El estado de Río Grande del Sur está atravesando una catástrofe climática sin precedentes. Alerta máxima, calles y viviendas destruidas y temor en gran parte de los habitantes.
El estado de Río Grande do Sul, en Brasil, está atravesando una de las peores catástrofes naturales de su historia después de que lluvias torrenciales provocaran inundaciones en las principales ciudades, especialmente en Porto Alegre. Según informaron las autoridades, este inédito temporal dejó la cifra de al menos 29 muertos y 60 desaparecidos.
La tormenta tuvo el mayor volumen de lluvia registrado en el estado provincial y causó daños en 204 municipios, perjudicando a más de 68.000 brasileños y haciendo que alrededor de 15.000 familias deban evacuar sus hogares. Asimismo, más de 300.000 personas también se quedaron sin electricidad después de que el jueves se rompiera una presa en una pequeña central hidroeléctrica.
El gobernador de Río Grande del Sur, Eduardo Leite, mencionó que las autoridades están lidiando con “el peor desastre climático que jamás haya enfrentado” el estado. Este jueves el presidente Lula da Silva adjudicó el hecho al calentamiento global: “Nosotros, los seres humanos, somos culpables de lo que ocurre. Como siempre alerta la ministra de Medio Ambiente Marina Silva, cuando la naturaleza se manifiesta y se rebela, entonces los perjuicios son gigantescos”.
El aguacero comenzó el lunes y, en algunas zonas, cayeron más de 150 milímetros de lluvia solo el primer día. El Instituto Meteorológico brasileño dijo que la región estaba atravesando los efectos del fenómeno climático natural llamado El Niño, que históricamente causó sequías en el norte e intensas tormentas en el sur.
Los meteorólogos predicen más lluvias en la región hasta el domingo y advirtieron que los niveles del principal río Guaíba, que se desbordó en algunas zonas, seguirá aumentando. Esto impide que por el momento se pueda evaluar el tamaño real de los destrozos y el número real de afectados.
Los videos más impactantes de la histórica inundación en Brasil
El desastre en Brasil alcanzó el nivel 3, caracterizado por daños muy grandes y extendidos. En Porto Alegre la situación aún empeora, ya que este jueves debieron ser cerrados 8 puestos de atención médica.
Muchas de las familias afectadas perdieron todas sus pertenencias y debieron ser rescatadas en helicóptero desde los techos de sus casas. Aunque algunas imágenes muestran personas que no lograron ser rescatadas y cayeron a una muerte segura.
El colapso de una represa en el municipio de Cotipora hizo elevar todavía más las aguas de uno de los ríos, llamado Taquari, agravando las consecuencias del desastre. Además, escenas apocalípticas muestran como puentes y casas ceden ante la fuerza de la inundación.
En su último informe (22H00 GMT), Defensa Civil reportó también que hay al menos 36 heridos y cerca de 4.600 personas fueron ubicadas en refugios aguardando a que el caos cese.