La hermanísima digita cada detalle del staff ministerial. Arma el desembarco en Justicia y la SIDE. Encuesta: Macri, CFK, Kicillof o Schiareti ¿quién es visto como derrotado?
La conversación entre Karina Milei y el fugaz renunciante ministro de Justicia Mariano Cuneo Libarona bloqueó la posibilidad de que Sebastián Amerio, el número dos de la cartera, amigo de juventud de Santiago Caputo, aterrice como mandamás y tome impulso la jugada de desembarco libertario en la Justicia, una operación que hace largo tiempo marida, sin poder ejecutar, el asesor premium de Javier Milei.
Karina le pidió seis meses, Cuneo contraofertó tres. No puso plazo de salida y avisó que se tomaría unos días por cuestiones de salud. No fue el único pedido de tiempo que hizo la hermanísima. Días después, el titular de la SIDE, Sergio Neiffert, que llegó a ese cargo propuesto por Caputo, presentó la renuncia. Conversó, luego, con Karina y el pedido fue el mismo que a Cuneo: “Seguí un poco más, hasta que consiga reemplazo”.
Los dos movimientos tienen algo en común: Karina resolvió el mientras tanto y se prepara para, más adelante, ser ella misma la que designe a los máximos responsables de Justicia y de la SIDE. Un dirigente que la conoce lo dice sin vueltas: “Se fue armando un gabinete a medida de Karina. Hay algunos lugares donde todavía falta pero…”. Justicia, por caso, es uno de esos lugares: Cuneo no es alguien propio pero no es, ante todo, un rival interno.
Casilleros para Karina
Luego del 26-O, elección que según Karina resolvió a su favor y por paliza en la disputa de estrategias internas con el caputismo, la hermanísima está decidida a tomar el control del área Justicia y de la SIDE, dos piezas esenciales en el puzzle del poder real. Hasta acá, fue Santiago Caputo quien, vía Neiffert y vía Amerio –un vice con más poder que el ministro, y el encargado del diálogo con la Corte Suprema– monopolizó el manejo de esos territorios.
A Caputo lo persigue un fracaso: fue quien diseñó, o le compró con carpeta cerrada a Ricardo Lorenzetti, la maniobra para designar a Ariel Lijo como supremo. El fin de esa aventura se conoce pero, pasado el tiempo, más se conocen las heridas que esa jugada dejó en los tribunales. Aún hoy, se repite el reproche de la falta de designaciones en la Justicia de Comodoro Py y en la Nacional, donde más del 30% de los cargos están vacantes.
Diego Santilli, como contó Cenital, fue uno de los primeros en tender un puente con el mundo judicial cuando hizo llegar a Horacio Rosatti y los demás cortesanos una invitación a su jura como ministro. Fue un gesto, casi un plantar bandera. El saqueo del Ministerio del Interior con que le dieron la bienvenida pudo ser, en una clave muy brutal, un mensaje de que no debe equivocarse en sus alianzas ni en hacer más de lo que le piden.
Esos errores
Daniel Scioli quiso entregar Ambiente pero no tuvo opción. Manuel Adorni, el jefe de Gabinete, le garantizó que por el aprecio de Javier Milei seguiría en el gabinete, pero bajo su éjido y sin el área de Deportes. Fue una víctima colateral de la paritaria de ravioles en la que Diego Santilli pidió revertir, siquiera como gestualidad, algo del saqueo al que fue sometido antes de jurar como ministro del Interior.
Scioli tenía Turismo, Deporte y Ambiente, y debía entregar una de las tres áreas: Santilli, porque el PRO tuvo antes el control de ese casillero –lo ocupó Julio Garro, que renunció envuelto en una polémica por cánticos de la Selección–, pidió Deportes. Adorni, online con Karina Milei, le concedió, con rango disminuido a subsecretaría. El “Colo” recuperó, además, el Registro Nacional de las Personas (RENAPER), que había sido mudado a Seguridad. Esos cambios se ejecutaron a través del decreto 825 publicado este jueves 20 en el Boletín Oficial.
