La referente social sostiene cuatro comedores que alimentan a más de 5.000 personas y asegura que la ayuda privada decayó en un 90%.
Margarita Barrientos se encuentra cumpliendo con la cuarentena en la ciudad santiagueña, Añatuya, y sigue ayudando a las más de cinco mil personas que se acercan a sus comedores. La referente reconoce que el impacto económico de la cuarentena pone en estado crítico el presente y futuro de su obra.
En diálogo con La Nación, Margarita contó que la asistencia que recibía de particulares y empresas decreció en un 90%, y al mismo tiempo sostiene que su Fundación engrosa la lista de organizaciones sociales que reclaman mayor asistencia estatal sin obtener respuesta.
Hace un tiempo, Barrientos contó que se siente defraudada por el expresidente, Mauricio Macri y agrega que ha perdido contacto con él. “El que se ofendió por mi palabra, que sepa que no se interpretó el sentido en el que yo lo quise decir” explicó.
Al ser consultada sobre el impacto del aislamiento obligatorio en la cantidad de gente que se acerca a pedir ayuda, Margarita confesó que “aumentó muchísimo. Viene gente que vive a 30 kilómetros, vienen de todos lados. Cuando yo llego a mi casa, la gente me viene a pedir mercadería aquí. Yo soy de cocinar mucho también, así que reparto entre mis vecinos”.
Respecto a la ayuda privada que venía recibiendo la Fundación, Barrientos comentó que “Cayó en un 90%” y que “de lo que nosotros recibimos en Los Piletones, la mitad la traemos para los dos comedores de aquí. Pero también tenemos un comedor en Cañuelas que se sostiene con la ayuda de Los Piletones”.
Además comentó que la relación con el Gobierno de la Ciudad “siempre ha sido buena” y espera “que eso continúe siempre”. También explicó que recibe ayuda estatal para sostener su fundación: “Del comedor de Cañuelas hemos empezado a recibir asistencia cuando empezó la pandemia. Ahí se acercaron el municipio y Gendarmería. Del Gobierno de la Ciudad recibo un subsidio dos veces al año y del gobierno nacional recibo un subsidio por Añatuya una vez al año porque nosotros presentamos un proyecto para que la gente aquí tenga su sueldo”.
Margarita Barrientos recientemente sostuvo que nunca más iba a apoyar políticamente a nadie y contó que la llevó a tomar esa decisión. “Muchas de las ayudas que tendrían que llegar no llegan. Pido frazadas, pido colchones, yo no los pido para mí porque tengo mi pensión y mis hijos me ayudan. Solamente pido para la gente que vive debajo de un nylon, que duerme arriba de una tarima o arriba de un cartón”, explicó. Y agregó: “A veces creo que todo lo que me falta hoy es un poco lo que estoy pagando. Ojalá que me equivoque”.
Por otro lado, confesó que tuvo consecuencias por decir lo que pensaba. “Me ha traído consecuencias. No sirvo para palmearle la espalda a nadie. A mí me gusta decir lo que pienso. Y creo que todos deberíamos ser así”, comentó.