Estados Unidos y China compiten en el escenario geopolítico global y un eslabón de esa competencia reside en sus políticas económicas.
Ambas potencias buscan reposicionarse frente a los múltiples desafíos que provocaron las crisis de los últimos años y que llevaron a las dirigencias de muchos países desarrollados a rediseñar estrategias basadas en la integración productiva, el estímulo al mercado interno y una apuesta más agresiva por la innovación.
Se trata, como describimos en anteriores informes, del regreso de las políticas industrialistas, que se vienen ejecutando en los países más poderosos del planeta a través de diversas herramientas y programas. Veamos cuáles son las principales apuestas estratégicas que llevan adelante las dos grandes potencias mundiales.
I. Los ejes de Biden
La administración demócrata de Joe Biden ha puesto en el eje de su política industrial el reshoring de actividades. Mediante su estrategia “Made in America”, la nueva administración pretende revisar las cadenas de suministro de productos clave, otorgar subsidios directos a la fabricación nacional y promover inversiones para actividades de investigación y desarrollo.
La estrategia “Made in America” tiene como objetivo revitalizar a los fabricantes estadounidenses, con un enfoque particular en las empresas más pequeñas y aquellas que son propiedad de mujeres y personas de color, a través de incentivos específicos, recursos adicionales y nuevas herramientas de financiamiento. Un sector clave dentro de esta estrategia es el automotriz, que según Biden es el corazón de la industria estadounidense.
La meta es no sólo respaldar a una amplia gama de capacidades de fabricación tradicionales en los Estados Unidos, como el acero, el aluminio, los componentes eléctricos y semiconductores, sino que también se considera una pieza central en su plan de conversión a una industria ambientalmente responsable. Además, Biden ordenó el monitoreo de las vulnerabilidades de las cadenas de suministros de chips semiconductores, baterías de gran capacidad para vehículos eléctricos, minerales de tierras raras y productos farmacéuticos.
También en relación con el objetivo de reshoring de actividades, el plan de Biden para la recuperación de cadenas de suministro (Biden, 2020b) prevé fortalecer la resiliencia estadounidense al traer de regreso cadenas críticas, sobre todo en sectores de tecnologías de energía y resiliencia de la red, semiconductores, electrónica clave y tecnologías relacionadas, infraestructura de telecomunicaciones y materias primas clave. Entre las medidas se destacan la disposición para obligar a una empresa a devolver las inversiones públicas y los beneficios fiscales cuando cierren puestos de trabajo en EE.UU. y los envíen al extranjero, así como la aplicación de una tarifa de ajuste de carbono a los países que no están cumpliendo con sus obligaciones climáticas y ambientales para asegurarse de que internalicen los costos ambientales de sus actividades.
Además de fortalecer a la industria estadounidense mediante las estrategias de financiamiento a empresas e incentivos para la producción local, Biden propone un programa de compre nacional –“Buy American”– para invertir USD 400 mil millones en adquisiciones de vehículos eléctricos, productos de infraestructura, suministros médicos eso no críticos y electrónica avanzada que, junto con el plan de infraestructura y energía limpia, impulsará la nueva demanda de productos, materiales y servicios estadounidenses.
Las medidas específicas incluyen la profundización de la regla de contenido nacional en la producción nacional y el apoyo a la Ley Jones, que establece desde 1920 que la carga estadounidense se transporte en el país únicamente en barcos de bandera estadounidenses.
Por último, la estrategia industrial de Biden también incluye un eje dedicado al fortalecimiento del sistema nacional de investigación y desarrollo y tecnologías innovadoras, desde aquella aplicada a vehículos eléctricos hasta materiales livianos, 5G e inteligencia artificial, para promover la creación de empleos de alta calidad en manufactura y tecnología de alto valor agregado. Dentro de este eje, la administración demócrata propone una inversión acelerada de USD 300 mil millones durante cuatro años, que se estima podría ayudar a crear cerca de 3 millones de puestos de trabajo.
Sectores industriales estratégicos
Defensa
El gasto en defensa ocupa el 2° lugar de importancia en el presupuesto federal.
Se planean aumentos en el gasto federal en I+D para la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA).
En el marco del “Made in America”, se busca apuntalar el uso de insumos difundidos y bienes finales como motores y vehículos para la defensa nacionales.
Salud pública
Se busca limitar los precios de lanzamiento de los medicamentos que no enfrentan competencia como los biotecnológicos.
Promoción de políticas antimonopolio para paliar la concentración del sistema de atención médica.
Derogación de la ley que prohíbe a Medicare negociar precios más bajos con las corporaciones farmacéuticas.
Tecnología de las comunicaciones
Se busca mejorar la seguridad de las cadenas de suministro de información, mediante inversiones en el Fondo de Modernización de la Tecnología.
Adquisiciones federales en telecomunicaciones de vanguardia e inteligencia artificial, creando empleos nuevos y duraderos, protegiendo la propiedad intelectual y seguridad nacional.
