El presidente de la asamblea del PRO aseguró que Bullrich quedó en minoría en su planteo de mimetizarse con Milei y calificó su actitud como “desagradecida”. “Verla a ella hablar así de un montón de nosotros que llevábamos su boleta hasta hace unos meses no es algo agradable”, afirmó.
En diálogo con Jorge Fontevecchia, Martín Yeza sostuvo que “el sistema político argentino está en un proceso de obsolescencia”, por lo que necesita una renovación, que se expresa en los nuevos dirigentes que ocuparán cargos partidarios en el PRO, como Facu Peréz Carletti, Sole Martínez, o él mismo. “Un partido político se tiene que renovar y tiene que atraer talento, y eso nosotros hace rato no lo podíamos hacer, porque estábamos trabados entre dos liderazgos que se pusieron primeros en la fila”, expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Martín Yeza es diputado nacional de JxC electo en 2023 con mandato hasta 2027, y es el nuevo presidente de la Asamblea del PRO. Previamente, fue intendente de Pinamar en el año 2015 y coordinador de las políticas de juventud durante la gestión porteña de Mauricio Macri.
Tras el escándalo que supuso la elección del presidente de la Asamblea del PRO, Martín Yeza dijo en una entrevista con Ezequiel Spillman, que “Patricia actuó de forma desagradecida con Mauricio y con el PRO”.
¿Qué consecuencias crees que va a tener a futuro todo esto? Por ejemplo, en las elecciones del año próximo se deciden tres senadores en la Ciudad de Buenos Aires, ¿podría ser ella candidata a senadora disputando en el mismo cargo que, a lo mejor, Mauricio Macri también quiera competir? Contanos tu perspectiva a futuro.
Esto hace muchos años me lo dijo Marcos Peña. En algún momento, durante la campaña del 2017, se decía que se necesitaba alguien joven, “que no tuviera pasado”, que fuera fresco para conversar en los medios, y en eso resonó mi nombre para ser candidato a senador en ese mismo año. Finalmente ese puesto lo ocupó Estaban Bullrich, y recuerdo que en mi charla con Marcos él me preguntó qué creía yo, a lo que yo contesté que yo era el intendente de Pinamar, ciudad que tuvo cinco intendentes en siete años, y que gran parte del problema de la ciudad que yo amo es que los intendentes no terminan sus mandatos.
A lo que Marcos me respondió que, más allá de esa respuesta contundente, a él no le gustaba la gente que asumía responsabilidades y no iba hasta el final. Concretamente, cuando vos tenés una ministra de Seguridad, el mero hecho de que haya especulaciones en un contexto tan delicado como este de que sea candidata o no, simplemente no me suena bien.
Yo entiendo que, en la banalización de la política, todo es posible. Pero concretamente lo que ocurrió el jueves pasado en la asamblea es que se decidió un liderazgo. Pensemos que hasta hace tres meses fue la presidenta del PRO, y el jueves pasado perdió la asamblea por 116 a 0, porque los 14 asambleístas que responden a ella se fueron, sino hubiese sido 116 a 14.
Esto da cuenta de que, de una manera mayoritaria en el PRO, además de Mauricio Macri, a quién le fuimos a pedir que nos ayude a renovar generacionalmente al partido, atraer nuevo talento, hubo asambleístas de todo el país federal, desde Tierra del Fuego hasta Jujuy, a quienes les dijeron que “somos un partido chiquito y de perdedores”, nos dijeron que “ya fuimos”. Imagina que era gente que llevó tu boleta desde Tolhuin, en el extremo sur de Tierra del Fuego, hasta Purmamarca y Tilcara en Jujuy, imaginate que te digan que sos un partido chiquitito y de perdedores la persona a la que le llevaste la boleta hasta la última casa de un pueblo para que te voten…
En una entrevista anterior hablamos una vez de la alegoría de que los líderes comen al final. Se ponen al final, no se ponen primeros. Así que lo que votamos fue cambiar. Espero que haya sido el último papelón de una seguidilla de cuatro años en donde el PRO obtuvo su peor versión desde que nació.
Alejandro Gomel: Recordaba el apoyo fuerte que le dió Macri a Patricia Bullrich en contra de Larreta. ¿Es una traición política de Bullrich hacia Macri?
No sé si es una traición política, pero sí que es no valorar lo que se hizo. Desconociendo el hecho, me parece que es una manera de ser desagradecido.
