La medida se enmarca dentro de un decreto firmado el miércoles pasado por el mandatario que autoriza el empleo de los militares con la misión de combatir el crimen organizado.
Por orden del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, las Fuerzas Armadas de Brasil se empezaron a desplegar este lunes para reforzar la seguridad en los principales puertos y aeropuertos del país, así como en las fronteras con Paraguay y Bolivia.
La medida se enmarca dentro de un decreto firmado el miércoles pasado por el mandatario que autoriza el empleo de los militares con la misión de combatir el crimen organizado, que utiliza esas infraestructuras críticas para sus negocios ilícitos, reportó EFE.
La presencia de las Fuerzas Armadas, que trabajarán en conjunto con la Policía y otros cuerpos de seguridad del Estado, se extenderá hasta mayo de 2024. Sin embargo, Lula dejó abierta la posibilidad de prorrogar la medida, en caso de que sea necesario.
El reporte no mencionó la militarización de la frontera con Argentina.
Por qué el gobierno de Lula militarizó puertos, aeropuertos y las fronteras
El Gobierno tomó esa determinación ante el deterioro de la seguridad en algunos estados del país, como Río Grande do Norte, Bahía y Río de Janeiro.
Además, San Pablo es el centro de operaciones del Primer Comando de la Capital (PCC), la banda criminal más poderosa de Brasil y que ha extendido sus tentáculos por otros países de América Latina.
En principio, los militares custodiarán los puertos de Itaguaí, Río de Janeiro y Santos, el mayor de Latinoamérica, así como a las zonas anexas; y los aeropuertos internacionales de Galeão, en Río de Janeiro, y Guarulhos, en San Pablo.
Además, también intensificarán la vigilancia en las fronteras con Bolivia y Paraguay, con especial atención en el lago de Itaipú, una de las rutas utilizadas por los narcotraficantes para introducir drogas a Brasil desde los países vecinos.
En paralelo, la Policía Federal también fortalecerá las acciones de inteligencia contra facciones armadas y grupos parapoliciales, formadas por agentes y exagentes corruptos, sobre todo en Río de Janeiro.
“Se ha llegado a una situación muy grave, la violencia se ha agravado y hemos decidido que el Gobierno federal participe con todo su potencial”, explicó Lula al anunciar la medida.
Integrantes de las Fuerzas Armadas de Brasil vigilan el Puerto de Río de Janeiro (Foto: EFE)