La candidata del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) Francina Armengol fue elegida este jueves 17 de agosto como presidenta del Congreso de los Diputados, la Cámara Baja del Parlamento. Su elección fue posible tras un acuerdo de último momento con los grupos independentistas catalanes, incluido el partido Junts per Catalunya. Su respaldo a Armengol es considerado una señal de su posible voluntad de apoyar la candidatura del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para un nuevo mandato tras las elecciones generales, no concluyentes del mes pasado.
Posible guiño de los partidos independentistas para respaldar una reelección de Pedro Sánchez.
Este jueves 17 de agosto, después de un inesperado acuerdo con las bancadas catalanas, la candidata del Partido Socialista Obrero Español (PSOE)-al que pertenece Sánchez- Francina Armengol fue elegida presidenta del Congreso de los Diputados, la Cámara Baja del Parlamento.
Armengol recibió 178 votos a favor de los 350 de la Cámara, la mayoría absoluta, lo que le permitió ganar la elección en primer intento. Se impuso frente a la candidata del conservador y opositor Partido Popular (PP), Cuca Gamarra, quien obtuvo 139 votos, y a Ignacio Gil-Lázaro, del partido de extrema derecha Vox, con 33 votos.
Vox finalmente decidió no apoyar a Gamarra y votó por su propio candidato después de que el PP le indicara que no lo ayudaría a obtener un puesto en la Mesa del Congreso, órgano rector y de representación colegiada de la Cámara Baja.
El futuro político de España está indefinido desde las elecciones generales del pasado 23 de julio, en las que el PP obtuvo el primer lugar con 136 escaños, pero insuficientes para alcanzar la mayoría absoluta, de al menos 176 puestos, necesaria para gobernar en solitario, por lo que las alianzas políticas en este escenario son fundamentales.
Por su parte, el PSOE obtuvo 122 escaños, también lejos de la mayoría absoluta, pero hasta el momento con aparentes mayores posibilidades de lograrlo con el respaldo de varias bancadas. Para ello, necesitaria la ratificación del respaldo de la alianza de izquierda Sumar, que desde antes de fusionarse en un solo movimiento, ha gobernado junto a Sánchez.
Pero no sería el único apoyo que el presidente del Gobierno requeriría. Serán fundamentales también los votos de los independentistas y, tras lo ocurrido en la votación de este jueves, no sería descartable. De lograrlo, Sánchez podría evitar la repetición de comicios.
Ahora, el jefe del Gobierno español debe enfrentarse a una segunda prueba, que se prevé más ardua: el voto de investidura ante el Parlamento, programado para finales de agosto o inicios de septiembre.
Con la elección de Armengol este jueves, Sánchez gana el primer pulso, aunque la pugna sigue frente a Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, quien ha insistido en que tiene derecho a presentarse a la investidura porque, según sus afirmaciones, no solo su partido obtuvo el primer lugar en las generales, sino que “tiene más votos declarados a favor que Sánchez”.
No obstante, cualquier giro podría darse en este escenario político. En la víspera de la votación en el Congreso de los Diputados, Feijóo aseguró que se replantearía ir a la investidura en caso de que Sánchez obtuviera apoyos explícitos y mayoritarios para gobernar.
Además, el retiro del respaldo este jueves de Vox a la candidata del PP puede ser una señal de ruptura entre esos dos partidos y de lo que se vislumbraba como una alianza para la posible investidura de Feijóo.
Entretanto y sin sorpresas, Pedro Rollán, del PP, fue elegido este jueves como presidente del Senado, al obtener la mayoría absoluta.
Acuerdo de último momento
El resultado de este jueves fue posible gracias al apoyo de 14 diputados independentistas catalanes, precisamente siete de Junts per Catalunya, y siete de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). En la madrugada, se acordó un acuerdo histórico entre el partido Socialista y Junts, liderado por el exiliado Carles Puigdemont.
Armengol también fue apoyada por los 31 diputados del grupo de izquierda Sumar, los cinco del Partido Nacionalista Vasco (PNV), los seis de EH Bildu (independentistas vascos), y uno de los nacionalistas gallegos (BNG).
El miércoles, en la víspera de la votación, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez había anunciado que impulsará el uso de las lenguas cooficiales del país en las instituciones europeas mientras encabeza la Presidencia de la Unión Europa, una de las demandas de los partidos independentistas.
“España habla en castellano, pero también habla en catalán, en euskera y en gallego, y es nuestro deber y responsabilidad garantizar espacios de representación, de uso y de conocimiento de las lenguas”, afirmó Sánchez ante los diputados y senadores socialistas.
Pocas horas después de haber sido elegida presidenta del Congreso, Francina Armengol también anunció que permitirá el uso de los idiomas cooficiales en la Cámara.
“Quiero anunciarles que esta Presidencia permitirá la utilización de todos esos idiomas en el Congreso desde esta sesión constitutiva”, remarcó.
El futuro político de España, todavía en manos de Puigdemont
Ambos partidos independentistas catalanes informaron que el voto del jueves no significa que se pueda dar por hecho que vayan a apoyar una futura investidura de Pedro Sánchez. Una nueva negociación deberá tener lugar sobre varios otros temas.
El partido de Puigdemont, exiliado en Bélgica y buscado por la Justicia española desde 2017 tras su fracasado intento de secesión de Cataluña, pide un referendo de autodeterminación y una amnistía para todos los procesados por el intento de independencia.
Aunque Pedro Sánchez no tiene ni el poder ni la voluntad de acordar ambas demandas, se espera que las negociaciones sean arduas entre ambos partidos. Si Sánchez no logra la mayoría en el voto de investidura, los ciudadanos podrían ser convocados a nuevas elecciones para finales de este año.
Por Gabrielle Colchen-France24 con EFE, AFP y medios locales