El presidente de Paraguay, Santiago Peña, ratificó el ultimátum que su homólogo brasileño dio a la Unión Europea para cerrar el acuerdo con el Mercosur a final de este año. Aclaró que si el trato no se ha firmado para el 6 de diciembre, él no continuará las negociaciones con la UE cuando su país tome la presidencia pro tempore del bloque latinoamericano.
“Si él no cierra, yo no voy a continuar en el próximo semestre”, con estas palabras el presidente paraguayo advirtió desde Asunción que las negociaciones entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea (UE) morirían, justo cuando Paraguay reciba de Brasil el traspaso de la presidencia pro tempore del bloque, conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Para el recién electo presidente de Paraguay, las negociaciones que ya han tomado más de 25 años, suponen demasiado tiempo como para que no se haya llegado a una decisión final.
“Este acuerdo comercial ya no es una discusión técnica, es una decisión política y esto no está del lado del Mercosur, sino que está del lado de la Unión Europea“, sentenció Peña.
Aunque su ultimátum pone presión sobre Brasil para cerrar el acuerdo antes del 6 de diciembre, el plazo se suma al ya trazado en junio por Lula da Silva, quien dio hasta finales de 2023 para firmar el tratado comercial entre ambas partes.
Peña explicó que en la presidencia temporal de Paraguay en Mercosur él se enfocará en otros comercios de otras latitudes, dando la espalda a la posibilidad de lograr puntos en común con los 27 países europeos.
“Voy a dedicarle el próximo semestre a cerrar acuerdos con otras regiones del mundo que yo estoy seguro que vamos a llegar a un acuerdo muy rápidamente”, afirmó Peña.
El embajador de la UE en Paraguay, Javier García de Viedma, armonizó su opinión a la del presidente paraguayo y este lunes 25 de septiembre dijo que el hecho de que las negociaciones hayan sobrepasado las dos décadas, es algo que “sobrepasa los aspectos comerciales”.
En 2019 el Mercosur y la Unión Europea llegaron a un acuerdo de asociación, dejando pendiente a resolver algunos aspectos técnicos que definiría cómo ambos bloques comercian mutuamente.
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Dichos aspectos debían ser resueltos este año, pero las demandas y exigencias de ambos bandos han complicado el cierre del mismo.
Por un lado, el bloque latinoamericano considera que las solicitudes europeas en materia ambiental son “inaceptables” y traerían consigo barreras para las exportaciones a los países del Viejo Continente; mientras que la UE ha puesto estas exigencias sobre la mesa con el objetivo de presionar a los países más grandes de la región que dejan una mayor huella en el clima.
Por Juan Pablo Lucumí-France24