Ustedes saben cómo funciona la política, Mauricio generó un equilibrio institucional dentro de nuestro partido para que una persona, que era la presidenta de un partido, pudiera competir en igualdad de condiciones con el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que era Rodríguez Larreta, quien en los papeles era el “número puesto” post Mauricio Macri 2019 y ante la decisión de no ser candidato a presidente. Por una multiplicidad de factores, porque era una buena gestión, porque se cuenta con una serie de accesos por el mero hecho de ser jefe de Gobierno de la Ciudad…
AG: Algunos hablan de que eso fue una maldad de Macri en contra de Larreta…
Entiendo que hay gente que piensa eso y es una perspectiva, pero yo ofrezco otra perspectiva. Había un liderazgo por dimirise. Por ejemplo, yo me sentía más representado por la forma de Patricia en aquel entonces, y tenía la sensación de que Horacio había algo que no estaba pudiendo representar para una parte de la sociedad con esta idea del centro, de cerrar la grieta. No porque no esté en contra de que podamos ponernos de acuerdo con cualquiera, sino porque hay maneras de hacerlo y de abordarlo, y una manera de hacerlo no es la acumulación de dirigentes.
No me quiero detener en esto. Lo que quiero decir es que Mauricio Macri generó un equilibrio, por ejemplo, de que si un intendente quería estar con Patricia, que no existiera un bloqueo del otro lado.
Entonces, la verdad que verla a ella, y a un montón de personas que la rodean, hablar así de un montón de nosotros que llevábamos sus boletas hasta hace unos meses, no es algo agradable.
Concretamente, creo que con esta decisión que tomamos en la Asamblea de hacer un cambio, vos ves línea por línea, el nuevo secretario general del partido es Facu Peréz Carletti, o Sole Martínez, que hoy es la intendenta de Vicente López. Somos gente hecha de abajo en la política.
Yo entiendo que quizás la gente diga “che, pero no los conozco”. Alguien podría decir que como no son conocidos “parecen más fáciles de ser manejados”. Bueno, pero eso no deja de estar en el terreno de la subestimación. Yo lo planteo al revés, somos un grupo de gente hecha de abajo que necesitamos ese empujoncito extra para poder romper ese cascarón, para poder llevarle a la sociedad ideas diferentes, un método, una forma distinta de aproximarnos porque yo tengo la convicción de que lo que existe no funciona, no va a funcionar.
El sistema político argentino está en un proceso de obsolescencia, no es capaz de dar respuestas institucionales, ni desde la capacidad de la representación, para los problemas que tiene la Argentina. Sin ir más lejos, el ejemplo de la Ley Bases.
Todavía estamos ante la reglamentación y la implementación, el desafío va a ser después de seis o siete meses, la ejecución. Ayer firmamos el Pacto de Mayo en julio, y te pongo este ejemplo. Yo estoy bastante seguro de que a Jorge Macri le costaría estar en desacuerdo con varios de los puntos, salvo que obviamente digamos “bueno, pero pongámonos de acuerdo sobre cómo llegar al punto”. Está bien, pero la democracia son los acuerdos, ¿estamos de acuerdo en el equilibrio fiscal? Yo creo que sí. ¿La Argentina tiene que celebrar el comercio de la manera más libre posible, y a la vez resguardar a la industria local? Por supuesto que sí.
Ahora, el problema de todo esto siempre está en la implementación. Y para eso un partido político se tiene que renovar y tiene que atraer talento, y eso nosotros hace rato no lo podíamos hacer, porque estábamos trabados entre dos liderazgos que se pusieron primeros en la fila y no nos permitieron enriquecernos en estos años.
Elizabeth Peger: Recién hablando del Pacto y de los 10 puntos que se acordaron ayer, uno puede estar más o menos de acuerdo en líneas generales, pero, ¿qué pasa cuando se lleva a la práctica? ¿Qué expectativas reales tienen de que efectivamente se pueda avanzar en alguno de estos puntos?
Quiero ser muy honesto al respecto. Creo que hoy el Gobierno tiene algunas prioridades absolutas. Por ejemplo, uno de los 10 puntos, que es la revisión de la coparticipación federal, y no veo que eso sea su prioridad o que vaya a ocurrir en el corto plazo.
Yo soy bonaerense, a mí me duele que Axel Kicillof no haya estado, porque tendría que haber un interesando en que se haga una revisión de la coparticipación federal, por una discriminación completamente negativa hacia la provincia de Buenos Aires del sistema actual. Debería estar interesado el gobernador de la provincia de Buenos Aires, porque recibe por lo menos un 50% o 60% de lo que tendría que recibir pertinentemente si hubiera un sistema más simétrico en lo demográfico, entre muchas otras variables.