Lo de RENAPER a Seguridad fue, se dijo en Casa Rosada, un error de Legal y Técnica. Otro error del área fue que distintas oficinas, como la Secretaría de Medios que tenía Adorni como vocero, en vez de ser reubicadas bajo la órbita de Jefatura de Gabinete fueron eliminadas. Legal y Técnica está a cargo de María “Mery” Ibarzabal, funcionaria con pasado en el PRO, que llegó al gobierno y ascendió en el esquema interno de la mano de Caputo, pero muy celebrada por Milei.
Las fuerzas
Luego de bloquear el expansionismo de Caputo, Karina planifica un avance y pone en su ajedrez a Patricia Bullrich, a quien los Milei están decididos a premiar con doble cargo: que la ministra se convierta en la jefa libertaria en el Senado, tarea que ya empezó a ejercer. Este miércoles fue a la Cámara Alta a activar impugnaciones contra Martín Soria y Jorge Capitanich, para embarrar la reunión de comisión donde se trató y rechazó el pliego de Lorena Villaverde, la senadora electa que tuvo causas por narcotráfico en EE. UU.
El otro elemento es que Alejandra Monteoliva quede al frente de la cartera de Seguridad. Monteoliva, que fue ministra de Seguridad de Córdoba en los días del estallido policial que pareció quebrar para siempre la relación entre cordobeses y Cristina Kirchner, era mirada en Casa Rosada con cierta distancia, con cierto temor de que era una figura sin volumen como para aguantar un cargo de tanto peso.
Luego de algunas charlas, Monteoliva habría logrado revertir esa imagen y todo conduce a que sea la sucesora de Bullrich pero en la medida que la jefatura política de Seguridad la mantenga la senadora que deberá esperar hasta febrero para tratar que la nombren como presidenta provisional, lugar que ahora ocupa Bartolomé Abdala, y que la pondrá en la línea de sucesión presidencial.
Karina ve a Bullrich como una aliada. Y, dicen cerca de la hermanísima, no la considera una amenaza futura, sea como potencial candidata a presidente ni tampoco para la carrera por la jefatura de Gobierno de CABA. En Gobierno ven a Bullrich como una figura fuerte pero declinante. No ocurre lo mismo con Santilli quien, al confesar –lo que todos saben– que quiere ser gobernador bonaerense, lo miraron de reojo. “Esa discusión se dará en el 27”, dice un karinista.
Bullrich tuvo, a diferencia de Luis Petri, un plan de contingencia para seguir vinculada al ministerio. El mendocino no pareció hacer ese esfuerzo, quizá porque su relación con las FF. AA. no ha sido la mejor. Así y todo, en las últimas horas circuló una versión de que Milei podría designar a una mujer del equipo de Petri como ministra de Defensa.
Podio de perdedores
A casi un mes de las elecciones, mientras LLA se convirtió en un Pac-Man que suma diputados y senadores y que logra un apoyo –hasta acá ciego– de gobernadores y sectores silvestres, siguen los análisis del resultado electoral. La Sastrería y TresPuntoZero hicieron un estudio para medir la percepción respecto al resultado electoral, más allá de lo que el resultado electoral dice en sí mismo y que es lineal por sectores y espacios.
El estudio aporta varios datos interesantes. Uno señala que para el 68% de los consultados el resultado fue una sorpresa. No todos por la misma razón. El porcentaje más grande de los sorprendidos afirmó que esperaba que el peronismo tuviese más votos que los que tuvo. Otro indicador que exploraron los consultores fue respecto a un menú de dirigentes, a quién le fue bien y a quién le fue mal.
Cristina Kirchner, con 69% de “le fue mal”, encabeza el rating seguro, desde cerca, por Axel Kicillof quien, sin embargo, la duplicó en la consideración de “le fue bien”. La performance de Juan Schiaretti estuvo muy mal calificada mientras que, por lejos, el mejor rankeado fue Javier Milei y Mauricio Macri tuvo un registro por tercios.

Por Pablo Ibáñez-Cenital