Energía
Foco en la construcción de una infraestructura moderna y sostenible.
Creación de la agencia de investigación ARPA-C para acelerar la innovación en tecnologías climáticas.
Reducción de la huella de carbono, creando incentivos para la electrificación de electrodomésticos y eficiencia energética.
Transporte
Revisión de la cadena de suministro para baterías de vehículos eléctricos de gran capacidad.
Identificación de la ubicación de los activos clave de fabricación y producción de la
cadena.
Priorización de buques de carga nacionales y la construcción naval de EE. UU.
Alimentos
Revisión de la cadena de suministro para productos agrícolas y la producción de alimentos para mejorar y reinventar su producción, procesamiento y distribución.
Elevar la importancia de los sistemas alimentarios locales y abordar las necesidades de los productores pequeños y medianos.
II. Los desafíos de China
A pesar de su posición de privilegio en el escenario mundial, China aún enfrenta muchos desafíos a nivel económico y geopolítico, entre ellos, el envejecimiento de su población, las desigualdades en el nivel de vida entre las zonas urbanas y rurales, y las tensiones estratégicas con Estados Unidos. En este contexto, el 14° Plan Quinquenal (2021-2025) se posiciona como fundamental para navegar hacia la próxima etapa de desarrollo.
Uno de los lineamientos principales del 14° Plan Quinquenal es la “circulación dual”, una política que se define por “tomar el mercado interno como pilar principal, al tiempo que permite que los mercados internos y externos se impulsen mutuamente” (Observatorio de la Política China, 2020). El objetivo de este eje es aumentar la resiliencia ante las perturbaciones externas, cambiando el equilibrio de una economía impulsada por la exportación hacia una con mayor foco en la demanda interna.
Además, y también con el objetivo de reducir la dependencia externa, se plantean varias medidas tales como: mejorar la capacidad de control de la cadena de suministro industrial, implementar tecnología dirigida a los “eslabones débiles” de la industria, sentar una base sólida para piezas, tecnología y materiales básicos clave, y mejorar la oferta de tecnologías comunes.
Un eje importante del Plan Quinquenal es la sostenibilidad. China planea lograr un pico de emisiones de CO2 antes de 2030 y lograr la neutralidad de carbono antes de 2060. Este sería un éxito clave en la lucha contra el cambio climático, ya que China es el principal emisor de CO2 en el mundo, con aproximadamente el 30,3% de las emisiones mundiales en 2019 (Statista, 2021), seguido por Estados Unidos con el 13,4%.
A su vez, China planea crear nuevos motores económicos a través de la innovación digital y el liderazgo en tecnología de punta (5G, Internet de las Cosas, Inteligencia Artificial) y reducir las desigualdades en el desarrollo urbano-rural y entre las diferentes regiones del país.
Sectores industriales estratégicos
Tierras raras
China tiene el dominio de su extracción. En 2018, el 80% de las importaciones mundiales de metales provenían de China.
Su estrategia se basa en poner precios bajos para ser el único proveedor.
Robótica
Actualmente, China posee cerca de 150 mil robots industriales.
Los apoyos se basan en programas e incentivos tales como desgravaciones fiscales y subsidios a I+D, específicamente para fabricación de automóviles, la electrónica y la logística.
Motores de aviones
China desarrolló dos aviones troncales, C919 y CR929, de fuselaje ancho y los aviones regionales de la serie Modern Ark y ARJ21 en base a su programa de desarrollo nacional de aviones civiles.
Vehículos y automóviles inteligentes
El número de vehículos de nueva energía en China sigue aumentando.
Según el plan de desarrollo, las ventas de vehículos de este tipo superarán las 5 millones de unidades en 2025.
Equipos médicos de alta gama y medicina innovadora
Antes de la pandemia del COVID-19, este mercado crecía al doble del ritmo que el mercado global, impulsado por la reforma sanitaria y el aumento de la demanda de atención sanitaria.
Para 2030, se espera que obtenga más del 25% de participación en el mercado global.
Maquinaria agrícola
Desde el año 2004 el gobierno chino ha brindado importantes subsidios al desarrollo del sector.
Su estrategia persigue la mecanización en todos los eslabones para 2035 y una automatización e “intelectualización” para 2050.
Equipamiento para la industria naval, aviación y ferrocarriles
Esta industria se ha desarrollado rápidamente con el apoyo del Gobierno y las ventajas de costos.
La industria naval presenta una estructura de competencia tripartita Japón-Corea del Sur-China.
Aplicaciones industriales del Sistema Global de Navegación por Satélite BeiDou
China planea impulsar la integración entre el sistema de navegación y la industria.
Ya ha desarrollado soluciones para sectores como transporte, recursos de la tierra, prevención de desastres, conservación de bosques y cuerpos de agua, agricultura, entre otros.