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Luciano Chiconi: “Milei puede que sea un loco, pero el sistema de ideas que plantea tiene contacto con la realidad”

El analista Luciano Chiconi examinó el escenario político que dejaron las PASO en nuestro país y en conversación con APU respondió si este es el fin de la grieta o el nacimiento de una nueva.

Agencia Paco Urondo: ¿Sorprendió lo de Milei?

Luciano Chiconi: Me parece que sorprendió a la mayoría, por lo menos a los que estamos en el análisis o nos interesa la política. Me parece que a la gente no le sorprendió tanto porque ya tenía claro qué iba a hacer.

APU: ¿Cuál es el primer mensaje que dejan las urnas, el domingo?

L.CH.: Es inevitable hablar de una extraordinaria elección de Milei, guste o no el personaje. Si analizás fríamente, si mirás el mapa nacional, fue absolutamente federal y homogéneo su triunfo. Hay como una tendencia de (por lo menos) ese 30% que lo votó de probar algo distinto. Acá hay un cuestionamiento a lo que fue hasta el momento el sistema de representación que mostraron, en una dicotomía, Juntos por el Cambio y Unión por la Patria. Todos los votos iban ahí, con mayor o menor adhesión de la gente; esas dos ofertas satisfacían, durante estas últimas dos elecciones y eso se rompió, de alguna manera. Vamos a ver cómo se desenvuelve, pero me parece que este electorado está buscando algo distinto, ya no está impugnando solamente al kirchnerismo, sino que también a Juntos por el Cambio.

Todavía no sabemos bien a dónde apunta, se puede interpretar de varias formas. Lo más interesante del fenómeno de Milei, no es tanto él mismo o los dirigentes de La Libertad Avanza, sino el electorado ¿Qué está buscando esa gente? Me parece que hay una búsqueda nueva, tanto en la política como en la economía, va de la mano de la profundización de la crisis y lo encuentran en un emergente. Si no hubiese tanta inflación y tanta desesperación en ciertos sectores de la sociedad, hubiera sido una fuerza un poco más testimonial. Él logró concatenar esos dos factores, la casta y el déficit fiscal, por así decirlo.

APU: Y metió lo del Banco Central.

L.CH.: Su discurso hay que analizarlo en dos niveles, uno que es exabrupto puro, pero después hay un segundo nivel que es un poco lo que está viendo la mayoría de la gente que lo votó, su electorado quizás más pragmático, no sus fans más libertarios del principio. No es gente que está desesperada por que cierre el Banco Central, logró vincularlo con que la casta, o sea la política, provoca el déficit fiscal y que ese es el gran mal de los argentinos. Son dos cuestiones que uno podría refutar, pero que hoy hacen sentido en la sociedad que está viendo cómo la clase política está alejada de esos problemas.

Por otro lado, los problemas del Estado para generar una economía productiva existen, con lo cual no está diciendo locuras. Milei puede que sea un loco, pero el sistema de ideas que plantea tiene contacto con la realidad. De alguna manera, la gente dice “este tipo está hablando de algo que me pasa”. El fenómeno sale de la cuestión que se genera de despreciar a su votante.

APU: Algo que le pasa a un determinado votante peronista, que cuando gana una elección es la demostración cabal de que tu pueblo tiene un nivel de conciencia fenomenal y cuando pierde está lleno de tontos que vota cualquier cosa.

L.CH.: Y no es así, porque históricamente se le decía eso a los que votaban al peronismo. Lo mismo: votan mal y esos, ahora, son los que votan a Milei, porque aparece con una minoría fuerte en esta elección.

APU: ¿La primera impresión es que se trata de un voto antigrieta?

L.CH.: En todo caso, propone terminar con ese formato de la grieta y pensar una radicalidad distinta, porque ellos están contra toda la clase política, ahí meten todo en la misma bolsa. Se termina la clásica grieta y aparece un nuevo clivaje, donde lo que entra a la pelea también es conflictivo: es el “que se vayan todos” institucionalizado en un sector de la sociedad. Con lo cual, no sé si es una nueva grieta, hay que esperar.

