El ministro modificó el presupuesto para liberar 323 millones para la adquisición de la aeronave San que brindaba servicio de correo en Estados Unidos.
Sergio Massa hizo un fuerte gesto a los organismos de derechos humanos y aceleró las gestiones para traer al país el avión que fue utilizado para los vuelos de la muerte durante la dictadura militar, y que ahora será exhibido en el Museo de la Memoria en la ex ESMA.
El avance en el proceso se dio con la modificación de la partidas presupuestarias firmada este jueves por el ministro de Economía, en las que incluyó una partida de 323 millones de pesos para la compra de la aeronave, un símbolo del terrorismo de Estado.
El gesto de Massa coincide con el fastidio de Wado De Pedro ante el desaire de Alberto Fernández, que omitió invitarlo a una reunión de los organismos de Derechos Humanos con Lula da Silva, organizada en el marco de la Celac. El ministro del Interior se encargó de difundir en off the record su fastidio ante Clarín y La Nación.
La jugada de Massa consagra una demanda de los organismos de derechos humanos que llevaron adelante la investigación y el rastreo para dar con la aeronave. El ministro respondió rápidamente y avaló la gestión casi de inmediato.
“Es una demanda que le llevamos al ministro hace meses y la veníamos trabajando de manera estrictamente confidencial”, contaron a LPO desde una de las organizaciones. “Consideramos que se trata de una decisión muy expeditiva por parte del ministro”, agregaron.
Con la repatriación del avión, Massa avanza sobre el plano simbólico y se acerca a un sector del oficialismo que, a pesar del aval de Cristina, aún mantiene cierto recelo y lo mira de reojo sobre el tigrense.
Organizaciones como Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Abuelas y familiares de los 12 de Santa Cruz celebraron la decisión del ministro. “Massa verificó lo que le dijimos y compró el avión. Nos sorprendió, es el primer avance sobre la política de derechos humanos”, afirmó la fuente.
“Es una demanda que le llevamos al ministro hace meses y la veníamos trabajando de manera estrictamente confidencial”, contaron a LPO desde una de las organizaciones. “Consideramos que se trata de una decisión muy expeditiva por parte del ministro”, agregaron
El avión que vuelve al país fue vendido en la década del 90 a un privado para brindar servicio de correo. Ahora la idea es traerlo al predio de la ex ESMA, actual Espacio de la Memoria, donde funcionó desde 1976 hasta 1983 uno de los centros clandestinos de detención más grandes del régimen militar.
En la causa judicial que se encuentra abierta en el Tribunal Oral Nº2 de San Martín denominada como “los vuelos de la muerte” se juzga a los exjefes del Batallón de Aviación 601 y su responsabilidad en la desaparición de cuatro personas. A partir de las declaraciones de los testigos se supo que los vuelos sucedían entre una y dos veces por semana, mayoritariamente entre los años 1976 y 1977. Un grupo de secuestrados de entre 25 y 30 personas, cada uno de ellos meticulosamente seleccionados, eran llevados a una sala apartada de la ESMA. Allí se les inyectaba una sustancia -pentotal o ketalar- que los adormecía y luego los desnudaban. Más tarde eran trasladados apilados en un camión al Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery, el aeropuerto de la Ciudad de Buenos Aires. Los cargaban en un avión del ejército y en pleno vuelo eran arrojados, al Río de la Plata en una primera instancia y en vuelos posteriores, presumiblemente, al mar. De esos vuelos que salían con secuestrados de la ESMA no hay sobrevivientes.