Comprender la complejidad de la coyuntura política y económica que atravesamos requiere tener en cuenta tanto la incertidumbre y decepción que siente una parte de la sociedad argentina como también considerar quienes son los responsables de este panorama y cuáles son los orígenes de los problemas actuales para elaborar la mejor respuesta posible.
En resumen, actualmente son cuatro las “plagas económicas” con las cuales está lidiando el ministro Sergio Massa:
1) El sobreendeudamiento contraído durante la presidencia de Mauricio Macri de Juntos por el Cambio. Después de lograr cancelar deudas con muchos y muy importantes acreedores externos durante los años anteriores (solamente quedaba pendiente un saldo con el Club de París y con los “holdouts” del fallo del juez Griesa), la gestión de Juntos por el Cambio del ex presidente Mauricio Macri volvió a llevar al país por la senda del endeudamiento con varios acreedores (como bonistas privados y el Fondo Monetario Internacional); hasta incluso emitir un Bono a 100 años. Esta política de sobreendeudamiento condiciona seriamente las gestiones futuras, algo que actualmente está pasando con la gestión de Sergio Massa, que debe enfrentar la situación con mucha prudencia y eficacia: sin desatender cuestiones esenciales, cuidando muy bien los recursos porque una parte de ellos están asignados al pago de esa deuda externa irresponsablemente asumida durante el gobierno anterior.
2) La pandemia. Durante la pandemia global generada por el COVID-19, la mayoría de los países del mundo (incluidos Estados Unidos, varios de Europa, Rusia y también Argentina, entre otros) debieron recurrir a un aumento del gasto público a través de la emisión de dinero para afrontar un escenario inédito que requería fortalecer los servicios de salud y también destinar recursos a los sectores económicos que se vieron obligados a dejar de producir. En 2020, a pesar de que la producción nacional cayó un 10%, esto no significó una catástrofe social gracias a las diversas ayudas implementadas desde los gobiernos nacionales y provinciales. Naturalmente, la mayor emisión de dinero durante 2020, destinada a enfrentar una crisis global inédita en la historia, alimentó fuertemente el proceso inflacionario que se aceleró durante los años 2021 y 2022.
3) La invasión de Rusia a Ucrania. Este conflicto bélico, todavía vigente a pesar de que al comienzo se pronosticaba que iba a durar solamente algunos meses, disparó a nivel internacional el precio de distintos commodities (sobre todo alimentos y energía), agravando de esta manera el fenómeno inflacionario a nivel global y nacional provocado por los efectos de la pandemia mencionados en el punto anterior. En este contexto, países que históricamente siempre tuvieron índices de inflación inferior al 2% anual llegaron a tener dos dígitos de inflación.
4) La sequía en la Pampa Húmeda. Se trata de un fenómeno doméstico que tuvo un impacto negativo muy fuerte en la exportación de granos; lo que a su vez provocó la escasez de dólares durante este año 2023. La falta de divisas agravó la suba del dólar y el proceso inflacionario impidiendo cumplir con la meta de un índice de inflación menor al esperado.
Teniendo en cuenta la gravedad (y en muchos casos imprevisibilidad) de estas cuatro plagas económicas, podemos afirmar que, hace un año, cuando Sergio Massa asumió en el Ministerio de Economía de la Nación Argentina evitó el colapso de la economía nacional.
Desde entonces, a excepción de la inflación y la consecuente discrepancia de precios, la actividad económica se fue normalizando, mostrando de forma permanente mejores indicadores en cuanto a producción, empleo, y más oportunidades de trabajo y emprendimientos.
Este proceso de crecimiento y estabilización macroeconómica, que además fue conquistado en un contexto azotado por las cuatro plagas que enumeramos más arriba, es lo que tenemos que cuidar, defender y elegir en las próximas elecciones. Este camino es lo que debemos cuidar frente a las propuestas de shock de otros candidatos, que ignorando el escenario inicial proponen bajar la inversión en obra pública y bajar el déficit a través de la eliminación de los programas sociales; políticas que, como ha sucedido en el pasado, traerán más desempleo, cierre de empresas y agravarán la situación social.
Además hay que remarcar que teniendo en cuenta de dónde venimos el escenario a futuro es mucho más optimista. Las inversiones estratégicas realizadas en el sector energético (en gas y petróleo) permitirán lograr una reducción importante en el déficit comercial por la importación de energía; por otra parte, una mejor cosecha el próximo año aumentará sensiblemente la oferta de dólares; y también el reciente acuerdo con el Fondo Monetario reducirá la demanda de dólares en el corto plazo. La conjunción de estos factores permite anticipar para los próximos meses y el año que viene un panorama económico mucho más alentador.
Misiones, gracias a su histórica política de desendeudamiento y las distintas herramientas puestas en marcha para dinamizar la producción y el consumo como los Programas Ahora, muestra indicadores económicos incluso mejores que el promedio nacional. Pero, a pesar del éxito de estas herramientas, no somos una isla y también dependemos de los errores y aciertos de la economía nacional. Los misioneros y los argentinos necesitamos un Presidente que cuide la economía. Por eso, para las próximas elecciones confiamos en la responsabilidad institucional de Sergio Massa para conducir el país en los próximos 4 años.
Por Adolfo Safrán – Ministro de Hacienda de Misiones