Cómo lo maneja Milei, los electores, qué comportamientos van teniendo, pero es una irrupción conflictiva que propone una nueva grieta o un nuevo tipo de conflicto.

APU: Si bien Mauricio Macri tuvo una lectura muy crítica de las posiciones moderadas y coqueteó con la idea de una alianza con Milei, finalmente Juntos por el Cambio repitió la misma lógica que la gente también rechazó.

L.CH.: Juntos por el Cambio hizo una mala elección. Evidentemente, ellos esperaban que la suma de Bullrich y Larreta los pusiera largamente por arriba de los 30 puntos, ser la fuerza más votada y, a partir de ahí, trazar una estrategia hacia la primera vuelta, comandar el proceso electoral hasta esa instancia. Eso no sucedió. Veías el búnker de Juntos por el Cambio y tenías a una Patricia Bullrich muy noqueada, que no pudo estructurar un discurso ganador, algo que sí logró Milei. Después, sube Larreta que era la cara de de la derrota, no la pudo disimular. Fijate que no se dio la foto, no pudieron mostrar ni siquiera la suma de sus propios votos, de por sí por debajo de los de Milei. APU: Después sube Macri y parece elogiarlo.

L.CH.: Iba hacia ahí. Después, sube Macri, casi de compromiso, felicita a Patricia, agradece a Horacio por acompañar en la interna y rápidamente se retira, como diciendo “acá no hay nada más para festejar” y hace un señalamiento a Milei. Creo que Macri vio el fenómeno, que se podía venir algo así, pero Juntos por el Cambio ya estaba en la mitad del río. Creo que hubiese querido modificar el formato de la coalición, pero si él iba en el paquete y no se bajaba. Cometió un error al bajarse, no digo de la candidatura presidencial, sino de ser algo en ese formato. Tendría que haber conducido ese proceso. Ya no confía en una alianza con los radicales, piensa que es una quinta columna que no te va a ayudar a hacer las reformas que tenés que hacer y es un pensamiento que tiene consistencia. Y se está viendo que Bullrich no va a poder conducir ese proceso, si se diera. Ganó la interna, pero quedó en una posición compleja. Si sale a profundizar lo que la instaló dentro de la interna de Juntos, la gente ya lo eligió a Milei para eso. Lo mismo si lo elogia mucho. La otra alternativa que tiene es ir a buscar el voto de Larreta, creo que gran parte lo va a tener, pero tiene que sacar más para tener competitividad. De dónde van a salir esos votos.

“Milei puede que sea un loco, pero el sistema de ideas que plantea tiene contacto con la realidad”.

APU: El riesgo de ir a por un cambio radical es que se vayan con Milei y que si das un gesto muy moderado, estarías dándole la razón a aquellos que dicen “sos parte de la casta que se acomoda”.

L.CH.: Claro, votantes propios podrían repensar su voto. Estamos en una situación muy inestable, porque si vos te pones a ver cada uno con sus limitaciones, la elección quedó muy pareja en términos de quién pasa y quién no. Creo que Milei ya está en el balotaje, a menos que cometa muy graves errores. Ahí empieza la batalla final entre Unión por la Patria y Juntos por el Cambio cuando hay un punto, entre ellos. Esto se va a definir en un tiebreak, como en el tenis. No hay mucho margen para rascar votos.

APU: ¿Puede que Unión por la Patria pueda rascar puntos de los que no fueron a votar, que uno podría sospechar una simpatía ya lejana con el gobierno?

L.CH.: Creo que los dos, si suman, lo van a hacer de los que no fueron a votar.

Unión por la Patria o el peronismo en este formato, tiene muchas debilidades, porque es un poco la continuidad del Frente de Todos. Massa sacó los votos que siguen siendo del kirchnerismo. Inclusive, Grabois hizo una muy buena elección. El primer desafío de Sergio es sumar todos esos votos y que no se vayan a la izquierda. Después viene el gran desafío político, los que no fueron a votar. Ahí tiene una estrategia un poco más fácil que Bullrich. Si la puja con Milei es el Estado vs el Mercado, simplificando demasiado, tenés un discurso para recorrer que mucha gente, todavía, no tiene muy claro. De hecho, Massa ya lo empezó a estructurar en el discurso postelección.

