El embajador en Brasil no alimentará más la interna y prefiere callar ante los últimos movimientos de Alberto Fernández y su equipo. La charla con Cristina Kirchner y una reunión con Sergio Massa.
u última actividad en redes sociales tiene tres días. Daniel Scioli ni siquiera le dio un like al posteo del presidente Alberto Fernández en el que le agradece la “generosidad y compromiso demostrado para deponer deseos personales”. Tampoco compartió ninguna foto del encuentro en Brasil que compartieron ell mandatario argentino y Lula Da Silva. Pero, fiel a su estilo, el embajador mantendrá el silencio sobre las horas de negociación por las candidaturas que terminaron sacándolo de la carrera presidencial e incluyeron la palabra “traición”.
En el repaso de su carrera política, Daniel Scioli siempre logró el apoyo de los presidentes de turno. En 1997 Carlos Menem lo motivó a meterse en política y competir en las internas del Partido Justicialista porteño contra Miguel Ángel Toma que lo llevaron después a ocupar una banca como diputado nacional. Adolfo Rodríguez Saá lo nombró secretario de Deportes y Turismo, y cuando llegó a la presidencia Eduardo Duhalde avaló que no le dividieran la cartera ante las diferencias internas.
Años después, el actual embajador lo fue a ver a Carlos Menem para decirle que le proponían acompañar a Néstor Kirchner como vicepresidente. “Agarrá, es una buena oferta”, le había dicho el expresidente. Con el apellido Kirchner en el poder, Scioli consiguió los cargos más altos. Más allá de los destratos recibidos, llegó incluso en 2015 a ser candidato a presidente. Nunca había sentido la traición de algún jefe de Estado.
Pero Daniel Scioli no quiere hablar de lo que sucedió en las últimas horas. Su hija Lorena dijo todo en las redes sociales al escribir sólo dos palabras: “la traición”. “Soy una persona que ayuda a la concordia. No quiero ser factor de conflictividad”, dice en la intimidad. No contará nada sobre su charla en el vuelo de dos horas que compartió junto al Presidente rumbo a Brasil ni la conversación que tuvo con la vicepresidenta. “No voy a entrar en una dinámica de lo qué pasó o de lo que no pasó”, insiste. Se mantendrá alejado de la polémica que se abrió por cómo se acordó bajar su candidatura presidencial y los lugares que terminaron ocupando Victoria Tolosa Paz y Santiago Cafiero en la lista de unidad. El único mensaje que Scioli quiere dar es de agradecimiento “a todos los militantes y personas comprometidas que tenían ilusión” con su postulación.
Pero aún manteniendo el silencio, hará algunos movimientos. Tal como contó Cristina Kirchner, se reunirá en los próximos días con ella. Pero también lo hará con el ministro de Economía. Aunque Sergio Massa mantiene una fuerte disputa personal con Scioli, el diálogo entre los funcionarios está activo. En las últimas horas chatearon y el embajador se lo verá para informarle sobre algunos avances en materia energética que logró con Brasil. Esto no significa que Scioli pueda dejar una foto de campaña. De acá al 10 de diciembre se ocupará sólo de cumplir con su rol en el gobierno.
“No hay comentarios”, dice Scioli. Se guarda para sí los comentarios de aliento que recibió la noche del jueves en su casa de Villa La Ñata. Algunos, mientras cenaban, ya sabían que al otro día lo dejarían solo. Pero lo disimulaban bien y no paraban de alentarlo. Estaban el Presidente, Santiago Cafiero, Victoria Tolosa Paz y Enrique “Pepe” Albistur, entre otros.
Ahora Scioli verá el resultado de la elección desde afuera. Lo que asegura es que, en plena campaña, la de él no será una voz que genere discusión interna.
Por Rosario Ayerdi-Perfil