Cristian Benavidez, el obrero que descubrió la pelota de la década del 70 en el Gigante de Arroyito, contó cómo fue aquel momento único que cambió su vida para siempre: “Ahora me piden autógrafos”.
El relato parece sacado de una película. Cristian Benavidez es un trabajador de la construcción que se presentó a hacer sus tareas en la cancha de Rosario Central. Sin embargo lo que le iba a suceder iba a marcar un antes y un después para él: mientras trabajaba en el Gigante de Arroyito encontró una pelota de fútbol de la década del 70, un hallazgo que, según le reveló a TN, cambió su vida para siempre.
A los 37 años Cristian Benavidez se convirtió en héroe. Nacido en Roque Sáenz Peña, Chaco, el hombre narró cómo un día común y corriente de su vida pasó a ser inolvidable. Pero, dice, no fue casualidad: antes del hallazgo le había manifestado a sus compañeros sus deseos de trascender.
El momento del descubrimiento: “Dios escuchó nuestra charla”
Mientras cavaban, uno de los compañeros de Cristian dijo haber visto algo de la Conmebol entre los escombros y, poco después Eduardo, el encargado de inspeccionar la obra, les indicó la presencia de un túnel. “Empecé a mirar e inconsciente dije ‘es una pelota re vieja’”, relató Benavidez. Lo que siguió después fue una serie de eventos que parecen sacados de un cuento: mensajes de felicitaciones, petición de autógrafos y una demanda importante de fotos por parte de amigos y conocidos, convirtiendo a este trabajador en una celebridad de la noche a la mañana.
“La verdad que primero le doy gracias a Dios por la dicha de haber encontrado esa pelota. Ese día jodiendo un poco con los compañeros decíamos que quería ver algunos jugadores o bien ser reconocido por el club y su gente, fue como si Dios escuchara nuestra charla”, reveló el protagonista de esta historia.
“Esa pelota me cambió la vida”
En una emotiva reflexión, Cristian compartió que haber encontrado la pelota antigua mientras trabajaba en la ampliación del estadio de Central marcó un antes y un después en su vida. “Fue una bendición”.
Antes del hallazgo se describía a sí mismo como alguien “pobre”, viviendo su vida sin mayor notoriedad. Sin embargo esa sensación cambió a partir del hallazgo: “Ahora soy un pobre, pero famoso. Antes solo era pobre, bromeaba siempre con los muchachos”.
Lo cierto es que la broma tiene parte de realidad. Es que este papá de tres hijos (Rodrigo de 17, Bastian de 10 y Atina de un año y medio) contó cómo le afectó en su vida personal su reciente descubrimiento: “Siguen los mensajes para mi esposa, María, me felicitan, me piden autógrafos y un amigo que tiene una cancha de fútbol 5 me pidió que me saque fotos para promocionar su negocio”.
Su otro descubrimiento
Cristian Benavidez compartió detalles sobre su otro descubrimiento durante las obras en el estadio del Canalla. “Encontré un par de butacas en el túnel y unas botellas de gaseosa”, relató y admitió que cree que en ese lugar existía una confitería o algo similar.
Además, el obrero hincha de Chaco For Ever cuyos hallazgos llamaron la atención de muchos personas, compartió una anécdota con tono de humor sobre su vuelta a la rutina laboral. “A vos te tenemos que mandarte a buscar oro”, le dijo una señora fanática de Central en referencia a su facilidad para encontrar tesoros donde menos se los espera.
La vida del hombre detrás del hallazgo en la cancha de Rosario Central
Sus días comienzan antes del amanecer, a las seis de la mañana, marcando el inicio de una jornada laboral que se extiende hasta bien entrada la noche. Gracias a la recomendación de Miguel Ferreira, Benavidez encontró una valiosa oportunidad de trabajo en las obras de ampliación del Gigante de Arroyito, tras enfrentar un período de incertidumbre laboral a principios de año.
“Estuve en enero y mitad de febrero sin trabajo, pero hoy gracias a Dios podemos salir adelante”, reflexionó quien protagoniza una de las imágenes que quedarán en la historia de Rosario Central.
Por Nicolás Campolongo-TN