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Los jefes ordenan las escuderías

Horacio se emancipó. Alberto desobedece. Patricia crece y María Eugenia espera. Axel se queda con la provincia. Jorge Boga Macri con el Maxikiosco. Por Jorge Asís

Los jefes ordenan las escuderías

El “año de Bignone”

Dos de los cuatro que son -Mauricio y La Doctora- deben ordenar las respectivas escuderías.
Es el atributo -y la responsabilidad- de los jefes.
Liderazgos históricamente compartidos y recíprocamente funcionales.
La Doctora lidia con el brote de rebelión del austero protagonista del paisaje. Alberto, El Poeta Impopular.
Pero Mauricio, El Ángel Exterminador, debe decidir con Horacio Rodríguez Larreta, Geniol, que se emancipó, la sucesión fundamental, en el Artificio Autónomo.
Larreta es otro de los cuatro que es. Paladar negro de la escudería macrista.

El “año de Bignone” es la etapa para administrar la liquidación del gobierno y salir lo más inadvertido posible.
Pero Alberto es un Bignone que se obstina en la utopía de permanecer. En no obedecer.
Impugna la legitimidad del liderazgo omnipresente de La Doctora que lo clavó en la presidencia de la república.
Al “hablarse encima”, Alberto notifica que puede “acabar con 20 años de kirchnerismo”.
Hasta hoy, sin la patología kirchnerista, Alberto es casi equivalente a la nada. Pero con suficientes fierros institucionales para brindar solidez a su rebelión.
En condiciones de irse de estudiantina en el Hércules a sacarse selfies en la Antártida. O de picnic a Chapadmalal.
Pero por su chapa también se codea en cumbres con pares, estadistas de marca.
Justamente en el año de Bignone decide ejercer el poder, cuando el poder se le diluyó. Persisten las formas sin fondo.
Basta para desbordar a los precipitados que le quieren clausurar las ilusiones.
Como Andrés Larroque, Palomita Blanca, o Máximo, El Influencer. O la misma jefa desafiada. La Doctora.
Trascendió que alfiles que responden a La Doctora planifican dejar el gobierno. Acaso para brindar respetabilidad a la consigna gastada. “Luche y vuelve”.
Un apriete para que Alberto se baje de la fantasía que constitucionalmente le corresponde.

Como concepto, la presidencia delegada en Argentina no funciona.
Ni con Héctor Cámpora en los días de Perón. Menos con Alberto durante la vigencia de La Doctora.
Condenada e inhabilitada, la dama aún ejerce la centralidad que tienta a enfrentarla.
El conglomerado opositor, mediático y político, prospera merced a las diatribas permanentes. Contra ella. “Garpa”.
Con la fortaleza de la debilidad, Alberto -nuestro Bignone- aprovecha el enfrentamiento explícito con La Doctora y los amigos de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. Para suavizar su imagen.
Según el Informe Sintra, Alberto la vampiriza. La sangre de su negatividad le resulta redituable para plantear el desafío.

El Operativo Clamor -por la candidatura de La Doctora- es otra consigna. Como la “proscripción”.
Sabe que, aunque quiera, no puede ser. Aquí sintoniza con Mauricio en el mismo laberinto.
El político que diga que no quiere ser presidente es porque lo embocaron. Los números “no le dan”.
Elaborada, construida, la realidad cruel les pasa por encima.
Aunque sean los jefes, y deban ordenar, ambos (tal vez) ya fueron.
Portadores sanos del «virus del piso alto y del techo bajo».
Naufragan entre ambiciones de subordinados que no terminan, paradójicamente, de depender.

El Ángel Celebrity

“Simuladamente desesperado por volver a ser presidente».
Es frío y racional. Pero no se aguanta en el banco. Contiene las ganas de jugar el Segundo Tiempo.
Pero Horacio se le emancipó. Su Premier durante ocho años. Sucesor en el Maxikiosco por ocho años más.
El Ángel está convencido que Larreta intentó “jubilarlo” compulsivamente. Con gestos.
No le aprobó los entrecruzamientos de 2021. El desplazamiento de Diego Santilli, El Bermellón, hacia la Provincia Inviable. De la señora María Eugenia Vidal, La Chica de Flores de Girondo, a la capital.
Y El Ángel, Celebrity Calabrés, se sintió ofendido cuando, durante los festejos de 2021, Larreta fue dueño de Costa Salguero y ni invitó al jefe para saludar.
Y pese a ser Celebrity, El Ángel, como Calabrés, no perdona.
Pero sí pudo indultar a María Eugenia, otro paladar negro (La Chica de Flores se había emocionado con aquel Plan V. 2019 para Vidal y no para Mauricio).

