El doctor Carlos Martínez Barros, jefe de Neurología del Hospital Escuela Ramón Madariaga, subrayó la importancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado de las enfermedades crónicas, con especial énfasis en los accidentes cerebrovasculares (ACV) y la diabetes. Según Martínez, la diabetes es una enfermedad cerebrovascular que requiere un manejo integral tanto en su fase crónica como aguda para prevenir complicaciones graves.
La legislación vigente garantiza que todos los ciudadanos tengan acceso equitativo a tratamientos tanto para enfermedades crónicas como agudas. Martínez resaltó que esto incluye condiciones como hipertensión, diabetes, obesidad y tabaquismo, las cuales son factores de riesgo significativos para el desarrollo de ACV y otras enfermedades graves. “Es fundamental que todos tengan acceso a los tratamientos adecuados, ya sea en la fase crónica o en la fase aguda de la enfermedad”, destacó.
Uno de los puntos clave mencionados por Martínez es la importancia del tratamiento oportuno para los accidentes cerebrovasculares. Un ACV isquémico, que ocurre cuando un coágulo obstruye un vaso sanguíneo en el cerebro, puede tratarse de manera efectiva si se actúa dentro de un periodo de ventana de cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas. “El tratamiento consiste en disolver el coágulo para restablecer el flujo sanguíneo. Es crucial que esto se haga con un equipo preparado de profesionales médicos, enfermeros y quinesiólogos que puedan activar el protocolo de ACV rápidamente”, explicó.
El médico enfatizó la necesidad de reconocer los síntomas iniciales de un ACV, que incluyen debilidad en la cara, un brazo o una pierna, o debilidad en un lado del cuerpo. También pueden presentarse trastornos del lenguaje, como dificultad para hablar o pronunciar palabras correctamente. Ante la aparición de estos síntomas, es vital reactivar el sistema de emergencia para que el paciente reciba tratamiento en un centro de referencia adecuado.
Martínez indicó que aunque la edad promedio de los pacientes con ACV ha cambiado, situándose alrededor de los 50 años, los jóvenes también están en riesgo, especialmente si presentan factores de riesgo como hipertensión, diabetes, obesidad y tabaquismo. “Es crucial abordar estos factores de riesgo para reducir la incidencia de ACV y mejorar la salud general de la población”, afirmó.