Misiones Para Todos

¿Por qué España ahora nos recibe con los brazos abiertos?

España flexibilizó la adquisición de la nacionalidad para los argentinos. Sobre todo, para quiénes son profesionales. A qué se debe esta nueva política migratoria.

La ley de extranjería facilitó los trámites para que los nietos de emigrantes españoles vuelvan a la tierra de sus abuelos. La creciente tendencia al envejecimiento demográfico que azota a Europa, convierte en una buena estrategia querer sumar nuevos habitantes con afinidad cultural y voluntad de  progreso.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística de España, durante los primeros tres meses de 2023, en el país europeo nacieron 78.535 niños, una media de 873 niños al día. Esta es la cifra más bajas de natalidad en su historia.  En este momento, el país ubicado en la península ibérica, ya posee pueblos abandonados, y su situación se agrava al encontrarse su tasa de natalidad por debajo del promedio global. 

Y como en todo país, se necesitan trabajadores y nuevas familias emprendedoras que consuman y paguen impuestos para mantener el equilibrio económico y social.

Este contexto está disminuyendo  el uso de  aquel mote de “sudaca”, manera despectiva de llamar a los nacidos en Sudamérica que utilizaban algunos de los españoles para rechazar a los recién llegados. Vale detenerse en aclarar que no todos los españoles nos despreciaban. Muchos de ellos acogieron solidariamente, en los años setenta, a nuestros compatriotas que escapaban de la violencia y la dictadura argentina. 

Qué diferente era todo en los años ’80, cuando tuve la oportunidad de vivir en Madrid gracias a una beca que me permitió estudiar producción de noticieros en la Televisión Española. Se disfrutaba del famoso “destape” después del franquismo. España quería convertirse en un país democrático y moderno ingresando en la Comunidad Económica Europea.

Era el despertar cultural y artístico, emergían talentos como Pedro Almodóvar, Jesús Quintero, Imanol Arias, Ana Belén, José Sacristán y tantos otros. El socialismo gobernaba y era admirado por el progresismo latinoamericano que soñaba con parecerse.

Ni bien el gobierno de Raúl Alfonsín comenzó a afectarse por la economía, las huelgas y los intentos de golpe, los argentinos descendientes de españoles, volvieron a hacer largas filas en la puerta del consulado de la calle Guido.

En los años ’90 una invasión de argentinos llegaban sin papeles a Barajas y en algunos casos eran deportados a nuestro país. Eran épocas difíciles, como siempre, y la única opción para muchos era emigrar.

La misma situación se repitió en los años 2000, cuando otra crisis política y económica agitaba a nuestro país. En 2001 emigraron 30 mil argentinos a España.

Poco a poco artistas, profesionales, empresarios y trabajadores fueron habitando el país europeo. En distintas regiones se fue armando una comunidad cada vez más grande de argentinos. Esto ha sido posible por la gran cantidad de argentinos con pasaporte europeo y con la posibilidad de tramitar papeles por parentesco o por distintas visas que hoy dan la opción de vivir legalmente allí.

Según datos que se revelaron, después de la pandemia, los argentinos que se fueron a España fueron alrededor de 32 mil. Esto convirtió a la comunidad argentina en la más grande en el mundo, con 280 mil expatriados.

Hoy en día caminar por Madrid y no escuchar hablar con acento argentino es imposible. Muchos aseguran sentir que están en Buenos Aires. Sorprende viajar por distintas ciudades y encontrar familias argentinas viviendo y trabajando agradecidos por la seguridad y calidad de vida que encontraron en esta tierra.

Hoy, ser argentino en España no es un problema para adaptarse o para insertarse en la sociedad. Me atrevería a decir que somos valorados y hasta nuestro acento es aceptado con simpatía. Los españoles hoy conviven con emigrantes de distintas razas, culturas y nacionalidades, eso ha enriquecido mucho a la sociedad. Por supuesto, a menudo quedan nacionalistas que se resisten al cambio, pero en su gran mayoría se nota una apertura mental diferente.

Madrid, la ciudad turística por excelencia, tiene hoy dos turistas por cada habitante, lo que la ha transformado en una verdadera capital europea cosmopolita. Después del Covid que tanto la afectó, España ha recibido una gran cantidad de inmigrantes que han llegado de países europeos y hasta de Estados Unido. Este país es elegido por su clima, costumbres y bajo costo de vida. Hoy muchos se instalan en España para retirarse y disfrutar un buen estilo de vida.

El mercado inmobiliario crece gracias a los inversores extranjeros que encuentran precios más accesibles y préstamos con buenas tasas. La ubicación  de España es estratégica porque se ubica en la  puerta de entrada de Europa. Y la nueva tendencia de políticas estatales que apoya a los emprendedores,  ha incentivado la instalación de nuevas empresas que ven este país como tierra de grandes oportunidades. 

Además, Valencia y Málaga también se han puesto a tono y han alentado las inversiones y el crecimiento de compañías tecnológicas. A su vez, ambas ciudades marítimas también son elegidas por familias que emigran y quieren vivir cerca de las playas mientras trabajan en turismo o gastronomía.

Encontrarse con compatriotas argentinos en cada rincón de España es algo habitual y provoca satisfacción verlos felices y adaptados. Se escucha a los políticos españoles hablar de la “España vaciada” y de querer alentar a que los emigrantes a que se radiquen en zonas desfavorables dándoles importantes beneficios. Así como la Argentina abrió sus puertas a millones de emigrantes europeos después de la guerra, hoy el camino es inverso.

La historia suele ser circular y ahora regresamos a los lugares desde donde salieron nuestros padres y abuelos, como cuenta Juan José Campanella en su maravillosa serie “Vientos de Agua”.

Por Mercedes Martí-Perfil