Los comicios en Turingia y en Sajonia, ambos estados federados en el este alemán, confirmaron un avance de la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), causando un varapalo para la coalición de Gobierno del canciller Olaf Scholz. Este resultado tiene lugar a un año de las elecciones legislativas, ante lo cual Scholz pidió este lunes 2 de septiembre mantener el llamado ‘cordón sanitario’ contra la extrema derecha.
El canciller alemán, Olaf Scholz, pidió el lunes 2 de septiembre excluir de cualquier mayoría política a la extrema derecha alemana, que obtuvo resultados récord en dos elecciones regionales en el este del país. Un nuevo mensaje de advertencia para la frágil coalición gobernante.
Un año antes de las elecciones legislativas, el político socialdemócrata calificó de “amargos” los resultados del domingo, que ilustran la impopularidad del Gobierno que dirige desde finales de 2021.
Alternativa para Alemania (AfD), un partido antiinmigración, euroescéptico y prorruso, se ha convertido en la principal fuerza política en Turingia y le pisó los talones a los conservadores en Sajonia.
En una publicación de Facebook, Olaf Scholz instó a “todos los partidos democráticos a formar gobiernos estables sin la extrema derecha”.
“AfD perjudica a Alemania, debilita la economía, divide a la sociedad y arruina la reputación de nuestro país”, añadió.
El partido de extrema derecha, por el contrario, disfruta de su éxito en estas regiones de la antigua Alemania Oriental comunista.
“Tienen que hacer las maletas”, dijo la dirigente de AfD Alice Weidel a la coalición gubernamental.
“Los electores nos han dado un claro mandato para gobernar tanto en Turingia como en Sajonia y quiero advertir en contra de la tentación de desconocerlo. El cordón sanitario es antidemocrático”, agregó Weidel en una conferencia de prensa del partido.
La AfD pretende liderar la región donde quedó primero con el 32,8% de los votos, bajo el mando de Björn Höcke, una de las figuras más radicales del partido.
Todos los demás partidos ya se han negado a aliarse con él, pero “este cortafuegos antidemocrático no puede mantenerse a largo plazo”, aseguró Alice Weidel el lunes.
En Turingia, que fue la primera en llevar al poder a los nazis en 1932, la AfD tendría una minoría de bloqueo, lo que le permitiría, en particular, impedir el nombramiento de jueces.
Una perspectiva que asusta a Marius Günder, estudiante de farmacia de 22 años: “Estudio en Jena y queremos que Turingia esté abierta al mundo. Queremos que Alemania esté ahí para todos”, declaró a la AFP.
Siegfried Köhler no opina lo mismo: “Hay demasiados inmigrantes. Los extranjeros reciben dinero y nosotros, los jubilados, necesitamos que nos aumenten las pensiones”, afirma este hombre de 67 años en Erfurt.
“Una bofetada muy grande” para Olaf Scholz
Además de AfD, el bando que se opone al envío de armas a Ucrania se ve reforzado por el éxito del nuevo partido BSW, también muy opuesto a la inmigración. Fundado antes de las elecciones en torno a una figura de izquierda radical, Sahra Wagenknecht, obtuvo el 11,8% en Sajonia y el 15,8% en Turingia.
En Sajonia, los conservadores de la CDU (31,9%) también descartan cualquier alianza con la extrema derecha (30,6%), pero tendrán dificultades para encontrar una mayoría en el parlamento regional de Dresde.
En las elecciones europeas de junio, los tres partidos de la coalición (socialdemócratas, verdes y liberales) fueron duramente derrotados por la oposición conservadora y la extrema derecha.
Fragmentación del panorama político
El SPD de Olaf Scholz registró su peor resultado en unas elecciones regionales en Turingia, con un 6,1%. También en Sajonia, con un 7,3%, la situación es peor que hace cinco años.
Lo suficiente como para temer lo peor de cara a las elecciones regionales que se celebrarán el 22 de septiembre en Brandeburgo, circundante a Berlín y actualmente liderado por los socialdemócratas.
El Ejecutivo paga el descontento de una parte de la opinión pública, alimentado por la inflación o la transición ecológica que el Gobierno, bajo el liderazgo de los Verdes, intenta poner en marcha.
A la derrota prevista por las encuestas se sumó el impacto del atentado que dejó tres muertos a finales de agosto en Solingen (Renania del Norte-Westfalia, en el oeste). El presunto autor, un refugiado sirio de 26 años, debería haber sido deportado, lo que reavivó el debate sobre la inmigración.
El avance del partido BSW se suma a la fragmentación del panorama político. El movimiento intenta combinar políticas económicas de izquierda y conservadurismo en cuestiones sociales como la inmigración y el medio ambiente.
Se presenta como un hacedor de reyes en la formación de gobiernos locales, con demandas que van mucho más allá de la política regional: sus líderes reafirmaron el lunes que cualquier alianza estará condicionada al rechazo del despliegue de misiles estadounidenses de mediano alcance en Alemania y al apoyo a la “paz” ante la guerra entre Ucrania y Rusia.
Fuente: France24