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Milei y Caputo le dan play al plan “Platita Dulce” para ganar las elecciones

Canje de vencimiento en pesos, baja de retenciones a los que liquiden rápido y acuerdo con el FMI “en los términos de Argentina”, claves para garantizar el dólar planchado electoral.

El Gobierno de Javier Milei puso en marcha su plan “Platita Dulce” para intentar ganar las elecciones. No habrá reducción de IVA ni de Ganancias a los trabajadores, ni subsidios adicionales, pero sí dólar barato. El tipo de cambio anclado es clave para sostener la baja de la inflación y el frenesí de consumo de bienes importados de la clase media.

Tres anuncios de esta semana ratificaron que el Ejecutivo lo sostendrá con lo que tenga a mano. Uno: la aceleración del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que parece dispuesto a validar la apreciación cambiaria. Dos: un canje de deuda en pesos con tasas altas garantizadas para despejar vencimientos y aceitar más la bicicleta financiera. Y tres: la baja de retenciones al agro, siempre y cuando liquiden soja y otros cultivos relativamente rápido.

El mercado reaccionó rápido. Al cierre de esta edición, el dólar bajaba entre 2,5 y 3% en la Bolsa.

1) Fondo Mileísta Internacional

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, envió a una comitiva a negociar el nuevo acuerdo rápido. Fue todo un gesto político: lo anunció en Washington, a la salida de su encuentro con Milei, en la previa de la asunción de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

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Georgieva muta para sobrevivir. Alguna vez se alineó con el papa Francisco y apoyó al exministro Martín Guzmán en una cruzada para emisiones de deuda más sostenible y aceleró, dentro del FMI, políticas de género y de préstamos blandos para la transición energética. Ahora, el Fondo anunció que el ministro desregulador Federico Sturzenegger integrará un comité asesor para desburocratizar los Estados. En una charla virtual con la universidad de Princeton, Sturzenegger se autocelebró por la implementación de un programa que comenzó a pensar en 2022 y que tuvo, como fase uno de la motosierra, la reducción de “estructura, sector público y salarios públicos”.

Lo importante, para el Gobierno, es que el cambio de piel del Fondo le permite limar las tensiones técnicas sobre la política cambiaria. De los cuatro ítems de un acuerdo estándar -política fiscal, política monetaria, reformas estructurales, tipo de cambio-, Milei, Luis Caputo y Sturzenegger van más a fondo de lo que pide Washington en tres. Pero mantiene planchado el dólar.

El Banco Central profundizó sus ventas en el mercado paralelo para contener la brecha desde fines de diciembre. Según los datos oficiales, vendió casi USD 1000 millones en los últimos treinta días, una cifra similar al préstamo repo que cerró con bancos internacionales para ir tirando.

El Fondo todavía evalúa los acuerdos con los gobiernos de Mauricio Macri y de Alberto Fernández. Al segundo le recriminó haber incumplido las metas fiscales y monetarias y la falta de apoyo político del kirchnerismo. Sobre el stand by que firmó Macri, todavía pesa el virtual incumplimento del artículo VI del estatuto del FMI, que establece que “ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital”. En 2018, como banquero central, Caputo vendió dólares del Fondo para intentar frenar la corrida. ¿Usará, otra vez, los USD 11.000 millones que Argentina busca para mantener el dólar barato?

La firma MAX Capital especuló: “Se espera que tenga algunas similitudes con el programa del FMI de Islandia. En ese momento, el programa mantenía inicialmente controles de capital con un tipo de cambio flexible para ciertos flujos y la posibilidad de intervenir siempre que se cumpliera el piso de reservas internacionales netas”, mediante subastas, describió. “Creemos que un esquema similar podría aplicarse aquí cuando se elimine el crawling peg, como sugirió el Gobierno para mayo/junio”, añadió. ¿Eliminarán los controles de capitales en medio del cierre de listas?

La consultora Analytica estudió los acuerdos que firmó el Fondo con distintos países desde 2023. “Además de las habituales medidas de ajuste fiscal y reducción del papel del Estado, se destaca el requerimiento de ir hacia un tipo de cambio flexible determinado por la oferta y la demanda, a excepción del caso de Ecuador, economía dolarizada, o en Costa de Marfil, bajo una unión monetaria”, relevó.

La “buena noticia” para el Gobierno es que hay excepciones. En medio de rumores sobre una unificación cambiaria con flotación entre bandas (el BCRA podría comprar dólares debajo de $ 1000 y recién podría intervenir a partir de los $ 1300), Caputo tuiteó que la salida del cepo seguía condicionada al cumplimiento de los tres objetivos que fijó Milei en diciembre: una inflación sostenida en la zona del 1,5% mensual, el fortalecimiento de reservas del Banco Central para limpiar pasivos y sostener la base monetaria objetivo (la cantidad de pesos en circulación más las deudas en pesos del BCRA).

“No es un tema de fechas. El programa económico continuará siendo el propuesto por Argentina. Como dijo Kristalina, el Fondo está muy impresionado con los resultados del programa y están dispuestos a seguir apoyando”, se plantó el ministro. En charla con Bloomberg, Milei dijo que la velocidad de salida del cepo también queda supeditada a si el FMI presta los USD 11.000 en una cuota o con desembolsos periódicos. Esto último comprometería menos al Fondo, pero condicionaría la intervención del BCRA en el mercado de cambios.

