Aceptó quitar del texto la eliminación de la cuota sindical. La UCR no está de acuerdo. La oposición dialoguista reclama gravar a Sarandí. Reforma de Estado y Banco Nación, en duda.
Luego de arduas gestiones con la oposición dialoguista, el oficialismo tratará este jueves en comisiones la ley ómnibus XS y el programa fiscal, con la expectativa de dictaminar y luego sesionar el lunes. Para destrabar la negociación, el Gobierno envió una nueva versión de la reforma laboral, sin la quita de cuota sindical que la UCR reclama y buscará incorporar.
Hay otros conflictos en puerta. El impuesto al tabaco es pedido por casi toda la oposición y será introducido en el dictamen. Algunos artículos podrían caerse en la sesión.
La ley ómnibus XS se debatirá desde las 12 en un plenario de las comisiones de Legislación General, Presupuesto y Asunto Constitucionales. Será coordinado por Santiago Santurio, de La Libertad Avanza. Si se alcanza un dictamen de mayoría a favor, como se presume, José Luis Espert convocará a Presupuesto para las 16 con el objetivo de tratar la reforma fiscal.
Como explicó Letra P, este miércoles las negociaciones casi se frustran por la insistencia de la UCR en tratar su reforma laboral y la pelea por el tabaco. El acuerdo para dictaminar llegó cuando, cerca de las 19, el secretario de Comercio, Julio Cordero, envió una nueva versión de los cambios a la legislación del trabajo sin el artículo que elimina las contribuciones sindicales obligatorias, resistido por Miguel Pichetto.
El rionegrino preside el bloque Hacemos Coalición Federal (HCF), pero no lo controla en su totalidad. Algunos sectores de la bancada, como la Coalición Cívica, están dispuestos a erosionar a los sindicatos si hay consenso con el resto de las fuerzas.
La reforma laboral radical
La propuesta enviada por el Gobierno incluye el resto del proyecto de la UCR, que toma como base el capítulo del DNU derogado. Consiste en eliminar las multas por trabajo no registrado, la creación de un fondo de cese laboral y un seguro en reemplazo de la indemnización -sería optativo-; y la extensión del período de prueba, a seis u ocho meses. Se incluyó la penalización por bloqueos.
La presión de la UCR por una reforma laboral estuvo cerca de dilapidar cinco meses de negociación en el Congreso. El conflicto se agravó cuando la última versión del Gobierno era más dura con los sindicatos.
En diálogo con la CGT, Pichetto no la aceptó, lo planteó y la UCR pegó el portazo: el jefe de bloque, Rodrigo De Loredo, amenazó con no votar la ley ómnibus sin reforma laboral adentro. Es la bandera de unidad del radicalismo, una bancada que está dividida en tres grupos.
El tema no se saldó. El borrador que envió el gobierno tomó cosas que piden los radicales pero omitió la eliminación de la cuota sindical. La UCR firmará una disidencia en el dictamen y buscará los 129 votos en el recinto para quitarle recaudación a loa gremios. Confía en el respaldo de La Libertad Avanza y de casi toda la oposición no peronista. En HCF evaluarán la nueva propuesta el jueves, temprano. En una primera lectura, identificaban problemas de redacción.
El señor tabaco
El otro debate de la ley bases será la reincorporación del impuesto al tabaco, que obliga a pagar más a la empresa Sarandí. Es una presión de toda la oposición dialoguista y de las provincias tabacaleras.
Este miércoles, el PRO se opuso al impuesto y el resto de la oposición avanzó igual. La salteña Pamela Caletti, cercana al gobernador Gustavo Saénz, escribió la última versión del tributo y hay una mayoría dispuesta a sumarla como disidencia en el dictamen e imponerlo en el recinto.
Las negociaciones fueron en el despacho de Martín Menem, con la comitiva del gobierno liderada por el vicejefe de Gabinete, José Rolandi. El riojano no quiere repetir la experiencia de enero, cuando vio cómo se caían los artículos en el recinto y tuvo que enviar el proyecto a Comisión. Es por eso que antes de citar, se cercioró de tener los votos para los artículos clave.
Hay varios que están en la cuerda floja. Uno es el tres, que es parte de la reforma del Estado. Es el que habilita la fusión, el cierre y la disolución de organismos públicos, como parte de la reforma del Estado. Entre 10 y 13 de los 34 miembros de la UCR no lo votarán. Son quienes participaron de la sesión en minoría por presupuesto universitario. Los números quedan finos para el Gobierno, que suma 80 votos junto al PRO. En cada artículo, necesita llegar a 129.
Los aliados
La Libertad Avanza necesita de la oposición dialoguista para no tener sorpresas en el recinto. Hay cuatro de los 23 de HCF que podrían votar en contra (Natalia de la Sota, Margarita Stolbizer y la dupla socialista, integrada por Esteban Paulón y Mónica Fein). Los partidos provinciales aportan 13 votos y siguen en negociaciones.
En febrero, Menem no logró una fractura de Unión por la Patria que fuera decisiva: sólo sumó al trío tucumano. Esta vez confía en el voto de los siete de Santiago del Estero, interesados en la reversión de Ganancias, que permite sumar coparticipación a las provincias.
El riojano pondrá en tratamiento la reforma fiscal sólo después de aprobar la ley ómnibus. Ganancias sigue en discusión: los dialoguistas quieren una actualización de los mínimos -que bajan- en septiembre y no en octubre, como indica el último borrador. Hay consenso para que desde enero los valores cambien por semestre.
Como explicó Letra P, un festejo de la UCR es la incorporación en la ley ómnibus de una prestación previsional proporcional a los aportes. Servirá para eliminar la moratoria jubilatoria, a pedido del FMI.
Sesión caótica
El objetivo de Menem para este jueves es que haya la menor cantidad posible de observaciones, para dejar el terreno allanado a una aprobación en el recinto de Diputados.
También espera que no existan dictámenes de minoría, como el que firmó la Coalición Cívica en enero. Menem sigue con el plan de sesionar el lunes y en la oposición dialoguista temen otra reunión caótica, porque esperan que Unión por la Patria domine el debate sobre cada artículo.
Los más experimentados le recomendaron a Menem tratar por capítulo y no por artículo, sin una lectura fina de cada texto, para de ese modo agilizar las votaciones.
“Tenes que entender que en Diputados pesa lo emocional. No se puede perder artículos en las votaciones y seguir”, le explicaron. Le queda poco tiempo para comprenderlo.
Por Mauricio Cantando-LP