El candidato libertario propone arancelar todas las prestaciones, pero también crear un seguro universal de salud que cubra los gastos según el dinero de cada uno. En la ciudad norteamericana, los centros estatales cobran o no según una escala de ocho niveles de ingresos familiares. Los más pobres sólo pagan por medicamento recetado, unos $3.700. El segundo escalafón de menos plata abona varias prestaciones, entre ellas la internación por $13.000 diarios.
No es fácil comprender el modelo de Javier Milei para la salud. Habla de salud pública, pero en su Plataforma Electoral presentada en junio dice claramente “descentralizar las derivaciones hospitalarias, arancelar todas las prestaciones y autogestionar el servicio de salud en trabajos compartidos con la salud privada”. Pero allí mismo se aclara que los que no puedan abonar recibirán un subsidio al proponer la “creación de un seguro universal de salud que cubra los costos, cuidados preventivos, procedimientos de urgencia proporcional a la capacidad de pago del receptor del servicio”. En el debate presidencial aclaró la salud pública seguirá, pero no dijo si será gratuita. Recordó que los hospitales dependen de las provincias, pero no aclaró que estas se financian en buena parte con los fondos que le envía la Nación y que él ha puesto en duda.
Es decir, habría un sistema parecido al de los vouchers y así lo manifiesta Milei en el Plan de Gobierno que presentó en agosto: “En materia de salud nos guían los mismos principios que en materia educativa. Pasar del subsidio a la oferta (N. de la R.: es decir, financiar a escuelas u hospitales públicos) al subsidio a la demanda para que cada argentino tenga libertad de elegir dónde se atiende sin tener que preocuparse por el costo”. O sea, que cada hospital público o sanatorio privado se financiará no con vouchers sino con ese seguro universal de salud, aunque es de prever que las clínicas particulares cobren adicionales que después puedan cubrirse con la obra social o la prepaga, si es que el ciudadano cuenta con ellas. En el debate presidencial, Milei ratificó que con él habrá salud pública, no dijo si gratuita, y recordó que los hospitales dependen de las provincias, pero esta a su vez necesitan de los fondos de la Nación que él planea recortar…
Sólo en Estados Unidos y algunos pocos países de África y Asia no hay una asistencia universal de salud, pero en la primera potencia mundial hay subvenciones para que los que menos tienen puedan acceder gratuitamente a atenderse. Los creó el gobierno del demócrata Barack Obama (2009-2017), el popularmente llamado Obamacare, por el que fue tildado de “comunista” por la derecha recalcitrante de su país. Estas ayudas fueron recortadas parcialmente por el republicano Donald Trump (2017-2021) y ahora los quiere reponer el demócrata Joe Biden, pero de momento no ha logrado el consenso necesario.
En el estado de Nueva York, que gobiernan los demócratas desde 2007, hay 11 hospitales públicos, todos son arancelados, pero existen subsidios para que nadie se quede afuera de la atención. Se subvenciona según el tamaño del grupo familiar y de su ingreso. El más pobre no paga casi nada y en la medida en que más gana, abona más. Ahora las autoridades proponen crear un seguro universal de salud llamado MetroHealth para que todos los hospitales sean gratuitos pero que esa cobertura implique el pago de una mensualidad de la que sólo se excluiría a los que menos tienen.
El estado de Nueva York -donde el costo de vida es mucho más alto que en Argentina- ofrece una tabla bien clara de lo que debe pagar o no cada uno por el hospital público, según ocho niveles de ingresos y según la cantidad de miembros de la familia. El nivel de mayor pobreza es para las familias con ingresos desde menos de US$12.000 anuales (menos de US$1.000 por mes o $537.000 porque vamos a tomar en cuenta un promedio del tipo de cambio oficial y el MEP, es decir, uno de $537 por dólar), en el caso de una sola persona, a US$39.000, si son siete. En estos casos, tienen salud gratuita, excepto para los remedios recetados, por los que deben abonar US$7 ($3.759) cada uno.
En el segundo nivel de ingresos, de más de US$12.000 a US$48.000, según sea una o siete personas, ya abonan US$2 ($1.074) por consulta clínica de adultos, US$3 ($1.611) por consulta en sala de emergencia para adultos, US$7 por medicamento recetado, US$15 por cirugía ambulatoria ($8.055) y US$25 ($13.425) por la estancia diaria como paciente internado. Niños, mujeres embarazadas y pacientes de salud mental no pagan nada en este nivel de ingresos.
