La operación comenzó el lunes y fue criticada por la ONU y diversos organismos internacionales. Argentina, Brasil y México pidieron “cesar inmediatamente las hostilidades”.
Las fuerzas militares de Israel comenzaron este martes por la noche la retirada de la ciudad cisjordana de Yenín, dando aparentemente por concluida una operación que comenzó el lunes y que dejó un saldo de, al menos, doce palestinos muertos y más de un centenar de heridos.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, justificó la necesidad de “completar la misión” en la zona con el objetivo de “erradicar el terrorismo” de las milicias palestinas. Netanyahu había avisado de que las Fuerzas Armadas seguirían “mientras fuese necesario” y dijo: “No permitiremos que Yenín vuelva a ser un bastión del terrorismo”.
Por su parte, el Ejército invasor anunció este martes la muerte de un soldado israelí en un intercambio de disparos en un enfrentamiento. Asimismo, informaron que cinco cohetes fueron lanzados desde la Franja de Gaza, pero que fueron interceptados exitosamente por su Fuerza de Defensa.
Israel inició el lunes lo que fue su mayor incursión militar en años en Yenín, en el norte de Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde 1967. La ministra palestina de Salud, Mai al Kaila, calificó a la operación israelí de una “agresión que desafía el derecho internacional“. Jordania y Emiratos Árabes Unidos, países que mantienen relaciones diplomáticas con Israel, también denunciaron la incursión.
La operación, además, ha generado críticas de la ONU y también de las ONG que trabajan sobre el terreno y que han denunciado problemas para brindar asistencia humanitaria. Por su parte, los gobiernos de Argentina, Brasil y México llamaron “a todas las partes involucradas a cesar inmediatamente las hostilidades”, pero con especial mención de solidaridad con “las víctimas de los atentados contra ciudadanos israelíes”.
La operación lanzada en Yenín
En la operación, lanzada bajo el gobierno más conservador de la historia de Israel, se utilizaron vehículos blindados, buldóceres militares y drones. También se bombardearon cuatro “talleres de fabricación de explosivos” y un “centro de operaciones conjuntas” que, aseguraron, sirve como punto de comando de la Brigada Yenín, un grupo militante local.
El ataque provocó el lunes por la noche el éxodo de “alrededor de 3.000” habitantes del campamento, donde viven unos 18.000 palestinos, según el gobernador adjunto de Yenín, Kamal Abu al Rub. El martes en Yenín, los drones sobrevolaron una ciudad con locales cerrados y calles desérticas, llenas de escombros, piedras y barricadas improvisadas.
El inicio de este repliegue, confirmado por fuentes militares a Europa Press, ha tenido lugar apenas unas horas después de que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se desplazase hasta un puesto de control cercano a Yenín para justificar la necesidad de “completar la misión”.
El Ministerio de Sanidad palestino confirmó este martes por la noche en Facebook el fallecimiento de una duodécima persona por la operación israelí, horas después de anunciar la muerte de un joven que había resultado herido por un disparo en la cabeza. Las autoridades no descartan que el balance de fallecidos aumente, ya que hay heridos en estado crítico.
Además, han descartado que haya civiles entre las víctimas, pese a que sí habría menores de edad, y han identificado a algunas de ellas como miembros de Yihad Islámica y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). La Autoridad Palestina ha anunciado la suspensión de todos los contactos y mantener la suspensión de la colaboración en materia de seguridad con Israel en protesta por la ofensiva.
Paralelamente, “el campo de refugiados se enfrenta a una situación desastrosa”, con cortes de agua y electricidad, afirmó el alcalde de la localidad, Nidal Abu Saleh.
La justificación israelí del ataque
El primer ministro de Israel había avisado de que las Fuerzas Armadas seguirían con la misión “mientras fuese necesario”. También había defendido la importancia de este tipo de ofensivas frente a atentados como el ocurrido en Tel Aviv, donde este martes 4 de julio, un vehículo embistió a peatones, dejando al menos siete personas heridas, según informaron las autoridades policiales y médicas.
El atentado fue aplaudido por el movimiento islamista palestino Hamás, que gobierna en la Franja de Gaza y que afirmó que era “una primera respuesta a los crímenes cometidos contra nuestro pueblo en el campo de Yenín”. El autor del atropello, un palestino, apuñaló también a varios transeúntes. El jefe de la policía, Yaakov Shabtai, declaró que el “terrorista” era un habitante de Cisjordania y que había sido abatido por un civil.
“Quien se piense que este ataque nos impedirá seguir combatiendo el terrorismo se equivoca. No conocen el espíritu de Israel, de su Gobierno, de sus ciudadanos, de sus combatientes”, declaró el primer ministro israelí según el diario Times of Israel.
Por su parte, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, opinó que Yenín se había convertido “en los últimos dos años” en una “factoría de terrorismo”, acabada ahora “en dos días”. En este sentido, ha dado por eliminado el proceso de fabricación de armas, con la destrucción de “decenas” de laboratorios y la incautación de “miles de bombas”.
En concordancia, canales israelíes transmitieron imágenes de vehículos militares abandonando la zona y volviendo al territorio israelí.
Las declaraciones en contra del atentado
La operación generó críticas de la ONU y también de las ONG que han denunciado problemas para brindar asistencia humanitaria. El Comité Internacional de la Cruz Roja, por su parte, consideró “fundamental” respetar y proteger la vida de los civiles y de las infraestructuras de carácter civil ante la “alarmante escalada de la violencia armada”.
“Cada minuto durante el cual se prolonga esta violencia representa un peligro para la vida de los habitantes, las viviendas, los servicios esenciales y la infraestructura”, advirtió la organización, que reclamó un acceso sin trabas de los servicios sanitarios a todos aquellos que lo necesiten.
Asimismo, advirtió sobre el “preocupante” deterioro de la situación humanitaria en Cisjordania tras los incidentes de estos últimos meses. “Es imprescindible tomar medidas de inmediato para poner fin a la violencia”, señalaron en un comunicado.
En el plano diplomático, la Liga Árabe convocó una reunión de urgencia para este martes. “Los asesinatos, los atentados contra la integridad física y la destrucción de bienes deben cesar”, reclamó a su vez el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk. Israel tiene “el derecho de defenderse”, pero debe respetar la “proporcionalidad del derecho internacional”, añadió el ministerio alemán de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Argentina, Brasil y México pidieron “cesar inmediatamente las hostilidades”
Los gobiernos de Argentina, Brasil y México expresaron “sus más sentidas condolencias a las familias de las víctimas e instan a todas las partes involucradas a cesar inmediatamente las hostilidades a fin de evitar que se intensifique la espiral de violencia que provoque un aumento de víctimas civiles, desplazamientos de población y destrucción de infraestructura urbana”, en un comunicado de prensa del ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.
En el mismo documento, Argentina, Brasil y México condenan “al terrorismo en todas sus formas” y y se solidarizan “con los familiares de las víctimas de los recientes atentados contra ciudadanos israelíes” y del atentado en “Tel Aviv que provocó varios heridos”.
En lo que va de año, en la violencia relacionada con el conflicto israelo-palestino, han muerto al menos 190 palestinos, 25 israelíes, una ucraniana y un italiano, según un recuento de Agence France-Presse, basado en fuentes oficiales.