Entre los nuevos chats surgen conversaciones con un juez que desestimó usar las conversaciones en contra de Silvio Robles y Marcelo D’Alesandro. La entrega de un auto al “amigo” y los favores que se hicieron.
En tiempo récord y en plena feria judicial, el juez Sebastián Ramos archivó una causa contra Silvio Robles, mano derecha del titular de la Corte Suprema, por los chats con el ministro de Seguridad de licencia, Marcelo D’Alessandro. Pero ahora, por una nueva filtración, es el propio magistrado quien se ve involucrado en esas conversaciones en las que llama “amigo” al funcionario de Juntos por el Cambio, le pide favores y hasta le agradece “el focus” que le entregaron.
“No pueden ser admitidas bajo ningún concepto como parte de un juicio respetuoso del debido proceso, pruebas o testimonios que hayan sido obtenidos, como a esta altura puede observarse, mediante maniobras organizadas basadas en actividades de inteligencia ilegal”, escribió Sebastián Ramos en el fallo con el que desestima investigar a Silvio Robles por las posibles conversaciones telefónicas con Marcelo D’Alessandro.
Ramos tomó la causa en plena feria judicial después de que el abogado Gastón Marano (defensor de Nicolás Carrizo en la causa por el intento de asesinato contra Cristina Kirchner y asesor del PRO en el Congreso) iniciara una denuncia en Comodoro Py en la que sostenía que el hombre de la Corte Suprema no podía estar asesorando a D’Alessandro por no tiene matrícula como abogado. Con Ariel Lijo de vacaciones, su reemplazo María Servini se excusó de intervenir por lo que la causa pasó al juzgado de María Eugenia Capuchetti, quien también estaba de feria. Fue entonces que Ramos intervino y en 13 páginas decidió darle un cierre rápido.
“Hola amigo! Te iba a escribir Justo. Solo para saber cómo andabas”, le dice Ramos a D’Alessandro en supuestos nuevos chats filtrados. Un dato: este jueves en la comisión de Juicio Político contra la Corte Suprema Ramos aseguró no tener vínculos ni con el ministro porteño en uso de licencia ni con Silvio Robles, hombre de máxima confianza de Horacio Rosatti, titular del máximo tribunal.
Sin embargo, los chats son varios. En mayo de 2021 por ejemplo, Ramos le pide molestarlo para pedirle un favor. Pide acelerar la entrega de un cuerpo que la policía retrasaba. “Estoy empujando todo lo posible! La fiscal es una pelotuda”, le dice D’Alessandro. Finalmente, el ministro consigue que le entreguen el cuerpo y el juez agradece que la familia de la fallecida fue atendida “1.000 puntos” por el comisario. El ministro de Seguridad en ese momento contesta: “Era la idea amigo! Sino lo parto”.
Las conversaciones van más allá y dan cuenta de la entrega de un auto por parte del dirigente de JxC al funcionario judicial. “Hola tano, hoy me entregaron el focus!! gracias!”, le dice Ramos según los chats filtrados a D’Alessandro. Sería una conversación del 26 de junio del año pasado a la que el ministro de licencia responde: Nada que agradecer. Ni bien entren los toyotas te doy uno”.
Este jueves, Ramos tuvo que declarar en la comisión de Juicio Político como uno de los primeros testigos por haber desestimado la denuncia contra Robles. Allí el diputado del Frente de Todos le preguntó si tenía “algún vínculo sistemático” con D’Alessandro a lo que el juez respondió con un “no”. Esto podría ser motivo de falso testimonio y el juez debería volver al Congreso a dar nuevas explicaciones.
No es la primera y única vez que el funcionario de Horacio Rodríguez Larreta ofrece vehículos. También lo hace con el fiscal general porteño, Juan Bautista Mahiques, con quien también aparecen nuevos chats filtrados. Entre las conversaciones que se conocieron este jueves a primera hora también surgen vínculos con el juez Julián Ercolini, uno de los que viajó a Lago Escondido y con la mujer de Silvio Robles, Laura La Torre.
También surgen conversaciones con Cristian Ritondo en el momento en el que estaba al frente del ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Entre las charlas que se conocen a través de una página web, D’Alessandro le da aviso de un allanamiento que debían hacerle a la policía bonaerense.
Por Rosario Ayerdi-Perfil