Me parece que la máxima prioridad del Gobierno tiene que ser no solamente la estabilización de la economía, sino la estabilización de la economía con una credibilidad sobre el sistema económico. Le está pasando lo mismo que le pasó a nuestro gobierno y a otros gobiernos.
Se habló del tema del atraso cambiario, por ejemplo. El Presidente fue muy contundente respecto a la defensa de que el tipo de cambio está en su equilibrio, y que si el dólar se fue a 1400 pesos, tanto él como su equipo dicen que son efectos del mercado. Eso habrá que verlo.
Es muy difícil pensar en llevar adelante esos 10 puntos, y lo mismo para la Ley Bases, que ahora toca gestionarla y ejecutarla. Es una agenda de trabajo potente.
EP: Ahora, si hay otras prioridades, y estos 10 puntos son difíciles, ¿para qué se hizo lo de anoche?
A mí me parece que es saludable, y te lo digo por dos cosas. Nosotros votamos hace un mes el RIGI. Probablemente, en otros países no se tendría que votar el RIGI, porque no hace falta que el país explique que es un país confiable, y no necesita generar incentivos extra a que tiene gente calificada, es un lugar próspero para las inversiones, tiene seguridad jurídica. Entonces, se tuvo que hacer el RIGI.
Ahora, por ejemplo, hasta el viernes no se sabía si iban a cumplir el fallo de la Corte Suprema respecto a la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires, que no se paga hace siete meses. Salió Adorni a aclararlo, ¿por qué?, porque más allá de que Mauricio Macri vaya a Tucumán a acompañar el Pacto de Mayo, que tiene un carácter simbólico y es saludable, si vos no acatas un fallo de la Corte Suprema, nosotros podemos hacer 27 RIGI que no van a funcionar que la gente confíe en nuestro país. Porque si un Poder Ejecutivo toma la decisión de no acatar un fallo del más alto tribunal de justicia de su país, es un problema. Y es un problema sea del partido que sea, no es un problema ni personal ni ideológico, es un problema institucional.
¿Por qué es importante el Pacto de Mayo? Ayer hubo 18 gobernadores, el presidente de la Nación, un ex presidente como Mauricio Macri presente, una parte del Congreso Nacional, incluso había diputados nacionales. ¿Por qué? Porque los 10 puntos son los puntos con los cuales las democracias occidentales pudieron prosperar.
Alguien que es de izquierda podría agregarle un punto, alguien que es más de derecha podría agregarle otro, pero me parece que es un grupo de consensos muy importantes en un país que necesita generar confianza institucional. El problema paralelo a que tomes medidas acertadas para que la economía funcione, es generar confianza.
Ese es, por lejos, el problema más complejo de la Argentina. Hay una desconfianza absoluta y profunda por parte de los ciudadanos, de los mercados, de los inversores, de los que producen y de los trabajadores sobre el sistema. Por eso es importante.
Rocío Kalenok: ¿Vos le hubieras agregado algún punto o hubieras modificado alguno?
Mira, yo soy de Estudiantes de La Plata y bilardista, probablemente le hubiera puesto menos puntos, no más puntos. Pero está bien, son puntos con los que yo estoy de acuerdo. A mí me decís equilibrio fiscal, e incluso tomamos la propia explicación del Presidente, y te digo, “empecemos por un pacto”.
En el año 2008 o 2009 leí una columna que se llamaba “¡Plop!”, que escribía Roberto Pettinato. Cuenta Pettinato que allanaron la computadora de Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte del kirchnerismo, hoy preso, creo. Y dice que encontraron 28.374 archivos en su computadora que lo incriminarían, ¿no pueden encontrar cuatro o cinco y que los conozcamos todos? Yo leo 28.374 y siempre el miedo que me da es que se diluya, porque con cuatro o cinco ya alcanza con que el tipo marchara preso.
Entonces, acá yo digo, siguiendo la propia explicación del Presidente, definitivamente un punto muy importante es el equilibrio fiscal, a la vez de que podamos tener una moneda fuerte para que se acomoden los precios relativos, para que aquel que quiera invertir, pueda invertir. Después, hay cosas que están bien y están buenas, pero me parece que si lográramos ponernos de acuerdo en un punto por año, lo llevamos adelante entre todos. Con 18 gobernadores, con tantos intendentes, con diputados. Sería espectacular, no nos para nadie.
