La participante comercializa contenido erótico a través de una aplicación que difunde en sus redes sociales.
Gabriela Natali Atamian es una de las participantes de Cuestión de Peso (eltrece) más polémicas. Ella es bailarina erótica y vende contenido para adultos a través de plataformas que difunde en sus redes sociales.
La joven de 33 años es de Flores y asegura que su sobrepeso le facilita la comercialización de material de alto voltaje porque “alimenta el morbo”, sin embargo, es una complicación a la hora de bailar porque le genera malestar en los tobillos.
“Natee”, como se hace llamar, ingresó al reality de eltrece con el objetivo de perder unos kilos para volver a competir en certámenes de danza. “A mí bailar me hace feliz entonces me pesa”, remarcó en diálogo con Socios del Espectáculo (eltrece).
En sus redes sociales ha construido una gran comunidad y en la actualidad tiene casi 200 mil seguidores. Esas plataformas son fundamentales para ella porque ahí es donde difunde sus álbumes de fotos y videos con contenido erótico.
Cuánto sale el contenido erótico de Natee
La porteña ofrece packs para todos los gustos y para todos los bolsillos. El más económico sale $3500 y ofrece tres fotos muy ardientes. Mientras que el más costoso incluye acceso a todo su contenido (más de 60 publicaciones) por $58.000, lo que equivale a 65 dólares.
Además, su producción fotográfica es variada. Tiene un álbum con lencería erótica, otro en el que promete lucir sus pezoneras, otro en el que anticipa que está quemada por el sol, otro en el que se pone en el rol de maestra hot y mucho más. Natee promete subir contenido todos los días para sus clientes.
A su vez, la bailarina sube contenido sugerente en su perfil de redes y habilitó la opción de cafecito para quienes quieran darle un incentivo por su labor. El valor de cada cafecito es de $1700.
Sus inicios en el rubro
Natee contó en Socios del Espectáculo cómo ingresó al universo de la venta de contenido erótico. “Empecé en pandemia con una amiga que hacía contenidos, pero no videos. Eran videollamadas, no era por stream. Hacíamos videollamadas y cobramos en dólares, pero era todo afuera. Acá en Argentina, nada”, detalló.
En cuánto a las ganancias que le dejaba esa actividad, la bailarina contó que “cobrábamos al principio ochenta dólares por día y después ya cobramos más. Laburaba cuatro días nada más”. Sin embargo, después decidió dejar de lado los intercambios en directo con los clientes: “Dejé de vender videos en vivo y empecé a hacer fotos y videos y hacía más guita y además no tenés que estar ahí haciendo lo que te pidan”.
“Yo nunca tuve vergüenza de mi cuerpo, pero estando más flaca es más fácil conseguir la lencería y los arneses. Yo igual consigo todo por canje, pero me lo hacen a medida, es más difícil. Al principio no conseguía talles. Y aparte para la salud”, concluyó, sobre sus objetivos en Cuestión de peso.