Se trata de operaciones que ya fueron declaradas a la Aduana pero que todavía restan cobrar e ingresar al país. Especialistas creen que es lo habitual en los tiempos del comercio exterior pero no descartan algo de especulación.
El sector exportador argentino tiene todavía por ingresar al país u$s4.130 millones producto de ventas al exterior que ya fueron declaradas ante las autoridades de la Aduana pero que todavía no fueron liquidadas. La cifra surge a partir de la diferencia que muestran los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y el Balance Cambiario del Banco Central.
El 29 de mayo pasado, la entidad monetaria emitió la Resolución 7030 para evitar que las empresas anticiparan compras de insumos, lo cual implicaba consumir más dólares de los necesarios para mantener su ritmo productivo. Las empresas trataban de cubrirse ante una eventual devaluación de la moneda.
Algunos analistas señalan que en agosto aparecieron algunas diferencias. Llamó la atención que la cantidad de dólares demandados el mes pasado por las empresas para comprar bienes en el exterior subieron 30,5% respecto de igual mes del año pasado. Se vendieron u$s3.709 millones, mientras que el año pasado fueron u$s2.909 millones.
De ese modo, en los primeros 8 meses, el INDEC declara un superávit de balanza comercial de u$s 10.984 millones, contra u$s7.063,5 millones reales que quedaron en el BCRA. La diferencia es de u$s 3920 millones.
El economista Marcelo Elizondo, exdirector de la Fundación ExportAr, explicó que las diferencias entre operaciones declaradas y liquidadas son habituales. “Las importaciones ni bien se autorizan se pagan, en cambio las exportaciones en muchas veces se difiere el cobro”, explicó. Precisó que “eso pasa regularmente, porque uno muchas veces vende y financia”. No obstante, Elizondo indicó que “en algún caso puede haber algún diferimiento a la espera que mejore el tipo de cambio aunque eso no puede ser por tiempo indeterminado porque hay un plazo para liquidar”. Los commodities agrícolas tienen un plazo de 15 días, mientras que otros bienes tienen hasta 180 días.
En cambio, Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior del Siglo XXI y asesor de empresas, consideró que hay demoras de liquidación por especulación. “Muchos no quieren liquidar con dólar barato, y en cambio otros tratan de comprar lo que sea”, explicó.
En general, los datos que logran registrar los organismos del Estado tienen bastante correlación entre plazos de declaración y concreción de las operaciones. Lo que es difícil de determinar por la Aduana, sobre todo, son las maniobras de subfacturación de exportaciones. Se sospecha que una parte de la facturación real se hace con empresas subsidiarias en el exterior, bajo conceptos como ventas de servicios asociados.
Por Carlos Lamiral – Ámbito