RK: Algunos analistas dicen que el problema que tiene el PRO, como tiene también el radicalismo en cierto punto, es que su votante es también el votante de Javier Milei. En esta reorganización que se está dando puertas adentro, ¿cómo crees que se tienen que posicionar para hacer una distinción efectiva?
Acá probablemente hablás con la persona más incorrecta de todas. Yo pertenezco a una minoría que cree que lo que existe no sirve. No el PRO, sino el peronismo y el radicalismo. La semana pasada tuve un debate con Leandro Santoro, con quien tengo una buena relación, pero creo que el diseño institucional de la Argentina está hecho como una parábola. Tenemos instituciones del siglo XIX, políticos formados en el siglo XX en el XXI, con nuestros problemas de arrastre del pasado, más los problemas típicos de nuestra época.
Lo que yo veo es que lo que existe en mi partido no alcanza. Y mi tesis central, que he discutido con Mauricio desde hace varios años, mucho más en estos últimos meses, es que yo creo que el PRO se tiene que convertir en algo nuevo.
Pero no en algo nuevo de cambiar el nombre, sino en algo nuevo en el sentido tecnológico. Por ejemplo, el Perfil, además de que tuvieron que digitalizarse y tener una web, para la impresión seguramente tuvieron que adquirir mejores máquinas. Nosotros estamos ante el dilema del nuevo paradigma, de si hay que seguir imprimiendo y si vale la pena mejorar la tecnología que está en proceso de desuso, y lo segundo es cuánto vas a estar a la altura del nuevo paradigma, cuán rápido te vas a acoplar.
Vos tenés mucha gente muy talentosa en Argentina que está produciendo y que es parte de la gente que el sistema político no ve y no entiende, y que pueden traer una gran serie de soluciones. Por ejemplo, para bajarlo a tierra, transporte público en el AMBA; tenés 25 diseños de ruta de transporte público diferentes en cada uno de los 25 municipios del conurbano, no hay integración con el municipio de al lado.
A la vez, las rutas interurbanas entre municipios las define la provincia. Y a la vez, el Gobierno nacional subsidia sistemas que no tienen coordinación entre sí, por lo tanto, son ineficaces. Por eso cada vez que se habla con un trabajador le dicen, “me tengo que tomar dos bondis para ir al trabajo, tres bondis, un bondi y un tren y otro bondi”. ¿Por qué?, porque no hay coordinación en el diseño del transporte público.
Hoy, con tecnología, se ven experiencias en el sector privado, por ejemplo, Alibaba en China, como con inteligencia artificial lograron reducir y volver más eficaz, no solamente el delivery de la logística de su transporte, sino además reducir costos en un 25% en lo que será una de las sociedades más complejas del mundo, como es la china, por la densidad demográfica.
Bueno, ¿con quién puedo hablar de esto? Porque además es una idea que no es ni de izquierda ni de derecha. Y acá voy al centro del asunto, un paper de hace dos semanas de Daron Acemoglu, que se llama “Si la democracia no se vuelve pro-trabajador, va a su disolución”. Es el mismo autor de “¿Por qué fracasan los países?”
Co-escribió un paper de 86 páginas con un economista argentino donde se dedican a estudiar 110 países con 300.010 encuestas de qué es lo que pasa cuando la democracia no es capaz de brindar servicios básicos para la vida de un trabajador, de la persona que se dedica todos los días a laburar, a esforzarse, con la expectativa de progresar.
Si la democracia no es capaz de consagrar estos elementos básicos, va a pasar que, mientras que a la gente se le empeoran cada vez más sus condiciones materiales y personales, y el Gobierno dice que la democracia es el mejor sistema, va a prender la televisión, ve a Bukele, y va a concluir que no será la democracia pero logró eliminar los homicidios y el narcotráfico en su país. Entonces no va a entender quién es el bueno y quién es el malo.
Si las personas autopercibidas buenas y autopercibidas inteligentes, lo mejor que tenemos para ofrecer a una sociedad que, lamentablemente, empeora materialmente en sus condiciones de vida permanentemente, prende la televisión y ve que en otros lugares sí se logró progresar, y lo mejor que tenemos para decir es que si las cosas no son como nosotros queremos peligra la democracia, vamos a tener un problema mucho más grave progresivamente.
Por eso mismo creo que el PRO tiene que convertirse en algo nuevo y diferente a lo que fue en estos últimos cuatro años. En eso voy a estar trabajando.