A partir del primero de julio de 2025 cambiará drásticamente la manera en que los colombianos se pensionan, en virtud de una ley sancionada en julio por el presidente Gustavo Petro. Cambios que no notará gran parte de la sociedad colombiana, acostumbrada a la informalidad.
Las bajas tasas de aportes y el envejecimiento de la población, entre otros factores, hacen que los ahorros para la jubilación no sean suficientes para un gran porcentaje de los beneficiarios de pensión, concluye un informe reciente de Standard & Poor’s que puso la lupa sobre América Latina.
Con una presión cada vez más fuerte sobre los sistemas de jubilación, al menos cinco países de Latinoamérica se han embarcado en reformas pensionales desde 2019 hasta la fecha: Brasil, México, Uruguay, Colombia y Perú.
Aunque millones de personas en la región se quedan por fuera del sistema por las altas tasas de desocupación e informalidad, las cifras son más elocuentes en países como Colombia, en donde seis de cada diez no aportan a la seguridad social, según datos oficiales.
A mediados de agosto de 2024, la reforma pensional, considerada el proyecto más ambicioso del presidente Gustavo Petro, pasó a examen de la Corte Constitucional. La oposición denunció vicios de trámite en la ley que cambiará radicalmente la forma de jubilación y el alto tribunal admitió la demanda.
Aunque depende ahora del análisis de constitucionalidad, la norma tiene prevista su entrada en vigencia para el primero de julio de 2025. Estas son algunas de claves para entender qué cambia.
La edad de pensión queda intacta, pero sí cambian las semanas cotizadas para las mujeres. Desde la entrada en vigencia de la ley, se acaba la competencia entre los regímenes pensionales público y privado.
Aquellos trabajadores que devenguen hasta 2,3 salarios, aportarán obligatoriamente a Colpensiones (público) y los excedentes irán a un fondo privado.
Quienes nunca han cotizado a una pensión, tendrán garantizado un ingreso mensual de unos 223.800 pesos colombianos, equivalentes a unos 60 dólares al cambio de hoy y casi una quinta parte del salario mínimo.
Estarán cubiertas todos los hombres mayores de 65 años y mujeres mayores de 60 años que estén en condición de pobreza extrema, con condiciones más favorables para quienes tengan pérdida de más del 50% de su capacidad laboral.
Aquellos ciudadanos que sí han cotizado, pero no lo suficiente, tendrán una renta vitalicia parcialmente subsidiada, a la que pueden acceder los hombres mayores de 65 años con mínimo 300 semanas cotizadas y las mujeres de 60 años que hayan cotizado máximo 999 semanas.
La ley contempla un régimen de transición para los hombres con 900 semanas cotizadas al momento de entrada en vigencia de la ley y las mujeres con 750 semanas. Es decir, seguirán pensionándose con el sistema antiguo.
Más de la mitad de la fuerza laboral en Colombia es informal y no aporta a la seguridad social. El Gobierno de Gustavo Petro está impulsando también una reforma laboral para involucrar a más empleados formales al mercado.
Por Daniela Blandón Ramírez France24