Llegaron a la AFI y otras dependencias del Ministerio de Defensa. La influencia en las sombras de la vice. Nombres, posicionamientos y fondos reservados.
La purga en las Fuerzas Armadas que decretó Javier Milei no fue el único movimiento estratégico que tiene a Victoria Villarruel como protagonista en las sombras. Es también quien tiene la voz de mando –pudo constatar Letra P con fuentes castrenses- a la hora de decidir qué militares retirados desembarcan en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y en áreas clave del Ministerio de Defensa a cargo de Luis Petri.
El decreto 24/2024 publicado en el Boletín Oficial reveló el grado de influencia que la vicepresidenta tiene para que excomandantes militares lleguen a oficinas de decisión en áreas habitualmente coordinadas por civiles. En ocasiones, confirman las fuentes, con autoridad por encima de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien tiene vínculos aceitados con los cuarteles desde la gestión macrista; y, en particular, sobre el titular de la cartera de Defensa.
Villarruel participó de la rosca gubernamental previa para la renovación integral de las Fuerzas Armadas a través del teniente general retirado Claudio Pasqualini, ahora oficializado con carácter ad honorem en el cargo de secretario de Estrategia y Asuntos Militares del Ministerio de Defensa, que ya ejercía en forma interina desde el 11 de diciembre.
Familia militar
Pasqualini es de la “promoción Malvinas” que egresó en 1982. Fue jefe del Ejército durante la gestión de Mauricio Macri y, al igual que Villarruel, es defensor de la “verdad completa” sobre los años de la represión ilegal, la desaparición de personas y la violación de los derechos humanos. Es yerno del mayor Athos Renés, condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad en la causa por la masacre de Margarita Belén.
Victoria Villarruel en un acto con militares
Villarruel también influyó en la designación del teniente coronel retirado Carlos Becker Fioretti al frente de la Unidad de Gabinete de Asesores de la cartera castrense y, en menor grado, del coronel retirado Marcelo Rozas Garay en la Subsecretaría de Planeamiento y Coordinación Ejecutiva en Emergencias, quien ejerció un cargo similar con Bullrich en la anterior gestión en el Ministerio de Seguridad.
A la AFI también vienen llegando
La vicepresidenta también propuso nombres de militares retirados para la intervención dispuesta por el Presidente para la AFI que comanda Silvestre Sívori, promovido a Señor 5 de los espías por el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y con orden de reordenamiento.
Fuentes castrenses dijeron a Letra P que Villarruel nominó a un subteniente retirado para número dos de la antigua SIDE y sugirió nombres de cuatro coroneles y un almirante retirados para áreas clave como Producción, Planificación y Doctrina; para la Secretaría de Contrainteligencia y para la Escuela Nacional de Inteligencia. En tanto, en la AFI aseguran que las tres cabezas de las reparticiones son personas que trajo Sívori.
Los excomandantes propuestos por Villarruel también –aseguran las fuentes- participan de las reuniones para rediseñar la estructura orgánica de la AFI, decidir si la agencia recupera el manejo a piaciere de los fondos reservados y evaluar la conveniencia o no de cerrar la Casa en el marco del Plan Motosierra libertario.
Incursión a la montaña
Reforzando su estrategia de agenda propia y aprovechando que Milei había viajado a la Antártida, Villarruel visitó la Escuela Militar de Montaña “Teniente General Juan Domingo Perón”, con asiento en la ciudad rionegrina de Bariloche. Allí recorrió las instalaciones castrenses y bajó línea sobre el decretazo que dispone la derogación de la Ley de Tierras.
“Una de las problemáticas que enfrentan la Escuela son las usurpaciones de grupos autodenominados originarios. Los cuales usurpan, lotean y venden terrenos que no les pertenecen y lo han hecho bajo el aval del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas”, denunció en su cuenta de Twitter y agregó: “Vergonzoso que el mismo Estado se socave a si mismo”.
Estrategia ¿revelada?
El exmilitante libertario Carlos Maslatón utilizó su cuenta en Twitter para denunciar un supuesto plan desestabilizador de Villarruel, similar al que en 1962 terminó con el derrocamiento el presidente constitucional Arturo Frondizi.
“La mínima a la que aspira Victoria Villarruel es a convertirse en la José María Guido del siglo XXI. O sea, digamos, degradar a Javier Milei a la categoría de un Arturo Frondizi depuesto y subir ella por pacto político. Su máxima, y su escuela, es el Proceso de 1976. Su estilo por ahora es el sesentista ‘visitando’ cuarteles, lo que le permite disimular lo peor”, escribió el abogado en un posteo en el que se ve a la vicepresidenta junto a jefes de la Policía Federal.
Por Guillermo Villarreal-LP