Durante su discurso la cumbre presidencial para un Nuevo Pacto Financiero Global, el líder brasileño responsabilizó al FMI y al Banco Mundial de la crisis que atraviesa nuestro país. Además, calificó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como esas “instituciones que funcionan mal”.
El presidente brasileño Lula da Silva no consigue “olvidar” la Argentina ni siquiera en su viaje por París. Hoy volvió a referenciar al país cuando cuestionó al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial: “No funcionan más. No atienden las aspiraciones ni los intereses sociales”.
Con el FMI fue todavía más duro: “Deja mucho que desear” polemizó, para de inmediato recordar: “A la Argentina, de la forma más irresponsable del mundo, el Fondo le prestó 44.000 millones de dólares, que fueron para un señor que era presidente. No se sabe qué hizo él con ese dinero”. Concluyó que fue eso lo que llevó “a los argentinos a pasar por una situación económica muy difícil, porque el país no tiene dólares para pagarle al Fondo”.
Durante el discurso, pronunciado en la cumbre presidencial para un Nuevo Pacto Financiero Global, sostuvo que “tenemos que entender que no se puede continuar con instituciones que funcionan de manera equivocada”. Incluyó, dentro de estas, al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que según afirma ya no responde a las necesidades de los tiempos actuales. “Los miembros de ese CS ya no representan más la realidad política de 2023”.
Para Lula, “eran aptos en 1945, pero no ahora. La ONU precisa tener representatividad, tener fuerza política. En 1948, la ONU creó el Estado de Israel, pero hoy no puede resolver la ocupación del Estado palestino”.
El Amazonas en agenda
El presidente brasileño mencionó que había cambiado su discurso en este foro “una decena de veces”, pero al final se decidió a hablar sin leer el pronunciamiento que tenía escrito. Le dio entonces un lugar singular al papel de la Selva del Amazonas en la preservación ambiental del planeta. “Espero que aquellos que dicen apreciar tanto al Amazonas, que la admiran tanto, que dicen que es el pulmón del mundo, vengan a participar a la COP-30 (conferencia mundial del clima) en el estado de Pará, en 2025, para que tengan una noción real de lo que es esta selva”.
Pasó luego a describir que esa región “representa nada menos que cinco millones de kilómetros cuadrados en Brasil. Pero también tenemos la de Ecuador, la de Colombia, la de Guyana y Surinam, la de Bolivia y Venezuela”. Informó, entonces, que el 12 de agosto próximo, todos los presidentes de los países que comparten el Amazonas, realizarán “un gran encuentro para llevar una propuesta única a la COP-28, que se realiza en noviembre próximo en los Emiratos Árabes Unidos”.
El líder brasileño, que hasta ahora se encontró, en apenas 6 meses de gobierno, con grandes personalidades internacionales, mostró con claridad las cartas de su estrategia geopolítica. Apuesta no solo a consolidar Brasil como futuro miembro permanente del Consejo de Seguridad; también sugiere una convocatoria a un movimiento que genere un nuevo orden internacional multipolar.
Lula da Silva aprovechó, en ese sentido, el foro parisino financiero mundial, para referirse al tratado de libre comercio que se negocia entre el Mercosur y la Unión Europea: “Estoy ansioso por hacer ese acuerdo, pero parece que no es posible”. En ese contexto, responsabilizó, aunque no expresamente, a los europeos, sobre todo los franceses, por incluir dentro del pacto firmado en 2019 una nueva condición que Brasil rechaza. Ese requisito pone en juego una serie de puniciones a los brasileños en caso de que no cumplan estrictamente con sus compromisos ambientales. “Eso es una amenaza que no podemos aceptar”; con todo, cuestionó a los empresarios brasileños que, según dijo, saben perfectamente que hay que preservar la selva amazónica, “y saben (que el desmonte) los va a causar un problema muy serio con las exportaciones” agrícolas. Es que parte de la producción del agro se ha trasladado a haciendas conquistadas precisamente por medio de la tala de áreas selváticas.
Al finalizar esa conferencia, el jefe de Estado brasileño fue recibido en el Palacio del Eliseo por Emmanuel Macron y allí abordaron el tema. “Conversaron sobre las negociaciones por el tratado comercial de Mercosur y Unión Europa, la guerra en Ucrania y el combate a los cambios climáticos” describió Itamaraty. Parte de ese diálogo incluyó, además, el Programa de Desarrollo de Submarinos firmado por Brasilia y París. Francia ya entregó a Brasil uno de los vehículos subacuáticos comprometidos; y en 2025 serán enviados otros tres. El plan comprende también la transferencia francesa de tecnología en esta área, además del desarrollo del submarino nuclear.
Por Eleonora Gosman-Perfil