Misiones Para Todos

Las últimas palabras de Juanita: “Ya no puedo más, necesito bajar”

La última vez que pudo hablar con su hija, la niña le dijo que no estaba bien y quería bajarse del colectivo

El caso de Juanita Sirimarco, la niña de 13 años que murió este sábado en Posadas tras haber vuelto de un viaje de egresados a Córdoba, tiene en shock a la sociedad. La pequeña enfermó y su familia asegura que no fue atendida, que volvió con fiebre y vomitando en el colectivo durante las horas que duró el regreso hasta la capital misionera, sin recibir atención profesional.

Habían salido desde Villa Carlos Paz el lunes 7 de octubre y llegaron a la capital misionera al otro día, donde la niña fue directamente al Hospital Pediátrico ‘Dr. Fernando Barreyro’.

La madre de la joven, Claudia Díaz, recibió ayer a El Territorio y en medio de la conmoción dijo que la unidad de la empresa Viaturex no paró en ningún pueblo ni ciudad para que la alumna del Instituto Cristiano República Argentina (Icra) reciba atención profesional.

Incluso pararon a desayunar durante un largo tiempo y como la niña ya no podía estar en pie se quedó en el micro.

Cuando el colectivo circulaba por la provincia de Corrientes -dijo Claudia- habló nuevamente con una de las maestras que le contó que la niña ya no retenía líquidos, sólo tomaba sorbos de agua.

“Le dije que paren, que nosotros íbamos para allá porque ella seguro se estaba deshidratando y yo sé muy bien como son las cosas si una persona se deshidrata”, señaló entre lágrimas al decir que le insistió en que pararan en el hospital de Virasoro para que la vea un médico.

“Me dijo ‘no, no, acá yo no le voy a dejar Claudia de ninguna forma. Este es un lugar horrible, acá la atención es pésima. Yo no le voy a dejar a ella. Falta poco para llegar, vamos a llegar pronto, Claudia’”, detalló sobre lo charlado con la docente y agregó que le dijo que no dejen de hidratarla.

En ese tramo, pidió hablar con su hija porque de noche los chicos quedaban sin teléfono para que puedan dormir y no distraerse.

“Si mi hija tenía el teléfono a lo mejor me iba a decir ‘mamá, estoy mal’ y sé que ella tampoco le iba a pedir a la maestra porque era muy obediente, hacía todo lo que le decían”, señaló.

Fue así que en la mañana del martes 8 recién pudo hablar con su hija y esas palabras aún resuenan en su mente: “Cuando hablo con ella dice ‘yo ya no puedo más, necesito bajar’”.

“Me quedé loca entonces llamé al papá y le dije ‘andá a la empresa, fue y no tenían ambulancia y mandaron un auto común de no sé quién con una mujer”, precisó la madre de la pequeña.

“Cómo la maestra no se va a dar cuenta que una persona está mal, una niña, fue abandono de persona totalmente y ella entregada porque ya tenía la presión bajísima, ya no estaba latiendo bien el corazón y estaba somnolienta, se dormía, no podía reaccionar”, sostuvo.

En Posadas fue directamente al Hospital Pediátrico, donde fue asistida y cuando la madre pudo verla dijo que estaba con la boca negra y los ojos rojos. Pasó varios días en terapia intensiva pero no tuvo respuesta a los tratamientos y falleció el sábado último. Ahora su familia clama por justicia, que se sepa todo lo que pasó y que el caso no quede impune.

Fuente: El Territorio