Cristian Tejera fue una de las personas que acompañó al piloto argentino en sus inicios. “Se veía que era distinto”, aseguró.
Antes de convertirse en la nueva estrella de la Fórmula 1 y codearse con los pilotos más importantes del mundo, Franco Colapinto era un niño que competía en karting y soñaba con llegar a la elite del automovilismo. Cristian Tejera, su primer motorista y carburista, fue una de las personas que lo acompañó durante esos primeros años en el deporte. En diálogo con TN, el hombre de Río Cuarto describió de punta a punta al piloto y explicó los motivos de su éxito.
Los inicios de una promesa: el camino de “Robotito” Colapinto hacia la Fórmula 1
El nacido en Pilar comenzó a correr a los 11 años y su formación fue un trabajo en equipo. “Conocí a Franco gracias a Martín Acosta (dueño del equipo en el que corría Colapinto). Hubo mucha influencia de cuando nosotros viajábamos afuera. Teníamos un poder firmado por los padres. Ya se veía que era distinto”, recordó Tejera.
“En las competencias, Franco ganaba experiencia dentro del equipo y se empezaba a destacar. La influencia de las carreras internacionales fue clave, especialmente cuando fue a correr a Estados Unidos, donde ya demostraba cualidades que lo hacían único y diferente de otros pilotos de su edad”, explicó.
Tal era el desempeño de ese nene apasionado por los kartings que en su primera competencia se ubicó entre los cinco primeros. “El primer año ganó varias carreras”, relató Tejera y rememoró el día que Acosta lo bautizó como “Robotito”, por sus cualidad y porque era chiquitito.
“Hizo los pasos que tenía que hacer: F4, F3, F2 y F1. Si hacés bien las cosas, llegás”, afirmó.
“No creo que a corto plazo tengamos a otro Colapinto”
“Hoy los chicos se frustran muy rápido y no se reponen ante una adversidad. No creo que a corto plazo tengamos a otro Colapinto. Lleva un montón de tiempo”, destacó Cristian, quien también reveló que, desde muy chico, Franco mostró habilidades excepcionales: era rápido, poseía una fortaleza mental poco común para su edad.
En ese contexto, agregó: “El último de verdad fue Reutemann y esperemos que Franco esté un tiempo en la Fórmula 1. Va a pasar mucho tiempo que venga otro”.
Para Cristian, una pieza clave para que todo funcione fue el padre de Franco. “Aníbal fue una persona que nunca se metía y nunca opinaba. Siempre lo apoyaba y era muy autocrítico. Cuando Franco se bajaba del auto enojado por algo miraba a su padre y él solo respondía: ´A mí no me mires, tenés quiénes te atienden, arreglátelas con Martín y Cristian´”, contó.
El secreto detrás del éxito de Franco Colapinto
Según lo describe Tejera, Franco Colapinto siempre fue tal cual se lo ve hoy: “Un piloto auténtico y transparente, que expresa lo que siente. Si baja del auto enojado, no disimula. Después se le pasa”.
En ese sentido, aseguró: “La mayor cualidad de él es la cabeza fuerte, se reponía al toque de las adversidades. Por ejemplo, si un día quedaba eliminado porque lo chocaban, tenía una fe enorme igual. Yo lo vi largar en Estados Unidos treinta y pico y llegar tercero. Hacer récord de vuelta tras récord de vuelta. Eso es por la cabeza que tiene”.
Por todo esto, Tejera dice que no es casualidad que Colapinto haya llegado a la máxima categoría del automovilismo. “Los que lo conocíamos sabíamos que Franco no tenía techo. Mirá, cuando mi papálo vio a Ayrton Senna en el Sudamericano, vino y me dijo: ‘este tipo va a llegar a la Fórmula 1′. No solo por cómo manejaba, sino por todo lo que generaba alrededor. Y yo vengo diciendo que Franco necesitaba una cuota de suerte, pero que iba a llegar. Hace cinco años dije que el único proyecto serio para llegar a la Fórmula 1 era Colapinto”, sentenció.
Por Nicolás Campolongo-TN