La furia de Milei contra Villarruel, el ataque de los trolls y el pánico a otra derrota en el Congreso
El mandatario apuntó contra la vicepresidenta por haber convocado a una sesión para tratar el megaDNU. José Luis Espert no descartó que haya en marcha un plan de desestabilización. Los bloques opositores en la Cámara alta tendrían los votos para rechazar el decreto.
A tan solo tres meses del desembarco en la Casa Rosada, el vínculo entre Javier Milei y Victoria Villarruel parece acercarse a un punto de no retorno. Ayer, desde el ejército de trolls libertarios hasta las cuentas oficiales del Gobierno apuntaron contra la vicepresidenta por haber convocado, a pedido de la oposición, a una sesión en el Senado para tratar el megaDNU dictado en diciembre pasado. La furia del Presidente se tradujo en violentas publicaciones de militantes que exigieron “colgarla” en la Plaza de Mayo y en un explosivo comunicado oficial en el que el mandatario pidió “no prestarse al juego perverso” de quienes pretenden “entorpecer” su gestión. En medio de un clima de máxima tensión, el diputado José Luis Espert no descartó que Villarruel esté detrás de un plan desestabilizador. El conflicto abierto con la vice ya es público, amontona capítulos y podría implosionar ante una nueva derrota en el Congreso. Los cálculos preliminares marcan que más de 40 senadores se inclinarían por rechazar el decreto 70/23 que desregula la economía. Es decir, todo indica que Milei se encamina a sufrir otra pesadilla legislativa.
La furia del Presidente
Faltaban cinco minutos para las 19 horas y todos los jefes de bloque estaban agolpados en el despacho de la titular del Senado. Apremiada por el reto del jefe de Estado, Villarruel intentaba convencer a los aliados de postergar por dos semanas el tratamiento del DNU al que ella misma había convocado. Fue en ese preciso momento, durante la reunión de labor parlamentaria, en que cayó una declaración de Presidencia fustigando el debate legislativo y exponiendo a toda luz la crisis con la vice. Pasadas las 19, las maniobras de Villarruel ya no tenían razón de ser y, con un enojo apenas contenido, solo atinó a decirle a los presentes que no coincidía con el tono del mensaje presidencial.
En el breve comunicado, Milei no solo expuso la interna del Gobierno, sino también su extrema preocupación ante otro posible revés en el Congreso. “El potencial rechazo del DNU conllevaría un grave retroceso en los derechos y necesidades del pueblo argentino”, expresó. Con el fracaso de la ley ómnibus todavía a flor de piel, el mandatario le pidió a los legisladores que “no se dejen cautivar por el canto de sirena de quienes pretenden ‘anotarse’ victorias de corto plazo”. La palabra “victorias” no pasó desapercibida. Casualidad o no, la referencia al nombre de pila de la vicepresidenta fue entendida como una evidente chicana a su figura. También hubo mención a la fallida sesión en Diputados, en donde la oposición buscó aprobar una nueva actualización de los haberes jubilatorios. “La iniciativa de promover una fórmula sin consenso violenta el espíritu del acuerdo promovido en la convocatoria al Pacto de Mayo”, señaló y remató: “Pretenden avanzar con una agenda propia e inconclusa, a fin de entorpecer el diáologo”.
Por último, Milei agradeció a quienes “no se prestan al juego perverso de aquellos que han decidido deliberadamente entorpecer el desarrollo de la Nación”. Ayer, muchos se preguntaban en qué bando ubicará a su excompañera de fórmula.
La inquietud ya no es un secreto a voces, al punto tal que José Luis Espert lo reconoce en televisión. Consultado sobre si Villarruel busca desestabilizar al Gobierno, el diputado respondió: “No sé”. “A la luz de esto, me genera dudas. No tengo la certeza”, agregó en una entrevista con LN+. Las expresiones del economista cobran relevancia por ser uno de los hombres de mayor confianza del Presidente en el Congreso y, llamativamente, van en sintonía con la denuncia que realizó en enero el dirigente social Juan Grabois: “Lo quiere voltear. Está clarito. Es Victoria Villarruel junto a Mauricio Macri. Están preparando el golpe”.