2) Larga vida al carry

Mientras la visita del Fondo recién comenzaba, Economía anunciaba un canje para postergar deuda que vence entre mayo y noviembre. Despejó compromisos por por al menos $ 14 billones, informó. Para eso, ofreció un nuevo bono dual, con tasa fija mínima de 29,5% anual o variable. Una tasa alta, que, combinada con el crawling peg de 1% mensual que regirá desde febrero, ofrecería retornos en dólares superiores al 20% anual, si la bicicleta financiera no se pincha.

Por un lado, Economía contiene paritarias para que se alineen con la pauta de inflación de 18% anual. Por otro, garantiza a inversores tasas muy superiores a ese objetivo. En un contexto de baja de tasas (si la inflación acompaña), el inversor tendrá un retorno positivo asegurado. Si la ecuación se da vuelta y el BCRA sube las tasas, también se beneficiará. “La tasa dual funciona como un seguro para los tenedores de títulos públicos”, escribió PxQ en un informe.

El canje buscó despejar el horizonte de vencimientos, al posponer entre 13 y 20% de los compromisos en pesos del año. Si esos pesos quedan libres y no se renuevan, pueden presionar al dólar. “Parece un contrasentido apurarse a canjear deuda y ofrecer instrumentos a tasa fija a 2026” si la tasa de política monetaria bajará, siguió la consultora de Emmanuel Álvarez Agis.

“La cercanía de las elecciones legislativas indica que la presión en el mercado podría ir en aumento”, añadió. “Esto, junto con las intervenciones en el mercado de contado con liquidación actuales, permite leer el canje como una maniobra del Gobierno para evitar vencimientos grandes y anticiparse a potenciales corridas en la previa electoral”, prosiguió.

Y especuló: “Dado que se está negociando un nuevo acuerdo con el FMI, no se puede descartar que esta operación esté dentro de los requerimientos del organismo para realizar un nuevo desembolso y evitar que esos dólares sean utilizados para intervenir”.

Las sociedades de Bolsa prevían una amplia aceptación del canje. Max Capital lo calificó de “tentador”. Delphos consideró que “el Tesoro reafirma su disposición a ofrecer retornos significativos y ralentizar la baja de tasas”. AdCap fue contundente: “Anticipamos un fuerte interés en la canasta de duales”. El viernes, el Gobierno informó una buena adhesión, del 64%.

3) Los dólares del agro

El anuncio de baja de retenciones fue sorpresivo. Días antes, Caputo había dicho que no podían bajarse impuestos si se comprometía el superávit. Pero el jueves dispuso un recorte de 20% en la recaudación por derechos de exportación, con un costo equivalente a USD 800 millones o 0,13% del PBI, según fuentes oficiales.

La medida busca acelerar la liquidación. Por un lado, porque la baja (en el caso de la soja, de 33 a 26%) regirá hasta el 30 de junio. Por otro, porque solo regirá para los exportadores que ingresen sus dólares a los 15 días de presentada la declaración de venta al exterior. Todo rápido y ya.

Una liquidación más rápida de dólares, con dólar blend, aceleraría la acumulación de reservas del Banco Central y agregaría oferta al mercado paralelo. Para Carolina Volonte, analista de la consultora FyO, todavía quedan 18 millones de toneladas de soja de la campaña vieja. Son, a precios actuales, casi USD 7000 millones. “Con el recorte que hicieron, son entre 28 y 30 dólares menos que se pagarían en concepto de derecho de exportación; de ahí, hay que ver cuánto se traslada al productor”, dijo.

El analista Javier Preciado Patiño fue más conservador. En su estimación, “quedan 2 o 3 millones de toneladas, no mucho más de eso”. En su opinión, “la idea es que lo que se coseche nuevo no se retenga y asegurarse el flujo de dólares en el primer semestre”.

El combo busca garantizar que haya margen para el crawling peg del 1% que comenzará la semana próxima, mientras los argentinos que viajaron al exterior pagan los gastos en dólares con la tarjeta y/o demandan más divisas en el mercado paralelo. Según la consultora 1816, los gastos en dólares con tarjeta alcanzó un stock de USD 675 millones, nivel inédito desde 2018. Parte de esas deudas se pagan con dólar MEP, lo que ceba la demanda de billetes en el mercado paralelo y obliga a mayores intervenciones del Banco Central para contener la brecha.

Es que la fórmula de la felicidad está atada al dólar barato. Porque baja la inflación que sufren todos, pero sobre todo la población de menores ingresos. Y porque desata la fiesta de las clases medias con cierta capacidad de ahorro, que accede a viajes y bienes importados más baratos y con menos impuestos. Por algo, la confianza del consumidor que mide la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) sube a su mayor valor en 12 meses.

En la película de Fernando Ayala que protagonizaron Federico Luppi y Gianni Lunadei, Bonifatti disfruta la plata dulce. ¿Llegará el insulto a Arteche otra vez?


Por Esteban Rafele-Cenital