Un año sin otra alternativa que la lucha
Alguna vez Jorge Luis Borges explicó que el concepto de mil más uno contenido en “Las Mil y una Noches” procuraba representar lo interminable. El mismo sentido buscó Arthur C. Clarke al escoger el título de su novela “2001. Odisea del Espacio”: Al infinito y más allá. Varias generaciones crecieron considerando al año 2000 como la representación de un futuro remoto… pero lo cierto es que hemos superado esa barrera casi por un cuarto de siglo y la Argentina en que vivimos se parece más a una pesadilla que a un sueño, y aún más a un pasado precario que a un porvenir capaz de dar respuesta a nuestras necesidades básicas. El Caputaso primero, el DNU después, y más tarde la llamada “ley ómnibus”, amenazan con transformar al país por donde pasó Evita y nació el Che en una enorme maquila del capital financiero trasnacional, gobernada por un dictadorzuelo digno de Gabriel García Márquez, pero ya no entronizado por bayonetas y picanas eléctricas sino por un significativo caudal de votos que dilapida a discreción, como si no fuera esta una era de inédita volatilidad de las simpatías electorales.
“El miedo solo sirve para perderlo todo”.
Manuel Belgrano
Drástico viraje político y consecuencias inmediatas
Paradojalmente, desde el Día Internacional de los Derechos Humanos, una casta atípica se ha hecho cargo del gobierno argentino. Salvo un pequeño rejunte de ex funcionarixs fracasadxs en sucesivas experiencias neoliberales, su núcleo duro carece de pedigrée político. Más bien constituye una familia disfuncional digna de la peor comedia negra, donde la Primera Dama (apodada “El Jefe”) es hermana del Primer Mandatario – un nene de mamá al que le falta mucha calle -, la supuesta novia aparece relegada en todos los protocolos, los hijos tienen cuatro patas, aconsejan al padre, y sus retratos han sido cincelados nada más ni nada menos que en el bastón presidencial.
Tras el discurso de asunción más apocalíptico que recuerde la historia de nuestro país, su oscuro pronóstico fue confirmado a través de la primera Cadena Nacional de la nueva gestión. Acogiéndose al pensamiento de su mentor, Mauricio Macri,el presidente procura aplicar una terapia de shock sobre la economía, en una carrera contra reloj que aprovecha los 100 días de gracia con que cuenta – según la creencia generalizada – hasta que se le agote el crédito electoral y buena parte de sus votantes comprenda en la que los metió. No obstante, al igual que en la debacle de la gestión De la Rúa, antes que tales anuncios culminaran, comenzaron a sonar cacerolazos de repudio que, con diversa intensidad, desde entonces no han dejado de producirse, como telón de fondo de las incontables manifestaciones de descontento que se suceden a lo largo y ancho de toda la geografía nacional.
En las antípodas de esa reacción, la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que reúne a gran parte de los dueños y dueñas del país, apoyó las medidas de Javier Milei que pretenden achicar el Estado y los déficits en las cuentas públicas, al tiempo que recibió positivamente los cambios destinados a desregular la economía propuestos en el Decreto de Necesidad y Urgencia que publicó el Gobierno, y que rige desde el 29/12. La entidad se expidió a través de un comunicado titulado “Una oportunidad histórica”.
Sabido es que buena parte de ese “círculo rojo” no apostaba por el economista liberal – libertario sino por una alternativa que no comprometiera tanto la gobernabilidad, como las que a su entender representaban Massa o Larreta. Pero a su pragmatismo no hay con qué darle, y ya cambiaron de camiseta.
En su reunión de fin de año, esxs exponentes del poder real reeligieron como presidente, por un nuevo período, al licenciado Jaime Campos. También a Paolo Rocca (que acaba de solicitar ayuda económica a los EEUU para apuntalar este tramo del gobierno nacional), a Héctor Magnetto, Sebastián Bagó y Alfredo Coto como Vicepresidentes, y a Marcelo Argüelles y Martín Migoya como Vocales. Se nominó también a Alberto Hojman como Tesorero.
Participaron del encuentro, además de los mencionados, Jaime Campos,(presidente de AEA), Luis A. Pagani (Arcor), Carlos Miguens (Grupo Miguens), Cristiano Rattazzi (Grupo Módena), Federico Braun (La Anónima), Luis Pérez Companc (Molinos Río de la Plata), Alberto Grimoldi (Grimoldi), Alberto Hojman (BGH), Eduardo Elsztain (IRSA), Marcelo Argüelles (Grupo Sidus), Marcos Galperín (Mercado Libre), María Luisa Macchiavello (Droguería del Sud), Charlie Blaquier (Ledesma), Mariano Bosch (Adecoagro), Claudia Álvarez Argüelles (Argüelles Hoteles), Martín Brandi (PCR), Alejandro Butti (Santander), Martín Castelli (Blue Star Group), Sergio Kaufman (Accenture), Pablo Roemmers (Roemmers), Gustavo Salinas (Toyota), Miguel Urus (PwC) y Amadeo Vázquez.