La pelea por las dietas
Como antecedente reciente, Milei y Villarruel acumulan en su haber la discusión por las dietas de los diputados y senadores. Luego de que se conociera el aumento del 30 por ciento de los sueldos parlamentarios, el Presidente ordenó al titular de la Cámara baja, Martín Menem, y a Villarruel a que den marcha atrás con la medida. Menem lo aceptó automáticamente, pero la vicepresidenta se negó bajo el argumento de que estaba respetando un acuerdo paritario.
Tras una semana de resistencia, Milei se vio obligado a llamarla para pedirle personalmente que lo obedezca. Villarruel, finalmente, cedió aunque por lo bajo sostuvo que no lo tomó como una obediencia debida sino un favor que le hizo al mandatario.
El ataque de los trolls
La mañana de ayer no fue fácil para la vicepresidenta. Se despertó con una catarata de mensajes en redes sociales que la “castigaban” por no estar alineada con el Presidente. El escuadrón de trolls que tiene sede en la Casa Rosada, más precisamente en el exSalón de las Mujeres, atacó a Villarruel con falsos comentarios sobre su vida personal, cuestionamientos a su estrategia legislativa y frases amenazantes. “Se mandó sola, eso quiere decir que tiene los votos para aprobarlo… no? Los votantes de Milei esperamos que sí”, advirtió el usuario Usdtermo, una cuenta vinculada a un diputado libertario. “Tiró un all in en el casino. Se mandó sola. No sale y hay que colgarla en la Plaza”, sumó el usuario tdm_jpf.
Desde el entorno de la vicepresidenta admitieron que hubo una estrategia coordinada para escracharla. “La tomaron de punto. Resulta extraño que durante todo el día hubo una serie de tuits contra ella, algo que nunca había sucedido”, dijeron. Sin nombrarlos, entienden que es una reprimenda ejecutada por el ejército de trolls que conduce el militante Juan Doe y tiene como cabeza al consultor Fernando Cerimedo. “Es difícil probar quiénes son los responsables. Eso queda en la conciencia de cada uno. Pero entendemos que hubo una mano negra o violeta, algo planificado”, concluyeron.
Una batalla crucial
Los esfuerzos que Villarruel realizó en los últimos dos días para suspender el debate por el DNU llegaron tarde y fracasaron. La vicepresidenta intentó sin éxito convencer a los legisladores aliados –en particular a los que responden a los gobernadores– a que acepten posponer el tratamiento del DNU. La respuesta al unísono fue negativa. Por esa razón, el Senado debatirá hoy desde las 11 el decreto pergeñado por el asesor presidencial Federico Sturzenegger, que desregula la economía y desburocratiza el Estado.
En el poroteo preliminar, Unión por la Patria se muestra confiado en que avanzará el rechazo. A los 33 senadores que integran el bloque opositor se le sumarían la rionegrina Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro), los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano (SER Santa Cruz), y posiblemente el entrerriano Edgardo Kueider y el correntino Camau Espínola (Unidad Federal). En la UCR existen posturas divididas. En principio, el presidente del Comité Nacional, Martín Lousteau; el fueguino Pablo Blanco y la chubutense Edith Terenzi se expresarían en contra del decreto. Bajo estos cálculos, más de 40 senadores lo rechazarían en la Cámara alta. Para que se concrete su anulación deberá pasar después por Diputados.
El bloque de La Libertad Avanza, en tanto, cuenta solamente con 7 senadores, aunque en la sesión de hoy tendría 6 por la ausencia del riojano Bartolomé Abdala. El presidente provisional del Senado no estará presente a raíz del fallecimiento de su mujer.
La espinosa jornada legislativa tendrá a la discusión por el DNU como último tema. En la previa también se debatirán proyectos de ley que quedaron pendientes. Por ejemplo, la autorización para que el Presidente pueda ausentarse del país durante el 2024 y la modificación del Código Penal con respecto a la prevención y represión del lavado de activos, la financiación del terrorismo y el financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva. Sin embargo, todas las miradas estarán puestas en el posible rechazo del DNU, la posterior reacción de Milei y el impacto sobre el frágil vínculo con su vicepresidenta. Se pone en marcha, así, otro día de furia.
Por Sebastián Cazón-Página/12