Desde Cumelén, el expresidente responderá a la propuesta del libertario: mesa de gestión y apoyo sobre enfrentar al kirchnerismo pero dudas sobre la instrumentación. Los términos del acuerdo que propone LLA que los Macri quieren modificar.
El “acuerdo total” que, entre el ultimátum y el ruego, Javier Milei le propuso a Mauricio Macri empujó al PRO a cortar sus vacaciones, pero no desactivó, todavía, la guerra fría desatada con la franquicia libertaria de CABA, que comanda Karina Milei. En ese marco, Jorge Macri prevé convocar a sesiones extraordinarias para que, a fines de enero, la Legislatura porteña vote la suspensión de las PASO, y acelerar el trámite para que la votación local se haga el 6 de julio, decisión que llevó a un punto crítico la relación entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA).
Desde Cumelén, el country patagónico donde descansa con su familia, el expresidente mantuvo conversaciones con dirigentes y monitoreó una reunión “de urgencia” de la mesa nacional del PRO, convocada para analizar la invitación pública de Milei. El contexto es particular: el fuego cruzado entre la Casa Rosada y dirigentes del PRO sobre la supuesta existencia en ARCA –la ex AFIP–de una lista de contribuyentes “protegidos” que dataría de la presidencia de Macri.
El expresidente respondería, vía redes, a la propuesta presidencial con la idea de armar una mesa política para discutir cuestiones de gestión. Además, recordará el apoyo del PRO en el ballotage y mostrará su coincidencia con la idea de “derrotar” al kirchnerismo que expuso Milei. Macri expone la decisión de no romper o, al menos, de no quedar como el responsable de una ruptura electoral con Milei.
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El episodio ARCA generó un cruce tuitero entre exfuncionarias macristas, como María Eugenia Talerico, ex UIF, y Jimena de la Torre, exdirectora de la AFIP, con @mileiemperador, la cuenta que se atribuye a Santiago Caputo. En el triángulo de hierro, el asesor premium y Karina coinciden en la postura de tensar al extremo con el macrismo. La novedad de la propuesta del presidente es el “acuerdo total”, que implicaría acordar en todas las provincias, un escenario más complejo, porque los gobernadores del PRO –“Nacho” Torres de Chubut y Rogelio Frigerio de Entre Ríos– y asociados como Claudio Poggi de San Luis o Marcelo Orrego de San Luis se mueven con autonomía para acordar en sus territorios. Algunos están más cerca y otros más lejos de LLA.
La prioridad de Macri, a su vez, es ordenar una lógica similar en CABA y la provincia de Buenos Aires. El movimiento de Jorge de convocar a elecciones con fecha propia se tradujo como una señal de ruptura. “Nos preparamos para la guerra, si después se firma la paz… mejor”, dicen en Uspallata a Cenital. El dato anexo es que el vínculo Mauricio-Jorge tiene matices. Coinciden en algo: que Milei, o al menos Caputo y Karina, quieren “cagar” al PRO. El chubutense Torres mira con recelo los movimientos libertarios en su provincia. Frigerio es quien más cerca está de un acuerdo. Hay un factor que facilita eso: en Entre Ríos se eligen senadores y es determinante ir juntos o separados para ganar una o dos bancas en la Cámara alta.
En la disputa mediática, Milei incomoda a Macri porque le atribuye ser el factor de ruptura, mientras, en privado, los términos y las condiciones para un acuerdo entre el PRO y LLA son absolutamente perdidosos para el expresidente: debe aceptar ir en boletas que lleven el sello libertario y que los candidatos “del PRO” surjan de un casting que haga la Casa Rosada.
El juego de la atomización
Por eso, en el gobierno porteño definen como una “pelea de Titanes” un eventual enfrentamiento entre el PRO y LLA en la Ciudad. Traducción: dos aparatos de gobierno, con dos sistemas de poder –con los modos no siempre puros–, enfrentados en una elección que, con el calendario actual, será el primer round electoral de la era Milei y en la que el macrismo se arriesga a perder en CABA por primera vez en casi 20 años, mientras que LLA puede toparse con una derrota en la primera elección de la presidencia Milei. Aunque pueda ser una elección menor en la relevancia de los cargos, en términos simbólicos será una disputa de alto impacto.
Karina Milei, quien la semana que viene participará de un acto en Mar del Plata con Martín Menem y el armado que coordina Sebastián Pareja, sigue en detalle el tema porteño, donde opera a través de la legisladora Pilar Ramírez. Cerca de la hermanísima ven difícil que se abra una negociación con el PRO en la Ciudad. En Uspallata dicen que está todo roto con LLA de CABA pero que, en el último tiempo, se abrió un puente directo entre el jefe de Gobierno y Milei.
Por lo pronto, Karina analiza variantes y la que más le preocupa es qué oferta electoral desplegará si se confirma la elección desdoblada para legisladores. La búsqueda de candidatos fuertes se topa con la falta de figuras. En los últimos días, como contó Cenital, perdió impulso la tesis de poner a Manuel Adorni, porque Milei no quiere perder un portavoz. La figura con más volumen es Ramiro Marra pero en el karinismo rechazan que pueda ser candidato.
Es una pieza de un puzzle que, a meses del cierre de listas y entre negociaciones cruzadas, presenta un escenario de atomización extrema. No solo habría ofertas diferenciadas del PRO y LLA, sino que, además, Marra podría ir con su propia marca. Además, en las últimas horas, resonó la versión de que Horacio Rodríguez Larreta buscaría un acuerdo con el sector de Graciela Ocaña y referentes del peronismo para armar su propia oferta electoral.
Si Marra puede disputar el voto libertario, Larreta disputaría el del PRO. Lo que vale para el turno porteño se replicaría en la fecha de senadores y diputados nacionales, competencia en la que Larreta buscaría ser candidato y para la que un gobernador de peso del interior impulsa un armado federal, ex LLA, con protagonismo del legislador Eugenio Casielles. La dispersión electoral es una llave de Pandora: en el PRO dicen que tienen un piso que, con el peso del Gobierno local, vuelve muy competitivo al partido. El sondeo en torno al exalcalde porteño generó inquietud y una lectura maliciosa. “¿A quién beneficia Horacio si compite? A los libertarios”, se preguntan y responden.
Otro mundo con tensiones internas es la UCR. “Tano” Angelici empuja un acuerdo con los Macri, una especie de reconstrucción de JxC, pero con otro nombre, y que incluya también a la Coalición Cívica (CC). Pero Emiliano Yacobiti y Martín Lousteau ponen objeciones. Un poco más estable aparece el peronismo, donde se perfila un acuerdo para que Leandro Santoro, Matías Lammens y Mariano Recalde se repartan los tres lugares de relevancia que habrá en las disputas porteñas: la boleta de legisladores de CABA, diputados y senadores nacionales. Juan Manuel Olmos teje, por Telegram, las condiciones para lograr la unidad del peronismo en la Ciudad y muestra como cartas poderosas a los dos dirigentes que mejor miden –Santoro y Lammens–, mientras que para el kirchnerismo quedaría el otro lugar. Por fuera de ese acuerdo en desarrollo aparece Juan Manuel Abal Medina, que pide entrar en la discusión.
Por Pablo Ibáñez-Cenital