A partir del tercer nivel de ingresos anuales (de US$15.000 a US$58.000) y hasta el octavo (de US$43.000 a US$195.000), que es el máximo, los costos van subiendo. La consulta clínica por adulto, de US$3 a US$50; la de niños, embarazadas y pacientes de salud mental, desde la gratuidad hasta los US$50; en salas de emergencia para adultos la atención cuesta de US$3 a US$120 y para menores y embarazadas, de cero dólares a US$120; los medicamentos recetados, de US$2 a US$18; las cirugías ambulatorias, de US$25 a US$650; y la internación diaria, de US$25 a US$1.500.
En la plataforma electoral de La Libertad Avanza, presentada en junio, además de hablar de arancelar todas las prestaciones y otorgar un seguro universal de salud, se propone:
- “Que el achicamiento del Estado y reducción del gasto público no disminuyan la calidad y cantidad de servicios que se presten ni el número o ”expertise“ de su personal.
- Optimización de los recursos del Estado.
- Mejorar la estructura edilicia hospitalaria.
- Implementar soluciones tecnológicas como la telemedicina y la receta electrónica.
- Auditar la recaudación de PAMI y proceder a la recategorización de los profesionales.
- Incorporación de centros médicos especializados en patologías congénitas que serán sustentados con inversiones privadas.
- Se promocionará con empresas privadas la donación de insumos.
- -Los residentes extranjeros que demuestren disponibilidad económica deberán cubrir sus gastos.
- Exigir a los turistas extranjeros que ingresen al territorio argentino y que en el propio exijan a los argentinos contar con un seguro de salud con cobertura de hasta U$S30.000.
- Controlar la matriculación, títulos y otra documentación de extranjeros que quieran ejercer la medicina en territorio argentino, priorizando la mano de obra de aquellos que fueron formados en nuestras universidades como sucede en el resto del mundo“.
En el programa de gobierno que Milei presentó en agosto se refiere a las siguientes ideas en salud:
- Fortalecer la descentralización.
- Eficientizar todas las estructuras asistenciales y de la organización de la función salud.
- A nivel provincias, que no han delegado la función salud, incentivar, fortalecer y asistir al desarrollo de seguros de salud provincial para población no asegurada, carente y cautiva del hospital público.
- Hacer responsable a los hospitales públicos de los recursos que gestionan.
- A nivel nacional, liberar la cautividad de los afiliados a los seguros sociales de salud, esto es obras sociales nacionales, PAMI y demás, para que la gente elija libremente estableciendo una libre competencia entre todos estos entes financiadores.
- Reformar el actual Ministerio de Salud (N. de la R.: se eliminaría y pasaría a integrar el de Capital Humano) en lo referente a la organización, programas e institutos, en base a lograr la máxima eficiencia de sus funciones y en particular creando un seguro nacional de enfermedades de alto costo que alcance a toda la población del país“.
No está claro hoy cuánto sería el arancel de cada atención de la salud pública ni qué prestaciones quedarían gratuitas para quiénes cuenten con el seguro universal. De ahí la validez de la comparación con Nueva York. En tanto, el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, lo que hizo en las últimas semanas fue contar cuánto cuestan algunos servicios que ofrecen la sanidad pública, lo que no significa necesariamente que el paciente vaya a abonar el 0% o el 100% de ellos si se introduce una cobertura como la que propone Milei. Eso no está definido. Pero bien vale dejar en claro cuánto cuesta cada prestación porque se pagan del bolsillo directo del paciente o de impuestos de los contribuyentes o de aportes de los trabajadores a las obras sociales y las prepagas.
El 3 de noviembre, Kreplak publicó en la red X un discurso de Milei en el que el candidato presidencial sostiene que “el mejor sistema de salud posible es un sistema de salud privado donde cada argentino pague sus servicios; esto es así, no es debatible, en sistemas privados los ciudadanos obtienen un mejor servicio”. Frente a ello, el ministro puso cifras del costo de cada prestación:
- “Si es una persona con discapacidad, cada mes de internación domiciliaria son $2,5 millones.
- El acompañamiento terapéutico para un chico con discapacidad por mes son $300.000.
- El tratamiento de cáncer son $10 millones por mes.
- El diagnóstico y el tratamiento anual por VIH son $3,7 millones.
- Un parto con internación son $200.000.
- Una cirugía por apendicitis son $100.000.
- Cada día de internación son $400.000.
- A cada persona una caries le saldría $25.000 y arreglarse una prótesis (odontológica), $300.000“.
Las consultas clínicas por adulto dependen de los ingresos y pueden ir de US$3 a US$50. Benjamin Voros para Unsplash
Por Alejandro Rebossio-elDiarioAr