La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, inició una gira por cuatro países de América Latina para reforzar lazos que admitió que se han “descuidado”. Von der Leyen se mostró optimista para concluir un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur). Sin embargo, el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, cuestionó las posibles sanciones que se contemplan en el texto.
Al presidente de Brasil le inquieta la “desconfianza” que pueda existir en la base del acuerdo comercial entre Mercosur y la Unión Europea. Luiz Inácio Lula da Silva criticó las modificaciones que el bloque europeo hizo al documento, ya que, según aseguró, podrían representar “sanciones si no se cumplen”.
El acuerdo, que ha estado suspendido desde 2019 y que pretende reunir compromisos de sostenibilidad y cambio climático, involucra a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En sus más recientes exigencias, el bloque europeo delimitó las líneas que los países latinos deben seguir para limitar el impacto climático. Una de esas es la deforestación de la Amazonía, un tema que le preocupa a la UE.
“La premisa entre los socios debe ser la confianza mutua, no la desconfianza”, dijo el mandatario brasileño en una conferencia de prensa conjunta, refiriéndose a las obligaciones que impuso el bloque de los 27 para firmar el acuerdo.
De manera específica, Lula ha criticado los puntos relativos a la venta de bienes y servicios europeos con destino a administraciones públicas en Latinoamérica.
Para Carlos Verissimo, analista en política exterior, quien habló con France 24, el acuerdo pone obligaciones sobre los países del Cono Sur que tal vez no puedan cumplir y que parece beneficiar más a una de las partes que a otra.
Del otro lado, la presidenta de la Comisión Europea asegura que con los recientes cambios se puede llegar a puntos en común en un acuerdo que se ha discutido por décadas. “Pensamos que es el momento de concluir el acuerdo entre la UE y Mercosur. Tenemos la ambición de hacerlo lo antes posible, a más tardar a finales de año”, sentenció Von der Leyen.
Para llegar a esta meta, los analistas todavía ven un panorama incierto. Y aseguran que hay mucho que negociar.
“Parecería que todo esto va a ser mucho más largo de lo que se piensa, en especial porque la Unión Europea hace mucho hincapié en lo que llamó ‘El Pacto Verde’, el cual Brasil no va a poder cumplir y creo que Argentina tampoco”, dijo Verissimo a France 24.
Negociaciones contrarreloj
A principios de este mes, Lula señaló que su país no firmaría el acuerdo si no se hacían los cambios que ya había exigido en el pasado, haciendo referencia a la venta de empresas europeas en el sector público. La reunión de este lunes no dio un parte de tranquilidad al mandatario, en cambio, sumó las preocupaciones de posibles sanciones.
La visita de la líder europea también pone presión en una agenda que debe darse de forma rápida, pues se espera que las conversaciones de Von der Leyen con los presidentes de Brasil, Argentina, Chile y México prepare el terreno para la reunión de la UE con 30 líderes de América Latina y el Caribe en una cumbre en Bruselas. El encuentro está previsto para el 17 y 18 de julio.
Pero antes de eso, los negociadores de la UE y Mercosur deben reunirse en Buenos Aires para presentar una contrapuesta del documento en el que se espera que se disipen las diferencias.
En dichas reuniones programadas para el 29 y 30 de junio, Brasil espera eliminar cualquier posibilidad de sanciones, argumentando que el Acuerdo de París sobre el clima establece objetivos voluntarios. Por su parte, un funcionario de Brasilia confirmó que habrá reuniones previas a dicha fecha con los países del Mercosur para establecer una “postura conjunta” y llegar como un bloque unido a la mesa.
“Antes de la reunión con los europeos, habrá una reunión intra-Mercosur para coordinar posiciones”, dijo a Reuters un funcionario del Gobierno brasileño.
En su cuenta de Twitter, Lula destacó la relación comercial que hay entre su país y el bloque de los 27, recordó que es la primera visita de un jefe ejecutivo de la UE en 10 años y trazó los objetivos financieros que tiene la primera economía de Latinoamérica con la alianza comunitaria europea.
“La Unión Europea es el segundo mayor socio comercial de Brasil y nuestro flujo comercial podría superar la marca de 100 mil millones de dólares este año. Brasil también se destaca como el mayor destino de Inversión Extranjera Directa de los países de la Unión Europea en América Latina, que se concentran en los sectores de manufactura, infraestructura digital y servicios”, se lee en el comunicado publicado.
Además de fortalecer los lazos con la región, la Unión Europea sigue su búsqueda de socios estratégicos que le proporcionen fuentes de comercio de minerales esenciales para la transición verde que proyecta.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022, los líderes del bloque también han redoblado esfuerzos para reducir su dependencia de China y Rusia a nivel energético y comercial. Los 27 buscan acelerar proyectos con enfoque ambiental y han visto en América Latina un gran potencial.
Inversión de la Unión Europea en la Amazonía
“Europa es su socia y tenemos la responsabilidad de detener la deforestación”, dijo en una declaración la presidenta de la Comisión Europea luego de haber anunciado un paquete de 20 millones de euros para el Fondo Amazonía.
Dicho fondo, creado en 2008 y pausado en 2019 por el expresidente Jair Bolsonaro, busca luchar contra la devastación de la selva y pretende promover el uso sostenible de la tierra en el bioma. Con la llegada al poder, Lula lo reactivó y otros países como Reino Unido y Estados Unidos se han unido a los ya pertenecientes: Noruega y Alemania.
Un informe divulgado este lunes 12 de junio por la plataforma científica Map Biomas asegura que en 2022 fueron destruidos 11.926 kilómetros cuadrados de selva en la Amazonía brasileña, una cifra que es similar al área total del tamaño de Qatar y que equivale al 58% de toda la vegetación deforestada en el país.
En otro de sus cálculos, Map Biomas expuso que la Amazonía brasileña perdió un promedio de 21 árboles por segundo en 2022 y en el documento se lee que las acciones para frenar estos efectos “deben activarse de inmediato”.
Por Juan Pablo Lucumí-Fance24