Será saludable retener esos nombres.
Por su parte, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, recibió en la sede de la entidad al secretario de Trabajo, Omar Yasin, para interiorizarse sobre las modificaciones que contempla el mencionado DNU que supuestamente “adecua distintos aspectos de las nuevas realidades laborales para generar empleo de calidad, formalizado y socialmente protegido, con un horizonte de previsibilidad para las empresas, en particular las pymes”.
Entre los flamantes funcionarios que se alinearon con las radicales medidas anunciadas por el oficialismo, el Ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona se refirió a las iniciativas que pretende llevar adelante en su gestión – la baja en la edad de imputabilidad, la ley ómnibus y otras definiciones – expresando que el megadecreto “es muy poco cuestionable”.
En tanto, la quita de derechos que dicha iniciativa propicia, también llegó hasta Ledesma. Ni lerda ni perezosa, la empresa aprovechó esa carta blanca para producir un significativo embate cultural al prohibir que sus empleados puedan mascar coca. “Ser una planta libre de coqueo es responsabilidad de todos”, dice la disposición, que alcanzará a los operarios de todas sus plantas y distribuidores, con amenazas de requisas. La Nueva Argentina de la “libertad” está en marcha.
Pero, como el pueblo argentino no come vidrio, su reacción para impedir el desguace de la Nación no se hizo esperar.
Trabajadores ferroviarios protagonizaron una protesta en el hall de la estación Constitución en rechazo a una eventual privatización, avalada tras el DNU del oficialismo. “Los trenes no se venden” y “La Patria no se vende”fueron las consignas, a las que se sumaron usuarios del Ferrocarril Roca. Los empleados manifestaron que la protesta no alteró el normal funcionamiento del servicio. Otro canto fue “¡El que no salta votó a Milei!”
Para La Bancaria, ese DNU “avasalla y golpea a la democracia y las instituciones”. El gremio se declaró en estado de “alerta y movilización” y rechazó que el Banco Nación y los bancos públicos en general, sean convertidos en sociedades anónimas.
Luego de conocerse las medidas en juego, son muchos los sectores gremiales que salieron a advertir que su implementación no será fácil. Por ejemplo, la calificación de las actividades portuarias y exportadoras como un “servicio esencial”, que impide el corte total de las actividades en la industria aceitera del Gran Rosario, principal fuente de divisas del país. Desde el gremio de aceiteros, que habitualmente consigue paritarias salariales que son la envidia de muchos otros sectores, advirtieron que la reforma laboral prevista en el DNU será el núcleo de conflictividad con el nuevo gobierno. Entre las decisiones más duras y catalogadas como anticonstitucionales por el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe (SOEA), figura la restrictiva “reglamentación del derecho de huelga en diversas actividades que son consideradas servicios esenciales”, un concepto que ha sido ampliado y alcanza a casi todas las actividades económicas. Según declaraciones del secretario gremial Martín Morales, el sindicato va a responder bloqueando los principales puertos y fábricas del país, pues aseguran que las medidas “tienen nombre y apellido”, ya que responden a peticiones de larga data por parte de las patronales. “Nosotros manifestamos nuestro repudio total, porque retrocedemos mucho en derechos laborales. Con estas medidas no violan solo la Constitución, sino tratados internacionales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) No hay manera de que tengamos aceptación sobre las condiciones que han puesto a la hora de hacer una huelga y de regular las asambleas que los gremios tienen normalmente”; expresó el dirigente.
Tras la conmemoración del Argentinazo llevada a cabo por el movimiento piquetero poco antes de las fiestas, la Asociación de Trabajadores del Estado se movilizó en todo el país, con un acto central en la puerta de la Jefatura de Gabinete de Ministros, para rechazar las primeras medidas y las promesas de despidos del gobierno de La Libertad Avanza y advertir que “el retroceso institucional es tan grave que de un plumazo nos devuelven a 1976”. El acto se intentó frenar, en otro desmedido operativo policial del protocolo antipiquete del Ministerio de Seguridad con Policía Federal y Policía de la Ciudad, que rodeó a los manifestantes y mantuvo una guardia dentro del edificio.
