Misiones Para Todos

Política sin políticos

Los candidatos y sus ridículas apariciones en las redes sociales.

Los bots no votan

Los bots rusos promovieron en las elecciones de 2022 al ahora presidente Gustavo Petro y podrían haber influido en su victoria, según la interpretación de algunos políticos y medios de comunicación de los Twitter Files. Esta noticia no tiene nada de novedoso. De hecho, ya se había sugerido la presunta injerencia desde 2017 hasta 2021 en las elecciones presidenciales y los estallidos sociales en México, Colombia, Chile y Cataluña. En ambas ocasiones, los señalamientos de los medios y partidos políticos no han contado con la suficiente evidencia para afirmar que exista una relación directa con las granjas de troles rusos patrocinados por el Kremlin.

Estas acusaciones no son accidentales. Las interferencias en los procesos electorales, la desinformación o noticias falsas y los ciberataques son algunas de las modalidades de la guerra de información empleada por Rusia alrededor del mundo. Estas acciones se caracterizan por emplear estratégicamente y de manera coordinada cuentas automatizadas (bots) o falsas para manipular el debate en las redes sociales. Las plataformas en las que han sido más comunes estas operaciones son Facebook y Twitter, las cuales los han denominado como comportamiento inauténtico coordinado (CIB) y actividad dañina coordinada, respectivamente.

Desde el año 2010, México ha sido el epicentro de práctica de estas operaciones con bots rusos, que también han sido presuntamente usados en Vietnam, Turquía y Estados Unidos. Sin embargo, los expertos como Alberto Escorcia no acusan de manera directa al Kremlin, sino a la industria privada de la desinformación o también conocidos como “mercenarios digitales” compuesta principalmente, pero no de modo exclusivo, por agencias de marketing digital y hackers que han sido contratadas por partidos políticos y empresarios. Carlos Melo, director de VictoryLab, conocido, asimismo, como el Rey de la Noticias Falsas, ha afirmado que su éxito en este tipo de operaciones se lo debe a la compra de cuentas falsas de origen ruso, que renombra en español y usa a su favor para posicionar tendencias en internet de forma inorgánica.        

La polarización política y las polémicas por una moderación de contenidos efectiva y transparente en plataformas como Twitter y Facebook no es un fenómeno exclusivo de los Estados Unidos. Esta vez, la información que el dueño de Twitter, Elon Musk, ha suministrado a periodistas independientes como Matt Taibbi (algunos catalogados como republicanos) incluye a la región.

Este periodista publicó un hilo en el que muestra cómo Twitter lidiaba con las solicitudes de partidos políticos y agencias de inteligencia para moderar o eliminar cierto tipo de contenidos. Dichas peticiones revelan, entre otras cosas, que el Partido Demócrata buscó favorecer y hasta encubrir a los suyos, y la falta de evidencia técnica de las agencias de inteligencia para solicitar modificaciones en ciertas cuentas de usuarios o tendencias en la plataforma.

Este hilo posee una solicitud que hizo una agencia de inteligencia para monitorear los hashtags y las cuentas de usuarios de Cuba, Venezuela y Colombia. Ahí aparecen algunas tendencias que hubo en este último como #PactoHistórico, #PetroPresidentedeColombia2022 o #PetroPresidente2022 y nueve cuentas de usuarios de Twitter por tener presuntamente un comportamiento inauténtico.

Esto llevó a un gran número de notas periodísticas y de publicaciones en Colombia de algunos políticos opositores, que aseguran que hubo injerencia de Rusia en las elecciones del 2022. Estas aseveraciones son exageradas, pues la información suministrada por Taibbi sugiere que no se cuenta con suficientes pruebas para afirmar que existió una campaña de influencia que haya sido dirigida desde el Kremlin. Además, se duda del alcance que puedan llegar a tener estas “operaciones”, ya que solo el 4% de la población usa esta red social.

No obstante, ¿qué hay de cierto en las sospechas de la agencia de inteligencia? Siguiendo solo dos de los doce criterios planteados por el Laboratorio de Investigación Forense Digital (DFRLab), del Atlantic Council, para identificar comportamientos inauténticos en usuarios, es decir, características sospechosas para ser potenciales bots, se ve que las sospechas de la agencia de inteligencia no son infundadas, pues algunas de estas cuentas tienen un número desproporcionado de publicaciones, y sus horarios de actividad son dudosos. Ahora bien, afirmar que son una amenaza de origen ruso es una exageración. Para ello, se requiere una investigación más profunda y técnica que difícilmente se realizará por sus altos costos económicos para que se determine si existe dicha conexión.

La narrativa de los medios de comunicación y los políticos colombianos centra su atención en la desinformación, como un problema exclusivamente de cuentas falsas o automatizadas de origen extranjero. Sin embargo, la verdadera amenaza, según Camille François, directora de información de la empresa de ciberseguridad Graphika, se puede encontrar en el ámbito interno, tal y como ocurrió en las elecciones de Estados Unidos del 2016. Con ello se refiere a cuentas auténticas, de personas reales como políticos que fueron elegidos a escala nacional, quienes compartieron su “opinión genuina” y ésta fue inexacta o falsa, pero se diseminó como verdad.

Lo anterior minimiza, mas no elimina, la responsabilidad que pueda llegar a tener la presunta injerencia extranjera en las elecciones y su capacidad de determinar el acontecer político nacional. No está de más mencionar que ésta no es la única conexión que pueda existir con extranjeros de la industria privada de la desinformación. En el pasado, ya el hacker colombiano Andrés Sepúlveda alertó sobre cómo contrató servidores localizados en Rusia y Ucrania, con el objeto de diseminar rumores acerca de líderes de izquierda o progresistas y, así, acabar con ellos políticamente.   

Por último, el fenómeno de la desinformación en procesos electorales es un riesgo político para la región en el año 2023. La situación de Colombia es tan solo la entrada, dado que el plato fuerte han sido las elecciones en Brasil y el intento golpista de los bolsonaristas, quienes alegaron fraude electoral anticipado. Hay que estar atentos a lo que pueda suceder en Argentina, Guatemala y Paraguay en esta materia, puesto que, si bien los bots no votan, sí están en la capacidad de sincronizar el pensamiento colectivo en redes sociales y llegar a manipular el debate digital.

Por Gustavo Rivero – Perfil