “motores” para reemplazar a Massa. El rumor provocó la bronca del Palacio de Hacienda, que acusó al entorno de Fernández de impulsar la renuncia del ministro y de provocar una corrida cambiaria con la instalación de los rumores.
“Instalaron el ruido de la salida de Massa y la entrada de Aracre y el mercado reaccionó”, argumentaron en Hacienda, en medio del aumento desmedido del dólar blue, que este martes alcanzó los 418 pesos, y de los dólares financieros. Aunque la subida del paralelo ya llevaba varios días y también era esperable a partir de la implementación del dólar agro, lo cierto es que se disparó en las últimas horas.
Según pudo saber Letra P, Aracre almorzó este lunes con el Presidente, a quien fue a ver con diferentes propuestas económicas. Las ideas del entonces jefe de asesores se filtraron luego a la prensa y creció la interpretación de que Aracre había armado un plan alternativo al de Massa ante supuestos cortocircuitos con Fernández. Otras versiones indicaban que la instalación de la salida del tigrense y reemplazo por el empresario obedecía a su posible candidatura presidencial de Massa, que sostiene en privado la incompatibilidad de su cargo con una campaña.
Más allá de los motivos, Aracre recibió este martes reproches por las filtraciones por parte del propio Presidente y de la portavoz Gabriela Cerruti. Fernández le dijo que “era grave hacer off the record que llevaran intranquilidad” a la economía. El ahora exjefe de asesores le aseguró a que él no había sido responsable de las filtraciones. El Presidente no le creyó y presentó la renuncia, que sorprendió hasta a sus propios colaboradores.
El ex-CEO de Syngenta nunca llegó a hacer pie en la Casa Rosada. Asumió como jefe de asesores del Presidente el 1 de febrero, en reemplazo de Julián Leunda, que había renunciado a principios de diciembre tras la filtración de los presuntos chats de Lago Escondido. Leunda había asumido en lugar de Juan Manuel Olmos, que pasó a ser vicejefe de Gabinete.
Respaldado únicamente por el Presidente, Aracre tuvo cortocircuitos desde un primer momento con Cerruti, con Massa y con otros colaboradores de Fernández, como Julio Vitobello, secretario general de la Presindencia. Los históricos laderos del primer mandatario y el cristinismo tampoco avalaron su desembarco: les molestó que llevara al referente de una multinacional a un gobierno del peronismo.
La decisión generó más ruido aun cuando, en una de sus primeras intervenciones mediáticas, Aracre habló de la necesidad de discutir una reforma laboral. El kirchnerismo salió a cruzarlo y el exjefe de asesores del Presidente debió aclarar que hablaba en nombre propio y no en representación del Gobierno.
Con Massa tuvo un primer enfrentamiento a mediados de marzo, cuando habló públicamente de la necesidad de avanzar en un desdoblamiento cambiario. El ministro de Economía había viajado a Panamá para participar de la reunión anual de las Asambleas de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) cuando se enteró de la versión. Enseguida llamó al Presidente para pedirle explicaciones.
La Casa Rosada debió salir a desmarcarse también de aquella declaración. A eso se sumó que el ministro de Economía se enteró de que Aracre le armaba reuniones al Presidente con empresarios en la Quinta de Olivos. El exjefe de asesores entendía que eran positivas y que aportaban a un Gobierno que tiene cortocircuitos con el sector privado. Explicaba que lo hacía de buena fe. La política funciona con otros códigos. A Massa le resultaba una afrenta personal. Este martes, la tensión escaló hasta que Aracre presentó la renuncia.
Por Gabriela Pepe – Letra P