A partir de entonces comenzaron a sumarse recursos de amparo contra el impiadoso paquetazo de medidas.
En la última semana de 2023 tuvo lugar otra jornada de movilizaciones, paros y asambleas organizadas por ATE, coincidiendo con la marcha convocada por la CGT y las dos CTA hacia el Palacio de Tribunales, iniciativa que también acompañó un sector del movimiento piquetero.
A contrapelo del descontento generalizado, en la imperdible cena que compartió con Mirta Legrand – pieza de culto que recomendamos enfáticamente -, la Ministra de Seguridad expresó que la cúpula de la CGT tuvo “cuatro años y no hicieron nada” y se preguntó: “¿A quién representa? se representan a ellos porque los trabajadores, los cuentapropistas, todos fueron votantes del Presidente, de Javier Milei. Todos esos trabajadores quieren vivir en libertad”.
Pero todo indica que el apoyo mayoritario al gobierno anarco – liberal comienza a volatilizarse, en la medida en que su promesa de ajustar a la clase política se ve desmentida por la realidad, en tanto y en cuanto todo el peso de los sacrificios recae sobre lxs más humildes – que pasaron las fiestas más austeras que se recuerden – y sobre la soberanía nacional.
Sin ir más lejos, una medición realizada por la encuestadora Zubán Córdoba reveló que la mayoría de los argentinosconsideran comoincorrecta la gestión del presidentea menos de un mes de su asunción y desaprueban por completo las medidas tomadas, entre ellas el DNU y la Ley Ómnibus. Gustavo Córdoba, director de la empresa de investigación de opinión pública, adelantó algunos de los resultados de la encuesta en su cuenta de X y señaló: “Es un verdadero récord, la perdida de casi 1% de apoyo por día a la gestión presidencial, desde la asunción del 10 de diciembre pasado“. Uno de los puntos más importantes del sondeo demostró que un 54% de los entrevistados opinan que el país va en la dirección incorrecta desde que asumió Javier Milei. Por otra parte, el estudio señala que “desde su asunción Javier Milei perdió más de un punto de imagen positiva por día y hoytiene un 55% de imagen negativa“. “Es la pérdida de diferencial positivo más acelerada de la que tengamos registro. Nos atrevemos incluso a decir que probablemente sea la más acelerada en toda la historia de la región. Nunca se vio una caída tan pronunciada en tan corto tiempo“, sostuvieron. “Junto a su imagen personal hemos detectado también un colapso de prácticamente todo su sistema de ideas y sus medidas de gestión“, indicaron sobre uno de los puntos que se vio afectado por las últimas reformas que propuso el Gobierno, que impactaron de manera negativa en la gente. Específicamente sobre el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el 56,1% consideró que es inconstitucional y debe ser derogado por el Congreso o la Justicia y un 39% afirmó que debe entrar en vigencia. En ese sentido, se le planteó a los encuestados qué votarían en el caso de un hipotético referéndumy el 39% señaló que estaría a favor, pero cerca del 50% lo haría en contra.
Ajena a toda estadística, la hambruna de muchxs argentinxs se multiplica: Como todos los años, el 24 de diciembre los movimientos populares volvieron a organizarse para compartir la Nochebuena, esta vez esperando a alrededor de 2.500 personas en situación de calle y familias sin techo en la Plaza del Congreso de la Nación, aunque finalmente terminaron siendo cerca de 4000. Confirmando el espíritu solidario que anima a lxs argentinxs, se anotaron miles de voluntarios para ayudar en la organización y, al comienzo de la cena, Santiago Motorizado cantó en vivo para los presentes y el Obispo Gustavo Carrara realizó una bendición.
En ese clima de descontento creciente, como en todo el país, en Mar del Plata se sucedieron las protestas contra el brutal ajuste en curso. Los cacerolazos comenzaron temprano, junto con el operativo policial de represión desplegado por la policía bonaerense ante el acampe de organizaciones sociales. Entre los reclamos más escuchados y cantados figuró el pedido para que la CGT convoque a un paro general ya, como así también la unidad de trabajadores y trabajadoras para poder enfrentar el ajuste y lograr que el gobierno de marcha atrás con el decretazo. Vale la pena hacer foco en las protestas que tienen lugar en la Perla del Atlántico, porque su cabecera suele ser una barredora cuyo texto da la justa medida del humor social que viene campeando en varios puntos del país: “Milei, reformáte el ojete”.