APU: También habló de ser ambiciosos para ampliar la coalición ¿Ves que esa puede ser otra estrategia? Pienso en algunos radicales.

L.CH.: Es complicado, porque también está gestionando el Ministerio de Economía, saliendo de una devaluación que más o menos tenía que hacer para sobrevivir. No son muy buenas noticias las que puede dar y tiene que hacer un equilibrio muy complejo. Esa invocación que hace a la unidad nacional y ampliar, creo que no hay tiempo para concretarla. La conclusión de estas elecciones es que tenés más fragmentación del escenario electoral, es difícil hacer una convocatoria ¿Desde dónde? Puede apostar al que no fue a votar, plantear un disco defensivo y va a ser así. El problema de eso es que se está eligiendo presidente para cuatro años, no para seis meses. Necesita proponer algo para que la gente confíe y no puede decir eso, en las condiciones de la coalición pesa más defender lo que todavía se da a la gente, aunque se le da a cada vez a menos gente.

Ahí hay una cosa muy interesante: Milei logró estructurar una apuesta “liberal” que tiene mucho más componentes heterogéneos a nivel social comparada con la que llegó a estructurar Cambiemos. Tenés votantes que lo fueron del peronismo. En alguna medida, está representando a esa clase media baja del conurbano que lejos de ser liberal, de izquierda, que históricamente fue peronista y hoy esté probando con Milei, ante la desesperación y la resignación que genera el tema de la inflación y a favor de un discurso simple y rústico, pero que funciona. Esto no pasa porque es un gran líder de masas, carismático, sucede porque hay una necesidad muy grande del lado del mostrador del votante que la política no está interpretando.

El tema de la casta le toca al peronismo como crítica, también. El peronismo necesita recrear su cultura del trabajo, su cultura política con la nueva sociedad, porque no estamos hablando del obrero metalúrgico de la década del 50, eso se terminó. Ahora es el pibe de Rappi. Lo que puede hacer es, a una parte de ese votante que todavía no confía en Milei y no le gusta Juntos por el Cambio, proponerle algo más creíble que no tenga que ver con alguna prestación del Estado. El peronismo quedó hablándole solamente a los que tienen un convenio colectivo. Ahí es donde trabaja Milei durísimo. La elección del peronismo es una de las peores de su historia, todavía no es la elección general, pero los números son muy malos a nivel nacional, aunque en provincia, Kicillof sacó 5 puntos más; es el dirigente con mejor imagen del peronismo y creo que va a ser gobernador.

“Es el ‘que se vayan todos’ institucionalizado en un sector de la sociedad”.

APU: Ya que pasaste a la provincia, se habla de una posible alianza, por abajo, entre Grindetti y Píparo ¿Lo ves viable?

L.CH.: No lo veo, porque la dinámica ganadora la tiene Milei, creo que va a sacar más votos en la provincia en la próxima elección, y el que está ganando no va a negociar. La elección de Píparo es demasiado buena y le sirve al kirchnerismo porque hace un bloqueo importante al aglutinamiento del voto expositor. Cristina vio bien que era un escenario complejo, pero me parece que contó con un aliado táctico impensado que fue la elección de Milei. No creo que se baje del caballo para negociar.

APU: Decías de Cristina la vio bien con los ya famosos tres tercios, que Macri también, con la idea de un cambio poderoso, pero al mismo tiempo son los responsables de un formato de coaliciones que fue objetado por la por la sociedad ¿No supieron encausar políticamente lo que podían ver bien?

