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Los odontólogos en la línea de fuego

El coronavirus llegó para modificar para siempre los usos y costumbres del mundo entero. En la Argentina se cumple hoy el día 23 del aislamiento social obligatorio, lo que no se sabe cuál va a ser la fecha definitiva para esta medida y qué rubros se van a ir liberando para que vuelvan a sus actividades. En el ojo de la polémica se encuentra la odontología ya que es una práctica en donde el profesional y el paciente tienen un contacto directo.

El periodista  Jorge Lanata ayer en su programa Lanata Sin Filtro, hizo referencia a un informe publicado en The New York Times, en el cual decía que los dentistas son el grupo más expuesto al coronavirus ya que lo están en un 95 % y la taza de cercanía con el paciente es del 99 %. Además mencionó que el uso del torno esparce el virus por todo el consultorio, en orden de exposición al COVID-19 le siguen los paramédicos y los enfermeros.

Lanata entrevistó a Guillermo Rivero quien es el Presidente de Confederación Odontológica de la República Argentina (CORA), el odontólogo remarcó que la situación de los consultorios es difícil y que los profesionales están capacitados para atender a los pacientes, lo que destacó es que debido a la psicosis tal vez mucha gente no concurra a tenderse.

Rivero citó a diversas enfermedades  que la profesión debió atravesar como el HIV, gripe A, hepatitis A y B y de contar con los elementos de bioseguridad correspondientes no habría problema en comenzar a atender al público. El Presidente de CORA hizo hincapié en que estos elementos son la mayoría importados y su valor a raíz de la pandemia se incrementó, un barbijo común pasó de valer $ 10 a conseguirlo entre $ 50 y $70.

Para saber más sobre el tema se consultó a la odontóloga María Cristina Oriz (M.N. 17870), quién es egresada de la UBA y ejerce la profesión hace 34 años.

Se le preguntó a Cristina sobre cómo ve el presente de su carrera y ella detalló que haría falta la implementación de medidas de bioseguridad más exigentes debido a la proximidad con el paciente. Por otra parte evitar que se junten pacientes en la sala de espera, dar turnos espaciados, ventilar los ambientes y tener superficies libre de revistas y adornos para mantener todo desinfectado. La profesional destacó que este virus al ser nuevo todavía se está aprendiendo nuevos métodos y cuáles son las medidas a tomar.

Cristina desarrolla su actividad de manera privada y se charló sobre el tema de los subsidios, a lo que ella respondió no recibir ayuda del Estado, ni planes de financiación, además de mostrar preocupación para obtener el material descartable, ya que el 90 % de estos insumos son importados.

Un tema que se trató en la charla es si podría colapsar el sistema odontológico a lo que la profesional contó que esa rama de la medicina viene muy golpeada tras las devaluaciones e hizo especial énfasis en la salud pública y privada, ya que en algunos casos los sueldos están atrasados.

Con respecto a que la odontología salga de la cuarentena, Cristina explicó que no está de acuerdo hacerlo en esta época ya que se puede llegar a incrementar la curva de contagio del COVID-19. Para salir se deberían tener los kits de bioseguridad y contar con el barbijo N95 que es de uso profesional. De darse estas medidas preventivas estaría de acuerdo con retomar su trabajo, eso sí respetando las medidas de distanciamiento social y desinfección.

Cristina puede subsistir en la actualidad gracias a sus ahorros y a dinero destinado para sus vacaciones, en cuanto a la parte personal se muestra una mujer muy positiva que le saca aprendizaje a esta circunstancia. Ella confesó que jamás se imaginaba vivir una situación así y que esto no es una película de ciencia ficción.

Se nota a la distancia que esta profesional una vez que estén dadas las condiciones de seguridad y se levante el aislamiento social obligatorio para su sector, será una de las primeras en reorganizar su agenda y comenzar a atender a sus pacientes.

Por Matías Adragna