Asignaturas pendientes del campo popular
Ante las primeras detenciones producidas después del 24 de Marzo de 1976, algunxs desprevenidxs recomendamos a la familia de lxs represaliadxs desde recorrer comisarías hasta hacer hábeas corpus, pasando por requerir asistencia de la curia. Pero un plan de exterminio sistemático de disidentes insumisos largamente elaborado con el asesoramiento de ex combatientes belgas y franceses intervinientes en la Batalla de Argelia – que exportaron ese know how a la Escuela de las Américas montada por los yanquis en Panamá – comenzaba a estrenar nuevas metodologías para combatir la proverbial rebeldía del pueblo argentino. Hasta entenderlo cabalmente – Walsh mediante – unxs cuántxs nos comimos esa curva.
Sobrevivir a un genocidio deja lecciones insoslayables.
Entre ellas, la de advertir cuando cambia – como ahora – una etapa histórica.
En las actuales circunstancias, y a nuestro modesto entender, hablaría muy mal del campo popular continuar convocando por un lado a jornadas de lucha rojas (Frente de Lucha Piquetero, Encuentro Memoria Verdad y Justicia, Basta de Falsas Soluciones, etc.) y por el otro a jornadas celeste y blancas (CGT, CTAs, UTEP, etc.) Pese a su perfil meramente leguleyo, la presentación ante tribunales del amparo cegetista, aunque con prevenciones remanentes de la dirigencia sindical respecto al movimiento piquetero, esbozó una posibilidad de confluencia mayor en pro de la que corresponderá insistir. El Paro Nacional con movilización al Congreso Nacional, que tanto reclamó la militancia más rebelde y acaba de convocar la CGT para el 24/1, debería constituirse en la oportunidad ideal para golpear contra el DNU con un solo puño popular.
Dice una voz popular que “lo pequeño se hace grande cuando lo grande no existe”. ¡Y vaya si algo grande no acaba de apropiarse del gobierno nacional gracias al voto de algunxs adherentes fervorosos y al frustrado de muchxs compatriotas indispuestos a optar por lo malo conocido!
Basta pues de llenarse la boca evocando a Martínez de Hoz, cuando lo cierto es que Argentina NUNCA COMO AHORA estuvo gobernada por fondos de inversión sin Dios ni Patria como Black Rock o por magnates dedicados a la exploración espacial y dispuestos a exportar este modelo depredador a otras latitudes del cosmos, como Elon Musk: Esta es la infausta novedad.
Entonces, ante semejante amenaza sobre la integridad nacional, no queda lugar para mezquindades electoralistas o de facción.
Ojalá seamos capaces de entenderlo a tiempo y obrar en consecuencia, haciendo realidad palpable aquello de la unidad en la diversidad. Es más, quizás nunca en la historia contemporánea la responsabilidad que cabe a la militancia fue mayor.
En este contexto, urge – además del irrenunciable imperativo de resistir – retomar el estado asambleario de base para debatir cómo llegamos hasta esta dramática encrucijada, y cuál será el horizonte alternativo, a conciencia de que la politiquería barata intentará reciclarse inventando nuevos atajos para evitar transformaciones estructurales.
Quien esté pendiente de la realidad nacional seguramente coincida en que uno de los temas a dilucidar es con qué sujeto social encauzaremos el proceso de nuestra emancipación, ahora que está visto que – si bien el movimiento obrero organizado cuenta con direcciones mayoritariamente venales y rentistas -, con ser el sector que demostró ser más dinámico en las luchas recientes, no basta con el movimiento piquetero para incidir sobre el statu quo, ni corresponde pasar por alto, a la hora de construir la masa crítica necesaria, al activo movimiento de mujeres y disidencias, ni al aguerrido contingente de pueblos originarios que viene resistiendo desde hace más de 500 años.
Tampoco es un tema menor a repensar el viciado concepto de democracia, dado que, a todas luces, el modelo republicano nos ha traído hasta esta encerrona, y aún no se ha ensayado un modelo participativo que llene de pueblo las instituciones, y en el que no sólo se discuta la política sino fundamentalmente la economía. Aquí corresponde recordar que esta democracia de bajísima intensidad nació como reacción a la dictadura, pero no para profundizar sus metas mediante el voto.
Y la otra cuestión, a nuestro parecer, es reflexionar qué Estado precisamos, toda vez que el que tenemos llega al presente mayoritariamente cuestionado.
En conclusión, se impone al campo popular terminar de hacer pie en el Siglo XXI, apelando a aquella “creación heroica” que reclamaba el amauta Mariátegui, cerrándole el paso a cualquier versión de lo viejo, aunque otra vez prometa retornar mejorado. –
Por Jorge Falcone-La Gomera de David