Misiones Para Todos

León manchado

Tras los días más aciagos que vivió el Presidente desde el inicio de su mandato, el Gobierno intenta dar pasos que dejen atrás el escándalo de la criptomoneda que promocionó Javier Milei. Se aferra a algunas señales. Elige creer.

El primer guiño se lo dio el mercado financiero, el sector más mimado por la administración libertaria. Acciones, bonos y riesgo país continuaron sus propias dinámicas sin alterarse por el caso $Libra. Se podría incluir la cotización del dólar, salvo por el hecho de que no es tan libre ante la habitual intervención oficial para contener al MEP y al CCL.

A ello se sumó el arribo a ciertos despachos oficiales de algunas mediciones de opinión pública. Según esos números, que suelen ser consumidos con fruición en la cúspide del poder, si bien Milei quedó mal parado de la estafa cripto, en su gran mayoría las críticas a su accionar se concentran en quienes lo rechazan y no lo votarían. Por ello, la imagen positiva del Presidente se mantendría estable. Seamos piadosos en el uso del potencial, en nombre de los riesgosos antecedentes del planeta encuestas.

Un tercer elemento contribuyó a la sensación libertaria de que lo peor ya pasó. Ocurrió el jueves, en el Senado. Por un lado, el oficialismo consiguió la ratificación de que se evitarán las PASO. Pero el mayor alivio fue lograr que se frustrara la creación de una comisión investigadora del escándalo $Libra. Por un voto.

Como cada vez que se trata un proyecto que figura en sus prioridades, el Gobierno apeló a todas sus capacidades de presión y de seducción (según los casos) para que gobernadores aliados activen su influencia en la Cámara alta. En esta ocasión consiguió que seis senadores de la UCR se dieran vuelta, después que desde ese bloque se impulsara el nacimiento de la comisión investigadora. El panquequismo incluyó al correntino Eduardo Vischi, jefe de la bancada y firmante del proyecto. Ay, la casta.

Las críticas a Milei por la estafa viene de quienes lo rechazan y no lo votarían

El oficialismo también hizo sus concesiones, claro. Por caso, sacrificó su empeño en tratar que el Senado le diera luz verde a la llegada del controvertidísimo juez federal Ariel Lijo a la Corte Suprema. Hay miradas divergentes en el Ejecutivo sobre si el ascenso de Lijo está caído o si puede resucitar. Habrá que ver cuánto influye en esas desavenencias el temor a posibles represalias.

Otro gran momento de alivio llegó con el nuevo viaje de Milei a EE.UU., que estaba previsto en la agenda, para participar en una convención derechista.

Aunque sin avances prácticos que tuvieran traducción en anuncios esperados, el Gobierno valoró las reuniones y fotos con la directora del FMI, Kristalina Georgieva, y con el excéntrico millonario y flamante funcionario trumpista Elon Musk, entre otros. Minimizaron el incidente con el celular presidencial durante su exposición en el BID, que podría ser otro signo de la irascibilidad presidencial y/o del descuido a su alrededor.

De todas maneras, la mayor satisfacción mileísta fue generada por el ansiado encuentro con Donald Trump. Todo suma a los efectos conducentes de dar vuelta la página $Libra.

Más allá de que consiga dejar atrás la criptoestafa, más pronto que tarde el Presidente debería explicar de manera transparente qué fue lo que ocurrió, ya que fue un protagonista excluyente: sin ese posteo que fijó durante horas no se habría inflado el valor del token, que fue aprovechado por unos pocos en perjuicio de muchos.

Milei perdió una gran oportunidad de aclarar los tantos en una amigable conversación grabada por Presidencia y luego difundida por TV, bajo el aparente formato de entrevista (como sucede habitualmente). Al lado de las tergiversaciones, inexactitudes, contradicciones y falsedades presidenciales sobre el escándalo en ese diálogo, resulta secundario y endogámico el trillado debate sobre el periodismo militante. Del lado que sea. Lo mismo con la interrupción del asesorísimo Santiago Caputo y el supuesto enojo presidencial. Más humo.

Convendría no desviarse del eje central: desentrañar si hubo algún tipo de corrupción en la criptoestafa en la que esté involucrado directa o indirectamente el Presidente.

Repasemos un puñado de pistas que manchan la estrategia del “León”, como disfruta autopercibirse.

El único funcionario bajo la lupa en estas actuaciones iniciales es el Presidente

Al revés de lo que sostuvo Milei, no era público el lanzamiento de $Libra cuando hizo su posteo, que además disparó ficticiamente el valor del token.

Milei argumentó que difundió $Libra porque implicaba fondos para pymes argentinas. Segundos después comparó operar con ella con apostar en el casino.

Todos los involucrados en la estafa tenían acceso a Milei. El caso más llamativo es el del joven Mauricio Novelli, que ya había contratado a Milei para promocionar su NTF Vulcano (otro derrumbe) o para dar clases de trading junto al mileísta Agustín Laje en su academia. En el último año, Novelli tiene registrados diez ingresos a la Casa Rosada y tres a la residencia de Olivos, todos autorizados por Karina Milei.

Novelli fue uno de los organizadores el año pasado de Tech Forum, un evento cerrado, que contó con la palabra estelar de Milei. Otro de los participantes, Charles Hoskinson (cofundador de la plataforma Ethereum), comentó que le prometieron un encuentro con Milei, pero una vez acá le plantearon que debía pagar para ello. Aclaró que admira y valora a Milei.

El Presidente puede tener incomprensión del mundo cripto, pero posee una opacidad llamativa en sus antecedentes. Además de Vulcano, publicitó (cobrando, según admitió) un esquema de estafa piramidal llamado CoinX.

El viernes, el fiscal federal Eduardo Taiano, a cargo de la investigación del caso en el juzgado de María Romilda Servini, impulsó las primeras medidas de prueba bajo los delitos de abuso de autoridad, estafa, tráfico de influencias y cohecho.

El único funcionario bajo la lupa en estas actuaciones iniciales es el Presidente. El resto son los “emprendedores” que parieron $Libra, entre ellos el allegado mileísta Novelli y el verborrágico norteamericano Hayden Davis. Curioso el caso de Davis: hay sospechas de que usa un nombre falso, tiene selfie con Milei en la Rosada y amagó con destapar la trastienda de lo sucedido. Se aplacó momentáneamente luego de ser contactado por gente del Gobierno. O que dice representar al Gobierno. Hay mucha impostura en los tiempos que corren.

Sin embargo, las mayores prevenciones oficiales sobre las posibles consecuencias judiciales del bochorno $Libra no están dirigidas a Comodoro Py. Las principales alertas miran hacia la industria norteamericana del juicio, con estudios jurídicos siempre ávidos de abrazar causas noblemente millonarias. Con sigilo, la administración libertaria indaga a qué bufete de abogados de EE.UU. podría recurrir en caso de incendio.

Como ya lo dijo el propio Presidente, es loco pero no come vidrio.

Juntitos. El verborrágico norteamericano Hayden Davis escucha a Milei en el Tech Forum. | x

Por Javier Calvo-Perfil