Misiones Para Todos

$Libra, la pieza que exhibe el modus operandi de Karina Milei

La denuncia contra la hermanísima parte del escándalo pero busca probar el tráfico de influencias de la poderosa secretaria general. La inquietud en Casa Rosada por los intermediarios. Guerra de abogados.

Un vaso de agua y una causa en Py no se le niegan a nadie. La ocurrente adaptación del dicho popular que se escucha en las mesas de la política aplica para Javier y Karina Milei. No es, todavía, relevante que la justicia federal sea benévola con los hermanos y hasta puede resultar accesorio el argumento de Casa Rosada respecto a que no hay elementos del Libragate que impliquen conductas irregulares del presidente y la secretaria general.

Son dos precauciones lógicas pero, en simultáneo, aparece el riesgo del efecto contagio. La denuncia de Maximiliano Ferraro y Mónica Frade, legisladores de la Coalición Cívica (CC) de Elisa Carrió, tira del hilo de la denuncia por $Libra para reconstruir un potencial modus operandi, según la exposición hecha por los lilitos en la Justicia, en el comportamiento de la hermanísima a la hora de flanquear el acceso al presidente.

Así como el caso crypto parece lejano, o incomprensible para una parte de la opinión pública, el presunto tráfico de influencias o supuesto “cobro” de peajes para reunirse con Milei se recorta como un asunto llano y de comprensión simple. Algo más: Karina, como figura individual, está lejos de tener los niveles de adhesión de su hermano e, incluso, es resistida por su imagen de “monje negro”.

Su ratio electoral no es buena y eso, en el laboratorio de Santiago Caputo, la excluye del menú de candidata. En paralelo, en la dimensión personal, en el gobierno aseguran que Milei necesita a Karina cerca “para gobernar” y por eso, repiten en varios despachos, la secretaria general no irá en ninguna lista. En términos tácticos, para la oposición la manera más eficaz de inquietar a Milei es castigar a Karina.

Con el rebote internacional de la cryptoestafa, impulsado por publicaciones en medios como The New York Times, se multiplicaron las denuncias que señalan a Karina como pieza clave en el acceso a la intimidad presidencial. Según estas versiones, fue ella quien facilitó la llegada del empresario Mauricio Novelli y el influencer crypto Manuel Terrones Godoy a Casa Rosada, donde presentaron al inventor de $Libra, Hayden Davis. El relato completo es, cuanto menos, extravagante.

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Davis quería lanzar una memecoin como #TRUMP, del presidente de Estados Unidos. Se lo planteó a Novelli y Terrones Godoy, quienes en una de sus tantas visitas a Casa Rosada le hicieron llegar la propuesta al presidente. Milei dijo que no, que ese instrumento es muy inestable. Apareció, entonces, Julian Peh, que arrimó el formato para que parte de las ganancias, en teoría el 50%, se destinaran a donaciones para emprendedores argentinos.

Milei, según el relato, compró ese plan y dio el OK. Se pierde en la nebulosa por qué aceptaba darles 50% de las ganancias a Davis-Peh y cómo garantizaría que el 50% de la rentabilidad se repartiera para emprendimientos. “Davis ganó 100 millones y debería, según lo acordado, mandar 50 millones (de dólares)”, es la explicación traducida del entorno de Novelli y Terrones Godoy. ¿No hay contrato, ninguna garantía para demandar a Davis? ¿El presidente consintió ese operativo sin tener previsiones ni contemplaciones? Suena insólito. Milei, en tanto, evita cuestionar a Davis mientras Novelli y Terrones Godoy, en teoría también engatusados por Davis, tampoco lo critican. Un tercer actor, Sergio Morales, está en la misma posición.

Acá aparece otra curiosidad: todos, salvo Novelli y Terrones Godoy, tienen distintos abogados, como si las tácticas judiciales fuesen autónomas. La dispersión, si no es una estrategia magistral atribuida a Caputo –como casi todo lo que ocurre en estos tiempos- parece un problema extra en el que cada uno se preocupa por su propia salvación. De ahí, la inquietud en el gobierno por lo que pueda ocurrir si comienzan las citaciones a los involucrados.

Novelli, que tiene vínculo con Milei desde hace varios años, es muy cercano a Karina. Puede respirar Caputo: todas las heridas del Libragate van a la cuenta personalísima de la secretaria general y, al menos hasta acá, el asesor no tuvo nada que ver con el episodio. Luego de ser protagonista de dos round complejos, la intervención en el reportaje con Jonatan Viale y el enfrentamiento con Facundo Manes en el Congreso, la crisis mayor de la gestión Milei, que además puede abrir la puerta a otras investigaciones por el tráfico de influencias, es toda de Karina.


Por Pablo Ibáñez-Cenital