L.CH.: Es como un partido de fútbol, donde el que está en la platea ve mejor el partido que el que está dentro de la cancha. Ellos se colocaron un poco afuera. Tanto Cristina como Macri ganaron elecciones con la polarización desde dónde, en un punto, le marcaron un poco las reglas de la discusión al electorado. Eso que ellos introdujeron para ganar elecciones, todavía está en la sociedad. No se dijo “se terminó la polarización, ahora vamos a votar racionalmente”. Sino hubiera ganado Larreta que buscó un consenso para salir de la crisis, pero la gente dijo “el consenso está bien, pero estoy repodrido de la inflación”. Cristina y Macri leyeron bien que esto no iba a salir con Larreta y Massa tranquilamente, que sale con Milei, con otro que mete un poco de nafta al fuego. Que esto de la polarización no funciona más como hasta ahora, pero que todavía no se termina como salida política institucional. La fórmula del consenso no es una adrenalina electoral para la gente, no se siente tocada porque le dicen que vamos a resolver todo por consenso, vota porque viene Milei y le dice que mañana va a tener un sueldo en dólares que le va a servir. Viene esa vuelta de tuerca donde mucha gente urgida por la economía busca alguien que ordene. ¿Será Bullrich, será Milei, podrá Massa usar algo de eso que tiene con el curso del orden y la seguridad? Evidentemente, el consenso hay que hacerlo, no decirlo. Hasta que no haya un cambio que la gente pueda ver resultados en su vida cotidiana vamos a seguir en esta montaña rusa de exabruptos, promesas raras, cuestiones más declamadas que normalizadas en la vida cotidiana de la gente.

APU: En 2019 me decías que se venía un gobierno de dos años, por la complejidad de los problemas económicos a las que debía dar respuestas rápidas y la pandemia reconfiguró muchas cosas ¿Gobierno de cuántos años, es el próximo, ante esta elección?

L.CH.: Estamos en un periodo donde no hay un liderazgo político que pague el costo de resolver una crisis. Cuando Duhalde llegó al poder ya sabía que era boleta, sabía que iba a hacer un laburo sucio y se iba. Son los costos que tenés que pagar en política para que las cosas funcionen. La dinámica de la polarización, lo que hizo, es poner la prioridad en otro lado, decir “no sé si puedo resolver el problema, lo que necesito es seguir en el poder”. Hasta que no haya uno que pare la pelota y diga que está dispuesto a pagar un costo con un gobierno real de dos años, no cambia. Después, va a tener que resolverse con otra gestión y que venga un tipo que termine de ordenar la cosa, para eso tenemos que salir de esta dinámica que permitió crecer este desencanto que desemboca en los 30 puntos de Milei.

En el peronismo, hoy, los que tenían mayor cercanía con la población, por distintos motivos, no lo tiene. Llamalo redes sociales, un nuevo electorado más individualista como los jóvenes, pero lo que no tiene que pasar es que la política renuncie a ser lo más comunitaria posible y a tratar de trabajar, todo el tiempo, para representar. Estamos ante una crisis que se que se fue sedimentando por esas razones y ahora no hay más margen. La política tiene que estar ahí, el gobierno que gane ahora tiene que hacer reformas. La gente tiene que poder vivir bien de la economía, no del Estado; el Estado tiene que seguir estando, mejorar muchas prestaciones, pero la economía tiene que resolver los problemas como lo resolvió el peronismo. No fue toda la vida “te vamos a dar un plan del Estado”. El Estado era un complemento de una economía que producía y crecía, la famosa movilidad social ascendente. Todo eso está fuera del libreto, por distintos motivos.

Hoy tenés un montón de trabajadores en blanco, que ganan un buen sueldo formal, que son pobres. ¿Ese tipo qué tiene que decir? Si ya hizo todo el mandato del mérito de lo que hay que hacer, pero la inflación no le da. El votante de Milei, eso ya lo naturalizó, porque de alguna manera está corriendo la coneja todo el tiempo. La gran mayoría quiere vivir mejor de la economía y que no le vengan con la derecha, el Estado… El Estado, usálo para darme una economía que funcione sola.

Hasta que no se arregle eso, es muy difícil volver a encontrar estabilidad política. Ahora hay que ver qué hace Milei con todo esto, porque la gente le tiró los votos encima, lo fue a buscar porque está desesperada ¿Se hace un político con todas las reglas o sigue siendo medio un loco, por así decirlo. Vamos a ver como decanta este proceso, en el corto plazo va a tener una impronta ganadora. Vamos a ver qué pasa en la primera vuelta y en un eventual balotaje.

Por Enrique de la Calle-APU