La presidenciable del PRO optó por el intendente de Lanús y encaró un operativo “contención” para que la decisión no abra heridas entre quienes quedaron fuera de carrera: Cristian Ritondo, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel.
La atención del PRO, y de Juntos por el Cambio general, está por estas horas puesta en la provincia de Buenos Aires. Patricia Bullrich aceleró los tiempos, ya tiene definido quien será su candidato a gobernador en el principal distrito electoral del país, y -tras un operativo “contención”- lo anunció en sus redes sociales: es Néstor Grindetti. Competirá en la interna de Juntos por el Cambio con Diego Santilli, el candidato de Horacio Rodríguez Larreta.
“Néstor Grindetti será mi precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Como intendente de Lanús, Néstor vio de cerca la destrucción y la pobreza que generaron dos décadas de populismo y corrupción kirchnerista en el conurbano. Con decisión y gestión, luchó contra el narcotráfico, puso orden y mejoró la vida de muchos bonaerenses. No tengo dudas de que será un gran gobernador que cambiará la provincia.”, anunció Bullrich en Twitter.
La candidata a presidenta del PRO tenía que elegir entre cuatro opciones. Por un lado estaban Grindetti, intendente de Lanús y presidente interino de Independiente; Joaquín de la Torre, exintendente de San Miguel, exministro bonaerense y senador provincial, y Javier Iguacel, jefe comunal de Capitán Sarmiento, extitular de Vialidad nacional y exministro de Energía del gobierno de Mauricio Macri.
Pero en mayo se había sumado una opción más, que en los hechos ya estaba en conversaciones hace meses, pero debía esperar antes a que María Eugenia Vidal renunciara a su propia candidatura presidencial. Se trata de Cristian Ritondo, alfil de la exgobernadora en Buenos Aires, titular del bloque del PRO en la Cámara de Diputados de la Nación.
Entre reuniones y llamados telefónicos, en las últimas horas, Bullrich y los principales dirigentes que la rodean iniciaron un operativo de contención para intentar prevenir grandes heridas entre los hasta ahora posibles candidatos que quedaron fuera de la carrera. Participaron, entre otros, Juan Pablo Arenaza, Federico Angelini, Damián Arabia, armadores de su campaña nacional.
La intención de la presidenciable del PRO era dar garantías de que, más allá del elegido, todos tendrían luego incidencia no solo en el armado de las listas legislativas, sino que podrían participar en un potencial gobierno provincial y nacional, considerando la experiencia de cada uno en cargos ejecutivos y legislativos, tanto nacionales como bonaerenses.
“Agradezco el apoyo y el compromiso de Joaquín de la Torre, Javier Iguacel y Cristian Ritondo de trabajar en unidad y con determinación para derrotar al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. Estoy convencida de que para cambiar hay que conocer de cerca los problemas, vivirlos y saber solucionarlos. Necesitamos un equipo de bonaerenses para resolver los problemas de los bonaerenses. La fuerza del cambio llegará a la provincia”, sostuvo Bullrich en Twitter este jueves.
Según indicaron en el entorno de Bullrich, en la decisión terminó pesando finalmente la experiencia de Grindetti en el gobierno de uno de los municipios grandes y complejos del conurbano bonaerense, y el hecho de que formó parte del armado bullrichista desde el comienzo, a diferencia de Ritondo.
Por otra parte, además del jefe comunal de Lanús, es uno de los dirigentes más cercanos a Mauricio Macri en la Provincia. En las últimas horas, prometía correrse de su lugar como presidente interino del club Independiente si era elegido por Bullrich para competir en las PASO.
En el armado bullrichista reconocen que en términos de encuestas, Grindetti corría detrás de Ritondo tanto en intención de voto como en conocimiento. Sin embargo, entienden que habrá tiempo para instalarlo e interpretan que en la Provincia el arrastre de votos llega por las candidaturas de intendentes y la presidencial, y no al revés.
“Se prefirió elegir un candidato que represente muy bien nuestro perfil nacional, que haya unidad de valores, y que también pueda representar a los demás que no serán candidatos”, sostuvieron. A diferencia de Ritondo que, según entienden en las filas de la presidenciable del PRO, su elección podía generar fuerte enojo para De la Torre e Iguacel, el caso de Grindetti, que mantiene buen vínculo con los otros tres dirigentes, hacía menos ruido.