Un grupo de argentinos y otros latinoamericanos encabezan las mesas de bonistas privados en la negociación con el Gobierno. Del amigo de Macri a los mexicanos.
Históricamente poco visibles, los bonistas privados –la parte más compleja y litigante de la deuda argentina– se han movido en las negociaciones para cobrar con operadores, abogados y empresarios que ejercen lobby y presiones subterráneas sobre los estados. Quieren lograr, como todos los acreedores, cobrar el dinero con la menor quita posible.
Tenedores con perfil muy bajo, están en general nucleados en grupos que tienen cabezas negociadoras. En el marco de la oferta que presentó la semana pasada el ministro de Economía, Martín Guzmán, hay unos diez grupos que concentran tenedores y meten marca fuerte para cobrar más allá de las posibilidades de Argentina en plena pandemia.
Gestores latinoamericanos y un puñado de argentinos con diferentes antecedentes en negocios empresarios, de medios, deuda y especulación financiera ya avisaron que buscarán oponerse a la propuesta del gobierno de Alberto Fernández. En ese bloque, hay históricos de la banca, amistades del expresidente Mauricio Macri y renombrados financistas.
El mexicano David Martínez es un viejo conocido de gobierno de Fernández. En 2004, cuando el ahora presidente era jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, Guillermo Nielsen, entonces secretario de Finanzas y ahora titular de YPF, viajó a Japón a negociar los euroyenes y bonos samurái en manos de jubilados nipones. A la vuelta, trajo buenas noticias: le contó a Fernández que un mexicano había ayudado a Argentina comprando el 90% de los títulos. El fondo era Fintech, uno de los tenedores actuales de títulos.
De allí en más, Fernández se sentó en varias oportunidades y charló por teléfono con Martínez, la última vez, en 2019. En los años de Kirchner, Martínez fue el hombre del Gobierno para asociarse con Clarín en la compra fallida de Telecom.
Siempre más voluntarioso en buscar un acuerdo, Fintech tiene a otro hombre en las mesas con el Gobierno: el chileno Andrés Lederman, un economista ex Citibank que reside en Nueva York y es Senior Portfolio Manager del fondo.
El otro latinoamericano de peso en la mesa de los bonistas es el mexicano Gerardo Rodríguez Regordosa, al frente del fondo BlackRock. Hace unos días, el periodista Alejandro Bercovich relató en el diario BAE una escena fuerte en la que el empresario amenazó a Guzmán en la previa de la oferta de Argentina. Exfuncionario de Finanzas en el gobierno de Felipe Calderón, tiene un vínculo muy fluido con el ex-FMI Alejandro Werner, que de un tiempo a esta parte ha tomado una posición ultracrítica del nuevo perfil del organismo y, sobre todo, del acercamiento con Argentina. Un dato de color: BlackRock, uno de los mayores tenedores privados, es propietario de un 5% de Pampa Energía, la empresa de Marcelo Mindlin.
Entre los argentinos que tienen títulos hay varias perlas. Muy involucrado en las privatizaciones de los años ´90, Carlos Joost Newbery conoció y entabló relación con Macri en los tiempos de la creación de Movicom BellSouth, operación en la que participó él junto a Grupo Macri, BGH, Inteltech y Motorola. También participó en la fundación de la empresa de móviles CTI, con presencia fuerte en el interior. Joost Newbery es el negociador de los bonos del fondo Carval Investors (CVI). Su último negocio de las comunicaciones fue la gestión de la compra de Supercanal al tándem Vila-Manzano.
BlackRock tiene, además de al mexicano antes mencionado, otros dos argentinos en las charlas: Francisco Rosemberg y Andrés Goyeneche. Rosemberg es responsable de los mercados argentino y uruguayo y trabajó para los bancos Merryl Lynch y Mariva. Hoy dirige la oficina local. Goyeneche, en tanto, fue jefe del Deustche Bank de Chile, Santander y Citibank.
Gabriel Esteban Szpigiel representa al fondo Marathon Asset Manager. Economista egresado de la UBA, es famoso por haber comprado casi toda la emisión de deuda que hizo Axel Kicillof en 2015 por el Bonar 24. Según contaron a Letra P en la City, supo cosechar un vínculo fluido con Amado Boudou en sus años de ministro. En aquella operación por el Bonar, Szpigiel se asoció con el financista Jorge Pepa, a quien en el mercado vincularon con el exviceministro Emmanuel Álvarez Agis. En las últimas horas, en el entorno del presidente Fernández hubo malestar importante por declaraciones de Agis, que en el marco de la negociación por la deuda privada, aseguró que “si la cosa está lejos, hay que ofrecer más plata”. Consultado por Letra P, el exviceministro aclaró que su consultora tiene como clientes “a muchos de los acreedores” pero que su trabajo es solo de “análisis”. “A veces no le gusta al acreedor, a veces al Gobierno. Pero es parte del trabajo. Lo que dijimos es lo mismo que venimos diciendo en los informes. Que, de acuerdo a lo que el mismo Gobierno dijo que podía pagar, esta oferta es menor a eso. Y que está bien, porque en una negociación. Cuando la negociación se traba, el acreedor resigna plata y luego el gobierno ofrece más plata. No hay que asustarse de ese proceso”, afirmó. Además, aclaró que “no” conoce a Pepa.
Mens Sana Advisors es un estudio que asesora a diferentes bonistas agrupados en la ACC. Quien está al frente es Marcelo Delmar, que viene del banco BNP Paribas y maneja, además, títulos de la deuda bonaerense. Es muy reconocido en la City por expertise con títulos de riesgo.
Gustavo Ferraro, ex-Barclays, está al frente de la estrategia de títulos de Gramercy, otro de los fondos grandes: fue uno de los buitres que rechazó participar en el canje de 2004 y el dato es un antecedente fuerte en este contexto. El escenario de gestores argentinos se completa con Fernando Javier Losada, de Alliance Bernstein; Pablo Federico, de Macro Synergy, e Ignacio Durañona, de MFS Investment.
Por Leandro Renou y Gabriela Pepe – Letra P