La táctica de horadar a Horacio, a través de estimular a la señora Patricia Bullrich, La Montonera del Bien, fue sistemáticamente perversa.
Motivó el súbito crecimiento de Patricia, que convirtió a Mauricio en un nuevo problema.
La “Piba” de Moyano dejó de ser un instrumento. Es competencia.
Experta, sobrevivió a los setenta, al menemismo y a la Alianza. Por su cuenta hoy colecciona radicales del cotillón.
Y Mauricio demostró que aún es el jefe. Aseguró la centralidad con su construcción de Celebrity. No le entra una bala.
Pero continúa con la incertidumbre de la candidatura que debilita a los sucesores.
Porque el Ángel habla, actúa, declara como si fuera el próximo presidente. No solo el tío sabio que proporciona consejos. «Lecciones de liderazgo».
Pero el juego termina. Sale a jugar o no.
Como jefe unánime se blinda si lanza la candidatura y lo vence, por goleada, a Larreta.

Jorge, El Boga, para el Maxikiosco

Con Axel, El Gótico -de su escudería- La Doctora tiene relativamente resuelta La Provincia Inviable. Su territorio. Sin consultar.
Pero Mauricio debe ponerse de acuerdo con Horacio para ordenar el territorio suyo. La Capital.
Necesitan ser continuados por alguien confiable de la propia escudería.
Jorge Macri, El Boga, es el Axel de Mauricio.
Un paladar negro que creció desde la minigobernación de Vicente López. Adquirió -pese al primo- identidad.
Es ministro de Larreta. Pero por instrucción de Mauricio apareció en el álbum fotográfico de Patricia.
“Conviene que te le acerques, Patricia crece y en cualquier momento nos pone a otro en la capital».
Mientras Jorge se mostraba con Patricia, el inspirado Horacio se puso a coquetear entre los paredones con radicales que miran debajo del agua, pero en el Riachuelo.
El lenguaje gráfico de la política vigente deriva en el entendimiento de Larreta con el indemne Martín Lousteau, El Personaje de Wilde.
Una pieza fundamental del caudillo Emiliano Yacobitti, Yul Brynner. Para atender el Maxikiosco.
De pronto se hace realidad la videncia del Celebrity y Patricia expone a Ricardo López Murphy, El Bulldog Gato. Para despachar golosinas y cigarrillos.
LM, un político tradicional que hasta cumple con su palabra, es de los primeros exterminados por el Ángel.
Pero LM se recuperó y volvió con serena capacidad de olvido.
Con la decisión de apoyar a Patricia para presidenta y sin la reciprocidad de ser apoyado para atender el Maxikiosco.
Ambos ignoran que el tema está prácticamente cerrado.
«La administración de chocolates está cerrada para el Boga. Jorge».

El rival añorado y conveniente

Alberto no habla con La Doctora y a Horacio le cuesta hablar con Mauricio. Relaciones extrañas de Chanchos y Serpientes (ampliaremos).
Le resulta más fácil a Horacio desafiarlo con actos a Mauricio que negociar con palabras.
Es el duelo entre el parricida, que se resiste a ejecutar, y el filicida que carece de reparos en clavar una garganta.
¿Cómo decirle?: “Tranquilo, jefe, el Maxikiosco es tuyo, vamos con Jorge».
Para 2027 quedan posicionados el persuasivo Fernán Quirós, la señora ministra Soledad Acuña, y el preparado Emmanuel Ferrario.

Y el Celebrity siempre está donde corresponde. Si hay mundial está en Qatar. Si es verano, en Cumelén (Puerta de Hierro). O en París (para sonreír con Messi y dormir a Alberto).
Hoy desborda la violencia y los muertos, entonces el Celebrity tiene que estar en Rosario. Para emitir las grandes líneas del estadista evolucionado.
Pero aún nadie descarta que se lance para el Segundo tiempo. Con María Eugenia, que espera. De vice.
Es, en efecto -según el Informe Sintra- lo que Larreta, para concluir esta historia, desea.
Competir con Mauricio. Es, «por los números», el rival interno más conveniente. Menos peligroso, acaso, que Patricia.